Las claves de la Unión Bancaria – 3X03

Logo del euro iluminado en una foto nocturna de la sede del Banco Central Europeo en Frankfurt, Alemania

En 2009, la crisis financiera desatada en varios países europeos tras la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers puso de manifiesto que los estándares de supervisión bancaria no eran iguales en toda la zona euro, lo cual representaba una amenaza para el proyecto de la moneda única.

Aquello demostró que la Unión Europea tenía que mejorar la regulación y supervisión de su sector financiero por lo que lanzó en 2014 la Unión Bancaria, cuyo objetivo era reforzar la solidez de los bancos europeos y restablecer la confianza de las empresas, los inversores y los ciudadanos en el sistema financiero europeo. Lograrlo está siendo más difícil, y lento, de lo que muchos esperaban. 

En este episodio de Conversaciones Elcano, Álvaro Vicente y María Santillán entrevistan a Judith Arnal Martínez, investigadora sénior asociada del Real Instituto Elcano, para tratar de entender mejor en qué consisten los retos principales que la Unión Bancaria aún debe enfrentar.

Euro crisis

Esta historia comienza hace 15 años. En 2009, poco después de la crisis causada por la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers, se descubrió que las cuentas públicas de Grecia no reflejaban la verdadera magnitud de su déficit. Es decir, la diferencia entre los ingresos y los gastos del gobierno era mayor de lo declarado. Esto desató una ola de contagios entre los países del sur de Europa, entre otros España o Italia, donde los niveles de endeudamiento de los gobiernos se dispararon. Las dificultades para hacer frente al problema obligaron a algunos países a buscar ayuda externa. Fue así como el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea intervinieron y proporcionaron programas de asistencia financiera a cambio de importantes recortes del gasto público y dolorosas reformas estructurales. Una fuerte ola de descontento social se extendió entonces por muchos países.

Mientras griegos o españoles salían a las calles para protestar contra el impacto de la crisis en sus vidas, las ramificaciones del problema en el sector financiero se hicieron evidentes. En algunos casos, como en España e Irlanda, los gobiernos inyectaron grandes cantidades de dinero público para ayudar a los bancos en dificultades. En otros países, como en Grecia, cuando el gobierno tuvo pérdidas en los préstamos que había obtenido de acreedores internacionales (lo que se conoce como deuda soberana), los bancos también se vieron afectados negativamente. Se vio así que había un círculo vicioso entre bancos y gobiernos. También que los estándares de supervisión bancaria no eran iguales en toda la zona euro. Todos estos factores representaban una amenaza para el proyecto de la moneda única.

La Unión Bancaria

¿Qué queda hoy de todo aquello? Entre otras cosas, aquel círculo vicioso demostró que la Unión Europea tenía que mejorar la regulación y supervisión de su sector financiero. Por esa razón, lanzó en 2014 la Unión Bancaria, cuyo objetivo era reforzar la solidez de los bancos europeos y restablecer la confianza de las empresas, los inversores y los ciudadanos en el sistema financiero europeo.

Sin embargo, lograrlo está siendo más difícil, y lento, de lo que muchos esperaban. Casi diez años, una pandemia y una guerra después, ¿en qué punto se encuentra la Unión Bancaria? ¿Qué avances ha habido y qué queda por hacer? ¿Qué es lo que está obstaculizando su culminación, y por qué? Y no menos importante ¿qué implicaciones tendrá? A la integración bancaria de la Unión Europea, tan relevante como compleja, le rodean aún todas estas incógnitas.

Los avances

Desde 2014, la Unión Bancaria ha experimentado muchos avances, pero no se ha completado. Algunos incluso argumentan que se encuentra prácticamente bloqueada. En la lista de los logros hasta ahora se incluye el denominado código normativo único, un conjunto de regulaciones de obligado cumplimiento para los aproximadamente 8.300 bancos de la UE que busca armonizar la legislación que afecta a los bancos, de manera que se garantice su transparencia, eficacia y resiliencia. Se trata de establecer el mismo nivel de protección para los consumidores de toda la Unión. 

En el desarrollo de la Unión Bancaria se ha logrado también poner en funcionamiento dos mecanismos fundamentales para la estabilidad e integración financieras a nivel europeo: el Mecanismo Único de Supervisión y el Mecanismo Único de Resolución.

