Resumen ejecutivo
Esta monografía analiza las trayectorias personales de los presos yihadistas en España, centrándose en la evolución de su relación con el movimiento yihadista global durante su paso por prisión.
El estudio, basado en entrevistas a 24 yihadistas realizadas en distintos centros penitenciarios, identifica tres categorías de presos: (1) los leales, quienes mantienen su alineamiento ideológico con la yihad global; (2) los desconectados, que han abandonado la militancia violenta, pero conservan afinidad con ciertos principios salafistas; y (3) los renegados, que rechazan tanto su pasado militante como la integridad del sistema de creencias salafistas, adoptando una postura de oposición activa al movimiento yihadista.
Estas trayectorias divergentes de los yihadistas en prisión, que se corresponden con (1) la reafirmación ideológica, (2) el desenganche conductual y (3) la desradicalización, son el resultado de diferentes dinámicas a nivel personal, social y contextual.
En concreto, este trabajo explica cómo variaciones existentes en cinco factores clave –identidad, emociones, relaciones sociales, dinámicas organizativas, y contexto penitenciario– influyen en la evolución que experimentan durante su encarcelamiento leales, desconectados y renegados:
- Los leales construyen su identidad en torno a un sentido de victimización, interpretando su encarcelamiento como parte de una persecución de Occidente contra el islam, lo que refuerza su compromiso con la yihad como un acto en defensa de su fe. En prisión, emociones como la rabia y el deseo de venganza conducen a la percepción del yihadismo como fuente de dignidad y resistencia. A pesar del aislamiento físico, los leales conservan vínculos con otros activistas yihadistas, quienes preservan la estabilidad de sus creencias y les proporcionan apoyo moral y afectivo, a la vez que la falta de relaciones fuera del yihadismo impide el desarrollo de identidades alternativas. Además, los leales ven la violencia como legítima e incluso obligatoria en determinados contextos. Esto les permite superar las discrepancias estratégicas y tácticas que puedan tener con las organizaciones yihadistas. Finalmente, perciben el sistema penitenciario y político como corrupto y represivo, lo que refuerza su sentimiento de alienación y reduce su disposición a la rehabilitación y la reinserción social.
- Los desconectados experimentan una reorientación identitaria motivada por las consecuencias negativas de su militancia yihadista, alejándose de la defensa colectiva del islam y la umma para centrarse en proyectos personales y familiares. Este cambio se debe también al desengaño generado por la subestimación de los riesgos de la radicalización y el fracaso de la violencia en lograr los objetivos esperados. Los desconectados han cortado sus vínculos con activistas yihadistas, reforzando en su lugar los lazos familiares. Sin embargo, su limitada interacción social fuera de su círculo más íntimo obstaculiza su plena reintegración. Aunque conservan afinidades ideológicas con el salafismo, las discrepancias con las estrategias y tácticas de las organizaciones yihadistas, especialmente en lo que respecta a la muerte de civiles, consolidan su distanciamiento. La prisión facilita el desenganche, aunque también refuerza la percepción de discriminación, sin que ello implique una oposición activa al sistema.
- Los renegados afrontan un conflicto entre sus convicciones personales y las exigencias del yihadismo, lo que les lleva a reafirmar su identidad individual, desarrollando nuevos proyectos de vida que los distancian del movimiento extremista. Este proceso está marcado por un profundo malestar emocional, originado por la disonancia entre sus valores y las dinámicas del yihadismo, que finalmente los impulsa a abandonar la militancia en busca de coherencia y redención personal. Los renegados han roto los lazos con el entorno yihadista y han construido extensas redes de apoyo que les ofrecen respaldo emocional y una alternativa ideológica.
La decepción con las incoherencias entre el discurso de las organizaciones yihadistas y sus acciones, sumado al desvío de los objetivos originales, refuerza su decisión de abandonar el yihadismo. En prisión, han encontrado un espacio donde pueden reevaluar sus creencias y aprovechar oportunidades educativas y laborales para reconstruir su identidad.
Entender estas tres trayectorias resulta fundamental para definir líneas de acción en materia de seguridad y reinserción, ya sea tanto en la evaluación del riesgo de reincidencia entre estos presos, como en el desarrollo de programas de tratamiento que conduzcan al abandono de la violencia y faciliten la transición a la vida en libertad.
Así, esta monografía concluye presentando algunas recomendaciones para los actores relevantes implicados en trabajos de rehabilitación y reintegración de presos yihadistas, derivadas del análisis comparativo entre las trayectorias de leales, desconectados y renegados:
- El desarrollo de una identidad personal independiente es clave para la desvinculación del yihadismo. Las intervenciones deben fomentar una comprensión flexible de la pluralidad de identidades que puede poseer un individuo. Para garantizar su estabilidad a largo plazo, es esencial potenciar funciones sociales y profesionales que faciliten la reintegración.
- Las intervenciones deben abordar tanto las emociones negativas como positivas generadas por la militancia yihadista, ofreciendo alternativas que canalicen el desengaño o la culpa hacia la reintegración social y la reparación del daño. Es fundamental reforzar la estabilidad emocional de los presos que inician su desvinculación. En este sentido, el miedo al rechazo social debe abordarse como parte del proceso de desvinculación.
- La ruptura de los vínculos dentro del movimiento yihadista y la construcción de una red social alternativa que proporcione validación y propósito fuera del extremismo resulta clave en la desvinculación. Las intervenciones deben mejorar las habilidades sociales para crear relaciones diversas, dotando a los presos de recursos que favorezcan su integración plena en la sociedad.
- El desengaño con la violencia y las estrategias fallidas del yihadismo puede catalizar la desvinculación, llevando a los presos a reajustar sus expectativas y buscar alternativas no violentas. Sin embargo, algunos mecanismos de resistencia, como la racionalización de la violencia o la minimización de sus daños, dificultan este proceso. Las intervenciones deben atacar estos mecanismos mediante un enfoque ético y religioso, complementado con acciones que enfrenten la percepción de victimización y exclusión política y social.
- Finalmente, la prisión puede tanto reforzar el compromiso extremista como facilitar la desvinculación. Separar físicamente a los activistas de sus redes yihadistas, ofrecer programas educativos y laborales, e introducir intervención psicológica son estrategias que contribuyen a la ruptura con el yihadismo. No obstante, es esencial desmantelar las narrativas de victimización dentro de la prisión para evitar que ésta sea vista como una herramienta de opresión y, cuando sea posible, incorporar la dimensión ideológica en la rehabilitación, buscando desmantelar las bases de la justificación de la yihad global.
Imagen: Fachada de edificio con ventana en Pamplona (España). Foto: Iñigo Aranguren Osinaga / Getty Images.