Marruecos es, por muchos motivos, una prioridad para la política exterior española. Las relaciones hispano-marroquíes se han caracterizado tradicionalmente por su complejidad y frecuentes vaivenes. No obstante, desde hace unos años se ha producido una mejora en el clima de las relaciones entre ambos países. Éstas se han vuelto más extensas, profundas e interdependientes. De ahí, la iniciativa del Real Instituto Elcano de realizar un Informe Elcano Relaciones España-Marruecos.
A España le interesa -y mucho- la modernización de Marruecos por múltiples motivos que se plantean a lo largo de este informe. En él se pretende hacer un diagnóstico del estado de las relaciones hispano-marroquíes a distintos niveles con un objetivo doble: por un lado, para identificar posibles cambios que puedan alterar dichas relaciones, y por otro lado, para proponer medidas encaminadas a aprovechar las oportunidades existentes, así como respuestas ante los retos actuales o dificultades que puedan surgir entre ambos lados del Estrecho de Gibraltar.
En la actualidad, España se sitúa casi a la par con Francia como principal socio comercial de Marruecos (en 2012 y 2014 fue el primero). De hecho, Marruecos es ya el segundo cliente de España fuera de la Unión Europa, sólo por detrás de EEUU. Eso está permitiendo a empresas y a profesionales españoles de distintos sectores buscar oportunidades en este país, y viceversa.
A pesar del buen momento a nivel político y económico entre los dos países, aún falta mucho por hacer. Por ello el Informe señala una serie de recomendaciones:
- Los últimos años han visto una mejora en el clima de las relaciones bilaterales hispano-marroquíes. Sin embargo, el enfoque pragmático y realista empleado por ambos gobiernos –y que ha permitido intensificar la cooperación en ámbitos económicos, migratorios y de seguridad– debería extenderse para abordar aspectos de fondo que han enturbiado la relación en el pasado y que, con bastante probabilidad, podrían volver a hacerlo en el futuro.
- Si se quiere consolidar la buena relación actual, hace falta dedicar más atención y esfuerzo a construir más puentes entre ambas sociedades. Tejer más relaciones humanas y profesionales pasa por la creación de nuevos espacios, el fomento de los intercambios, la revisión de la política de concesión de visados y una presencia cultural y comunicativa más eficaz y proactiva en las dos direcciones.
- Actualizar la percepción que existe en España de Marruecos y su economía: pocos españoles saben que la principal exportación de Marruecos no son los tomates (nunca lo fueron), sino productos del sector automovilístico y electrónico integrados en redes industriales europeas con importante participación española.
- Una de las asignaturas pendientes de la cooperación hispano-marroquí, en general, es la sostenibilidad y la duración en el tiempo. Con frecuencia, los programas y proyectos se resienten de los recortes de fondos y personal. Eso cuando no languidecen, como en el caso del Comité Averroes.
- Elevar el perfil educativo del inmigrante medio marroquí en España, imitando a Francia o a Canadá en su atracción de estudiantes universitarios y graduados marroquíes, así como de una inmigración cualificada. Esto mejoraría la imagen de la sociedad marroquí en España y la imagen de España en Marruecos.
- Cuando en España mejore la situación económica, convendría diseñar una política de becas específica para estudiantes marroquíes, dirigida a carreras con buena salida en el mercado de trabajo (medicina, enfermería e ingenierías) y asociada a la apertura de ese mercado de forma temporal para los graduados o los posgraduados formados en España.
- También cuando la situación económica y laboral española lo permita, convendría abrir el sector turístico a la inmigración de temporada desde Marruecos, diseñando un permiso de estancia temporal con las características del sector. El permiso temporal actual está pensado para el sector agrícola.
- La cooperación al desarrollo española con Marruecos debería promover un Marco de Asociación País más integral, que incluya otras dimensiones de las relaciones bilaterales más allá de la cooperación como, por ejemplo, las que afectan a las migraciones o a la internacionalización de las empresas españolas.
- España debe profundizar en los instrumentos de cooperación cultural para estimular el conocimiento mutuo, el fomento de los proyectos de creación cultural entre ambos países y la lucha contra los estereotipos negativos.
- Las autoridades españolas competentes deben tomar medidas para mejorar la difusión de la lengua y cultura españolas en Marruecos.
- Establecer redes más estrechas y densas entre las sociedades e instituciones de España y Marruecos. Esto se debería extender a los ámbitos de las universidades, los partidos políticos, los medios de comunicación, los organismos de la Administración, los municipios, la juventud y las actividades deportivas, entre otros.