Rueda de prensa: ¿Qué hará la cooperación española después de los Objetivos de Desarrollo del Milenio? con ocasión de la presentación del Informe Elcano Nº 14 “Elementos para el posicionamiento de España en la construcción de la agenda de desarrollo global”, de Iliana Olivié y Rafael Domínguez

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El Informe Elcano nº 14 se centra en analizar el posicionamiento internacional de España en la configuración de la agenda post-2015, que remplazará los actuales Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La agenda que remplace los Objetivos del Milenio deberá ordenar el sistema de cooperación en un mundo bien diferente al del siglo pasado. El epicentro del poder se ha trasladado del Atlántico al Pacífico; han terminado de emerger gigantes económicos que también se convierten en donantes relevantes y se configura una nueva geografía de la pobreza en la que la mayoría de los pobres viven en
países de renta media.

Así, surgen nuevas nuevas formas de cooperación al desarrollo (como la Sur-Sur); se desborda la concepción tradicional de la ayuda al desarrollo, incluyéndose nuevos flujos internacionales (como la inversión). La desigualdad y los bienes públicos globales ganan terreno político a la pobreza en el debate sobre los principales objetivos de la que deberá ser la agenda de desarrollo global.

España se encuentra en la tesitura de posicionarse en la configuración de una agenda en la que tiene que decidir si limitará su papel al policy taking o dará un paso hacia el policy making; y para la que tiene que haber identificado previamente sus características elementales, sus fortalezas y debilidades y, en definitiva, un perfil propio como donante.

En este trabajo, los autores proponen la posibilidad de asumir ciertas características y preferencias reveladas de la cooperación española como ejes a partir de los cuales articular una estrategia general que permita guiar el posicionamiento de España en este debate.

Aunque sin una especialización sectorial o instrumental clara, España sí es un donante europeo de referencia en América Latina y con una posición geoestratégica en los países en desarrollo del Norte de África. Si estos rasgos se asumieran como los elementos constitutivos de la cooperación española, deberían ser también las claves sobre las que definir su posicionamiento en el debate sobre la agenda post-2015.

En tal caso, la Administración española deberá apostar por una agenda aspiracional y monitoreable, articulada desde Naciones Unidas, y que incluya otros elementos además de la pobreza (sobre todo la desigualdad en todas sus facetas, también la agenda medioambiental, o la estructura económica).