Resumen

Resumen del Policy Paper "El Pacto Verde Europeo como motor de la cooperación UE-América Latina"

Resumen ejecutivo

Este documento orientativo sobre políticas analiza las características principales del Pacto Verde Europeo (PVE), sus repercusiones exteriores y las vías para mejorar la cooperación futura entre la Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe (ALC) en el marco de la transición hacia cero emisiones netas. El PVE busca conseguir la neutralidad climática para 2050. Se trata de una estrategia de desarrollo y competitividad que aspira a disociar el crecimiento del uso de recursos, garantizar una transición justa y mantener un diálogo constante con la ciudadanía para facilitar la aceptación de las medidas previstas, cada vez más rígidas, con el fin de propiciar un cambio sin precedentes en la economía de la UE. Además de su dimensión interior, cabe esperar que el PVE tenga repercusiones considerables para los países asociados externos, tanto por la huella ecológica y de carbono de la UE a nivel mundial como por la intención de la Unión de establecer normas ecológicas. El Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC) y la propuesta de la UE de poner fin a la deforestación son ejemplos de iniciativas que podrían provocar esos efectos.

La UE y ALC generan en su conjunto casi una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), e incluso algunos países de ALC y la UE se consideran puntos críticos para el clima y la biodiversidad. Varios países de ambas regiones han sido decisivos para impulsar las acciones por el clima y apuntar más alto en cuanto a aspiraciones. Pese a las marcadas diferencias entre los países de estas dos regiones por lo que respecta a impacto climático, ambición, matriz energética y contexto socioeconómico, los fuertes lazos económicos y sociales y la preocupación común por el cambio climático permiten vislumbrar una cooperación y un aprendizaje mutuo entre ambas regiones (Escribano y Urbasos, 2023).

Este documento parte de análisis de especialistas, conversaciones diplomáticas paralelas a puerta cerrada con grupos de interés en la UE y en ALC, un acto público organizado por el Real Instituto Elcano y el Instituto de Investigación Grantham (London School of Economics) en el pabellón español durante la COP27 y entrevistas semiestructuradas con élites para reflexionar en torno a tres cuestiones. La primera es el debate, hasta ahora más bien limitado, sobre la dimensión exterior del Pacto Verde Europeo en países concretos de la región de ALC. En segundo lugar, algunas de las repercusiones previstas del PVE. Por último, la posibilidad de una colaboración futura UE-ALC. El análisis muestra que la vulnerabilidad de ALC ante el cambio climático hace que sea urgente llevar a cabo una transición justa con bajas emisiones de carbono en la que ocupen un lugar central, por un lado, la energía y, por el otro, el uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura (UTCUTS). Para conseguirlo, cabe esperar que, entre otras cosas, sea necesario acometer reformas presupuestarias ecológicas, contar con herramientas financieras y reglamentarias innovadoras y conseguir fortalecer los mecanismos de gobernanza. Se defiende también que la colaboración UE-ALC podría aportar algunos de los elementos necesarios para la transición hacia cero emisiones netas en ambas regiones.

Las principales recomendaciones sobre políticas que se formulan en el presente artículo para reforzar la colaboración UE-ALC en pos de la neutralidad climática son las siguientes:

  1. Centrarse en el aspecto diplomático del PVE, lo que incluye desarrollar y comunicar una dimensión exterior general del Pacto y prestar apoyo para su adaptación. La diplomacia en torno al PVE también podría aspirar a instar a países como Brasil y México a profundizar en sus compromisos internacionales sobre el clima, impulsando al mismo tiempo la ejecución y la rendición de cuentas.
  2. Reforzar la gobernanza y la legislación en torno al clima para que, entre otras cosas, ayuden a abordar los objetivos normativos posiblemente conflictivos y explorar más a fondo las interconexiones de los regímenes para el comercio de los derechos de emisión.
  3. Garantizar el respeto de los principios de la transición justa en los proyectos locales desarrollados por empresas de la UE en la región de ALC.
  4. Impulsar la financiación internacional (incluida la de la UE) y privada destinada a la transición energética.
  5. Compartir experiencias en torno a la taxonomía de la UE para las finanzas sostenibles.
  6. Aumentar la colaboración en ámbitos donde hasta el momento no haya habido mucha cooperación, como son la movilidad eléctrica, la adaptación y la protección de la biodiversidad.

