¿De qué hablamos cuando hablamos de salud global? – 3X10

Personal de enfermería caminando por el pasillo de un hospital al lado de una incubadora con un bebé. Salud global

La salud global enfrenta retos ingentes de respuestas complejas, y son necesarias soluciones innovadoras que permitan abordarlos de forma íntegra y multidisciplinar…pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de salud global?, ¿qué tiene que ver con la geopolítica o la geoestrategia?, ¿por qué debe importarnos lo que sucede en materia de salud más allá de nuestras fronteras?, ¿cuáles son las áreas de la salud global que debemos observar de cerca?

En el último episodio de la tercera temporada contamos con Pedro Alonso Fernández, médico, epidemiólogo e investigador experto en las enfermedades que afectan a las poblaciones más pobres del planeta, antiguo director del Programa Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y actualmente catedrático de Salud Global en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona, además de miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos y del Consejo Científico del Real Instituto Elcano.

La salud como bien público global

Han pasado tres años y medio desde la comparecencia en la que el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, indicaba que la COVID-19 podía considerarse una pandemia. La crisis sanitaria provocada por el brote no terminaría hasta mayo de este 2023, cuando la OMS anunció el fin de la fase de emergencia. Para entonces, el virus había provocado cerca de 20 millones de muertes a nivel mundial, revelando toda su capacidad para trascender fronteras y evidenciando la importancia de abordar la salud como un bien global.  

La crisis de la COVID-19 ha acelerado una transformación sobre la gobernanza de los problemas que nos afectan en materia sanitaria. Hablar de la salud como un bien global, quiere decir que tanto los efectos de las enfermedades como los beneficios de controlarlas tienen repercusiones en todo el mundo. Abordar la salud de manera global también implica reforzar y repensar los mecanismos de control y respuesta multilaterales a estas pandemias, que tienen en la OMS su pieza central.

Significa también reconocer la interdependencia entre la salud y otras disciplinas, como la política, la economía, el medio ambiente y las instituciones. Es decir, la salud humana está fuertemente vinculada a la del planeta, y los problemas globales, como el cambio climático, adquieren una importancia fundamental en términos sanitarios, por sus impactos en la interacción entre seres humanos y animales, y su capacidad para transmitir enfermedades. 

Esto pone de manifiesto que el conjunto de instituciones y actores que velan por la salud global aún tienen tareas pendientes, a pesar de tener también muchas fortalezas. Queda mucho trabajo por hacer para garantizar su capacidad para responder a emergencias sanitarias globales de forma ágil, eficaz y equitativa; una idea que ha dado forma a las conversaciones sobre salud global en los últimos años.

Uno de los temas clave en estas conversaciones es la cobertura sanitaria universal y el fortalecimiento de los sistemas sanitarios, que ha ocupado una de las tres reuniones de alto nivel sobre salud global que tuvieron lugar el pasado mes de septiembre durante la Asamblea General de las Naciones Unidas. En ella se abordó la necesidad de reforzar el compromiso de todos los gobiernos con el objetivo de alcanzar la cobertura sanitaria universal de aquí a 2030. También de redoblar esfuerzos en cuanto a la movilización de recursos, inversión en atención primaria, formación de personal, acceso a medicamentos o información y concienciación de la población. 

El fortalecimiento de los sistemas sanitarios constituye un pilar esencial para la preparación frente a futuras pandemias, otra de las tareas pendientes abordadas durante la Asamblea General de las Naciones Unidas. El cambio climático y la interdependencia mundial hacen probable que se sucedan otras pandemias en el futuro, por lo que es fundamental invertir en nuestra capacidad colectiva de prevención, preparación y respuesta ante las mismas. Ello requiere de una gobernanza global efectiva de las muchas organizaciones internacionales dedicadas a la salud global (incluida la OMS) con capacidad de financiación y seguimiento, que vele por la equidad global en sus acciones y sea capaz de abordar integralmente los distintos problemas de salud global que afectan, directa o indirectamente, a la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias. 

Las enfermedades desatendidas

Mientras nos preparamos para futuras pandemias, no podemos dejar de abordar enfermedades que llevan mucho tiempo afectando la salud humana, sobre todo en países con sistemas sanitarios débiles y con pocos recursos. Algunas de ellas siguen siendo endémicas en partes de África, América y Asia, como la malaria, que persiste porque parte de la población vulnerable no dispone de mosquiteras tratadas con insecticidas y por la falta de acceso a la propia vacuna. La reciente celebración de una cumbre específica sobre la tuberculosis en la Asamblea General apunta a un creciente esfuerzo de la comunidad internacional para recuperar el tiempo perdido y reforzar la respuesta contra estas enfermedades.  

Uno de los impactos negativos de la pandemia del COVID-19 fue el de reducir la atención, recursos y programas destinados a las llamadas enfermedades tropicales desatendidas, causadas por parásitos, bacterias y virus, a menudo en áreas rurales o deprimidas sin saneamiento, con sistemas de salud más débiles y con menos recursos. Incluyen afecciones como la enfermedad del sueño, la leishmaniosis o la enfermedad de Chagas.

Fundaciones como la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas –que resulta del esfuerzo conjunto de distintas instituciones públicas y privadas– se han enfocado desde 2003 en desarrollar tratamientos asequibles y accesibles frente a enfermedades que resultan poco rentables desde el punto de vista económico. En octubre de 2023, esta iniciativa más conocida como DNDi (por sus siglas en inglés) recibe el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional

Recursos
La salud global como elemento estratégico de la agenda de equidad y desarrollo. Pedro Alonso.
Un premio a la investigación terapéutica en favor de los más pobres. Jorge Alvar.
Cuando todos ganan. El papel transformador de las asociaciones público-privadas en la innovación y desarrollo de medicamentos para enfermedades desatendidas. Silvia Gold.

Créditos del audio
WHO characterizes COVID-19 as a pandemic. Fuente: World Health Organization (WHO) / YouTube. 11 de marzo de 2020.


Imagen: Personal de enfermería caminando por el pasillo de un hospital al lado de una incubadora. Foto: Hush Naidoo Jade Photography (@hush52).