Esta reflexión colectiva obedece a la preocupación por los efectos del COVID-19 sobre la Defensa y las recomendaciones para hacerles frente. Ha surgido de la movilización de una red de think tanks europeos, en la que participa el Real Instituto Elcano, para evitar que la Defensa en Europa vuelva a ser el gran perdedor de una crisis económica.
Dentro de España hemos trasladado esa preocupación a miembros de las Fuerzas Armadas, la Industria y la Academia y hemos recogido sus impresiones –a título personal– en este documento.
- La pandemia afectará a las prioridades de las políticas públicas, por lo que los interlocutores del Ministerio de Defensa deben participar en la definición de la agenda oficial con argumentos y propuestas, evitando que la Defensa vuelva a ser la gran víctima de crisis como ocurrió en 2008.
- Se debe entrar al debate sin complejos, para que no se penalice a un sector que ha respondido de manera ejemplar a la pandemia y que ha demostrado su utilidad social. Siendo una política pública tan social como las demás, se le deben exigir los mismos esfuerzos y proporcionar las mismas ayudas que a las demás, evitando el agravio comparativo.
- La necesidad de la Defensa aumenta tras el COVID-19, no disminuye. Las Fuerzas Armadas tienen que seguir protegiendo el territorio nacional (misiones permanentes), contribuyendo a la seguridad internacional (misiones en el exterior) y, ahora más que nunca, protegiendo a los ciudadanos.
- La Defensa tiene que cumplir sus compromisos con la defensa colectiva de la OTAN y con la autonomía estratégica de la UE. Adoptar decisiones unilaterales sin coordinación con nuestros aliados y socios perjudicaría la eficacia de las organizaciones multilaterales.
- Las decisiones de gasto afectan al futuro de la base industrial y tecnológica nacional. Sin inversiones, el sector industrial y tecnológico nacional puede verse excluida de los fondos y proyectos europeos de cooperación en Defensa y Espacio.
- En España, la supervivencia del sector depende de que el Gobierno saque adelante el ciclo inversor de 2018 y de que no se recorte la investigación y la innovación tecnológica porque se necesitan para salir de las crisis