El Mecanismo Único de Supervisión, como su nombre indica, y bajo la responsabilidad del Banco Central Europeo, supervisa directamente los bancos más importantes de la Eurozona. Mientras, el Mecanismo Único de Resolución está pensado para intervenir cuando un banco tiene dificultades, evitando así que se vea afectado todo el sistema financiero. Para ello, este Mecanismo está equipado con un Fondo Único de Resolución, financiado por todo el sector bancario europeo.

Por resumirlo: mientras que el Mecanismo Único de Supervisión vigila el funcionamiento de los bancos, el Mecanismo Único de Resolución interviene cuando el funcionamiento falla. 

Los obstáculos

Hasta aquí llega la lista de los grandes logros, y empieza la de las tareas pendientes. Podemos decir que hay dos que encabezan la lista de prioridades. Por un lado, existe la posibilidad de que haya fallos o quiebras en el sistema financiero que provoquen pérdidas aún mayores que las que puede contener este Fondo Único de Resolución. Por eso, en 2013 se acordó establecer un mecanismo llamado common backstop. Su objetivo es aumentar todavía más la confianza de los contribuidores mediante una garantía adicional de protección para su dinero. 

Para que se termine de instaurar este common backstop es necesario que los Estados miembros de la UE ratifiquen el tratado que afecta al Mecanismo Europeo de Estabilidad, que debe proveer de crédito al common backstop en caso necesario. Es aquí cuando la cosa se complica. A pesar de largas y arduas negociaciones a lo largo de los últimos años, el gobierno de Italia aún no ha ratificado las últimas modificaciones a este tratado. Los motivos tienen que ver con diferencias y preocupaciones dentro del parlamento italiano, como el efecto que su uso podría tener sobre la deuda nacional. Es el único Estado Miembro que falta por ratificarlo, y esto a pesar de presiones externas, como la del propio Comisario de Economía de la Unión Europea, Paolo Gentiloni.

“No creo que hagan falta peticiones especiales; este es un compromiso asumido por todos los países, incluida Italia, y que, por tanto, en los plazos y de la manera en que decidan el gobierno y el parlamento italiano, la ratificación italiana no debería estar en cuestión. Se decidió hace más de dos años”.

La otra gran tarea pendiente es el Fondo Europeo de Garantía de Depósitos, que es como un seguro para los ahorros de los clientes en caso de que su banco tenga problemas. Es decir, sirve para garantizar que, hasta un límite de 100.000 euros, los ahorradores no perderán su dinero en situaciones de crisis. Esta medida también está bloqueada varios años, a pesar de varios intentos y propuestas para desatascarla. 

¿Qué es lo que está haciendo que sea tan difícil acordar este Fondo Europeo de Garantía de Depósitos? Las complicaciones para ponerse de acuerdo entre los Estados miembros tienen que ver con la forma en la que este fondo supranacional interactuaría con los fondos equivalentes que tiene cada país. También preocupa la posibilidad de que la mayor inestabilidad financiera de algunos países obligara a otros, con sistemas financieros más sólidos, a asumir unos niveles más elevados de riesgo. Esto explica, por ejemplo, algunas de las reticencias de Alemania respecto a esta medida. El desacuerdo parece estar relacionado con el “cómo”, y no solo con dar el “sí”.

Con todo, a la Unión Bancaria le queda camino por recorrer para terminar de establecerse, pero el trabajo parece estar en curso. Sin ir más lejos, la propia Comisión Europea ha publicado recientemente su última propuesta de reforma normativa. El objetivo es facilitar que los bancos de menor tamaño, y por lo tanto sus clientes, puedan beneficiarse de la misma protección que bancos más grandes. Así se evitaría recurrir a dinero público en casos de quiebra de bancos de cualquier tipo o tamaño.

Recursos
Elementos de discusión para una reforma de la gobernanza de la Unión Económica y Monetaria. Carlos Martínez Mongay, Enrique Feás, Miguel Otero Iglesias, Federico Steinberg.
Especial Grecia y el futuro de Europa. Real Instituto Elcano.

Créditos de los audios
Concentración frente a la Embajada griega en Madrid (13/02/2012). Antigonia (CC BY-NC 3.0).
Manifestación del 15-M en la Puerta del Sol en Madrid. Suso_Ramallo (CC BY 4.0).
Declaraciones de Paolo Gentiloni a su llegada a la Reunión informal de Ministros de Economía y Hacienda de la UE y Gobernadores de Bancos Centrales en Estocolmo. Fuente: ©Government Offices of Sweden, 2023 / European Commission Audiovisual Services.


Imagen: Logo del euro en la sede del Banco Central Europeo en Frankfurt. Foto: bruno neurath-wilson (@brunonw).