Introducción[1]

La UE y numerosos países de ALC han desempeñado tradicionalmente un papel positivo y crucial en la respuesta internacional al cambio climático. Muchos países de estas regiones se cuentan entre los líderes mundiales en cuanto a aspiraciones nacionales frente al cambio climático. Algunos forman parte de la ambiciosa coalición que resultó decisiva para la aprobación del Acuerdo de París y la inclusión en ese texto del objetivo de mantener el aumento de la temperatura por debajo de 1,5 °C. En su conjunto, estas regiones generan una quinta parte de las emisiones mundiales y se caracterizan por presentar un amplia diversidad en cuanto a ambición climática, matrices energéticas, contextos socioeconómicos y políticos, vulnerabilidad ante las repercusiones del cambio climático y disponibilidad de recursos financieros para atajarlo. Aun así, los fuertes vínculos socioeconómicos, la gran preocupación compartida por la ciudadanía en torno al cambio climático y el valor que se concede a la cooperación internacional exigen reforzar la cooperación UE-ALC y el aprendizaje mutuo, tal y como se reconoce en la recién presentada Nueva agenda para las relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe (CE y Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, 2023). La tensión geopolítica actual entre los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero (Estados Unidos y China) hacen que resulten fundamentales la cooperación climática y el liderazgo repartido para respaldar las acciones por el clima a nivel mundial.

La presidencia española del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023 brinda la oportunidad única de fortalecer y ampliar las alianzas existentes para propugnar una aplicación más eficaz de la política climática a nivel interno y ayudar a colmar el déficit de liderazgo internacional en cuanto al clima. De hecho, América Latina y la agenda ecológica son dos prioridades regionales y temáticas fundamentales de la presidencia española (Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, 2022). Gracias a sus fuertes vínculos y a las redes climáticas que mantiene con Iberoamérica, España se encuentra en una posición inmejorable para impulsar la diplomacia y la colaboración con América Latina y el Caribe en torno al Pacto Verde, además de contribuir al avance de la agenda internacional en pos del cumplimiento de los objetivos de resiliencia climática y cero emisiones netas.

El presente documento examina el potencial de colaboración UE-ALC en el contexto de la aplicación del Pacto Verde Europeo. Se hace referencia a distinto países latinoamericanos, pero el artículo se centra en concreto en Brasil, México y Chile, que representan el 2,2%, 1,3% y 0,23% de las emisiones mundiales respectivamente (Cárdenas, Li Ng y Serrano, 2021; Parlamento Europeo, 2022; Palma, 2019). Se toman como base los debates organizados por el Real Instituto Elcano, los datos recopilados mediante entrevistas semiestructuradas con especialistas de élite en temas climáticos y los intercambios durante el acto paralelo celebrado en la COP27 en noviembre de 2022 en torno a la colaboración interregional. Se bebe tambiénde los argumentos planteados en las notas de debate preparadas como aportaciones para los grupos de trabajo del Real Instituto Elcano sobre Brasil, Chile y México[2]. El documento empieza examinando las características principales del Pacto Verde de la UE en la sección 2. Por su parte, la sección 3 echa un vistazo a la transición ecológica en el ámbito latinoamericano con algunos datos sobre México, Brasil y Chile. La sección 4 propone un programa orientativo para la colaboración UE-ALC en torno al Pacto Verde Europeo. En las conclusiones se muestra un resumen del debate y se formulan algunas recomendaciones en materia de políticas.


[1] Los autores desean agradecer los comentarios y las sugerencias del profesor Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano, sobre una versión anterior de este documento orientativo sobre políticas. Se aplica el descargo de responsabilidad habitual.

[2] Sobre Brasil, fue Caroline Prolo de LACLIMA (Latin American Climate Lawyers Initiative for Mobilizing Action); sobre Chile, el Dr. Luis E. Gonzales Carrasco, coordinador económico para cambio climático, energía y medio ambiente de CLAPESUC;y sobre México, la Dra. Sandra Guzmán Luna, fundadora del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC).