Estos premios han hecho que se acorten las distancias en el mundo de la música y es gracias a esta organización que se reconoce un producto sin necesidad de que sea previamente conocido o haya obtenido una gran difusión radial” (Gabriel Abaroa, presidente de la Academia Latina de Grabación)[1].

Introducción: los Grammy y la industria cultural

Este documento trabajo analiza la presencia de España en los premios Grammy Latino, el principal galardón a los artistas hispanos[2] en EEUU. Siguiendo a sociólogos como Pierre Bourdieu (1993, 2002) y Motti Regev (1993, 2007, 2011), el trabajo se enmarca en la configuración de una sociología de la música popular española como un campo de producción cultural. Como los Grammy Latino premian la producción discográfica, es posible comprender la música popular global como un nuevo campo mundial de producción cultural, cuyos estadios de consagración pueden reflejarse o apoyarse en el reconocimiento de los galardones de la Academia Latina de Grabación.

Desde su inicio en 2000, los Grammy Latino, concedidos por la Academia Latina de Grabación (ALG), se han convertido en el galardón con mayor proyección internacional para la música de ámbito hispano. Como indica la misma denominación del premio, “latino”, en su instauración pesó mucho el ascenso de la minoría latina en EEUU que se consolidó en la década de 1980, minoría que por esas fechas pasó a convertirse en la “minoría mayoritaria” por delante de los afroamericanos. La atracción que supuso este nuevo mercado llevó inexorablemente a la creación de un premio que atrajese la atención de los hispanos-latinos a la industria discográfica norteamericana.

Al mismo tiempo, es evidente que la etiqueta de “música latina” tiene un carácter más “performativo” que denotativo, es decir, está creando un género en EEUU más que reflejándolo, pues existen muchas músicas latinas. En todo caso, en este trabajo no se entrará en el análisis de la industria musical más que desde el impacto provocado por la celebración de los Grammy como recurso de la industria discográfica, y se remite, entre otros, al trabajo de Keith Negus (1999) sobre la relación entre géneros musicales e industria musical en el que explica cómo “sonidos y sentidos musicales no son sólo dependientes de la manera en que una industria está produciendo cultura, sino también de la manera en la cual la cultura está produciendo una industria” (Negus, 1999, p. 13). Por ello es más interesante analizar cómo figura España, cuántos premios obtiene y en qué categorías. Poder apreciar, dentro del aparato imaginario de la industria cultural global, cómo los músicos españoles logran ubicaciones de privilegio o meramente marginales, si pueden imponer nuevos géneros o si ellos se están adaptando a la sonoridad de moda, o si pueden ir más allá de las fronteras sonoras del folclore, expandiéndolo o simplemente retrayéndolo. Cuando se cumple una década del inicio de la entrega de los Grammy Latino, parece un momento apropiado para hacer un balance de lo que han supuesto para los artistas españoles y España en general.

Para el análisis, con carácter previo, hay que comenzar identificando las categorías. No son siempre las mismas, van variando en función de la oferta de los álbumes y artistas, pero también de la Academia.[3] A efecto de lo que aquí interesa, hay que subrayar que consta de varias categorías en las cuales los premios de antemano son cautivos de algunos países. Así ocurre, y se verá que con diferencias según los casos, con la música brasileña o el flamenco.

Más allá de susceptibilidades acerca del valor real de los premios Grammy –cosa que en este trabajo no se hará–. Se verá que España ha cosechado importantes resultados, premios que le han dado una importante visibilidad en EEUU y en el mundo en general. Ahora bien, frente al tópico que presenta a España como potencia cultural, también en el terreno de la música pop-rock, el análisis arroja unas conclusiones que más bien matizan esta idea. En primer lugar, España no es ni de lejos el principal beneficiario. En segundo lugar, los premios Grammy Latino en el caso de España se concentran bien en la categoría de flamenco, bien en la figura de Alejandro Sanz, que por sí sólo representa uno de cada tres premios de los que ha recibido España. En tercer lugar, España se sitúa al mismo nivel que otro país latinoamericano, Argentina, que no dedica ni la mitad de los recursos que España a la promoción de su cultura. En cuarto lugar, cabe la interpretación, por la que además se apuesta aquí, de situar la producción musical española cara a los Grammy Latino no tanto como un matrimonio de conveniencia –que en parte lo es– como en cambio la manifestación de un giro global en la producción cultural mundial. Estas conclusiones deberían llevar a un replanteamiento de las políticas y los discursos de España como potencia cultural y, particularmente, musical.

Grammy como consagración, Academia como campo de producción cultural

Existen varios premios alrededor del globo dirigidos a la producción musical. Los Grammy son los premios de la música con más solera, aunque dentro del imaginario norteamericano sean unos premios devaluados,[4] sospechosos de hacerle el juego a la industria musical. Con los Grammy Latino podría darse una situación similar. Cualquier Academia que premie una actividad –sea la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, norteamericana o de cualquier otro país, sean los premios de la Academia Sueca– se maneja con unos criterios que en definitiva no pueden dejar de ser arbitrarios (hay una arbitrariedad muy coherente en los premios Nobel: con mirar los galardonados con el Nobel de la Paz[5] se lee una línea de intenciones muy clara, más allá de estar de acuerdo o no con los premiados). Pero si se acepta que cierto grado de arbitrariedad es inevitable en cualquier forma de reconocimiento, así como también que cierto grado de arbitrariedad, una vez aceptado, es un grado de objetividad (esa coherencia a la que se ha hecho referencia), cabe preguntarse si la música que se produce, consume y premia en EEUU, es, como dice Keith Negus, una forma en que la industria produce cultura, o una forma en que la cultura produce industria.

Hasta los más escépticos deben entender que los procesos de consagración en cada mundo del arte son propios y ajustados a sus propios criterios –o coherencia–. La literatura francesa del siglo XIX, con su estructura simbólica quiasmática, en la que se oponen los valores de la autenticidad artística frente a los valores del éxito comercial, oponiendo así la poesía frente al teatro como expresiones puras del arte por el arte frente al arte como mercantilización de la creatividad –dejando a la novela como estado intermedio entre la poesía y el teatro, reuniendo un capital simbólico a medio camino entre ambas– poco tiene que ver con la distribución de los capitales simbólicos que consagran un género o corriente dentro de las artes promovidas por los medios masivos de comunicación en el siglo XX y en la actualidad.

La teoría bourdiana de los campos de producción cultural (Bourdieu, 1993, 2002) eleva la producción artística hasta niveles de autonomía que son imposibles tanto en el arte previo a la revolución industrial como en la música popular moderna que se premia en los Grammy Latinos. El Estado francés imperial de finales del siglo XIX era un mecenas que poco tiene que ver con la democratización de las industrias culturales actuales. No se trata de que el genio creativo esté más o menos promovido en un campo artístico u otro, sino de realidades dinámicas en las que los artistas son actores que deben enfrentarse a la inmediatez de los cambios tecnológicos y su rápida propagación, lo mismo que deben enfrentarse con contenidos artísticos –de forma y mensaje– también cambiantes. De esta manera, la maleabilidad con que mutan las categorías de los premios Grammy Latino, sea la distinción de la categoría Música Cristiana según se cante en castellano o portugués, ocurrida en 2004, después que el género “Cristiano” comenzara a premiarse en 2002, o el surgimiento de premios al género llamado alternativo en 2004 o a la música llamada urbana en 2007, así como la desaparición del merengue como categoría premiada dentro del género tropical desde 2008, podría interpretarse bien como (a) yendo a remolque de lo que lo músicos hacen, (b) yendo a remolque de lo que las audiencias compran o (c) intentando proponer tipos determinados de consumo y valorización. En cualquier caso, como dice Negus, no está claro cómo la teoría bourdiana de los campos de producción cultural, aplicada a la alta cultura europea del siglo XIX, principalmente a la literatura, y centrada en el caso de Gustave Flaubert, puede usarse para comprender la cultura popular de los medios de comunicación masiva del siglo XX (Negus, 1999, p. 185). David Heshmondhalgh (2006) critica desde otra perspectiva la teoría bourdiana de los campos de producción cultural. Critica la poca atención prestada por Bourdieu al desarrollo de las industrias culturales en el Siglo XX, pero principalmente se pregunta por qué Bourdieu desatiende las producciones culturales a gran escala o las producciones culturales populares (2006, p. 218).

Proponer, pues, un marco teórico desde la producción de las obras musicales debería tarde o temprano tener que enfrentarse con la consagración artística como motor de producción y reproducción de consumidores culturales, asumir el papel que juegan las academias como centros de decisión cultural y compararlo con los distintos cánones propuestos de valorización artística de las obras. En el caso español, que es el que se trata aquí, se ha atenido a la manera en que los músicos y músicas de España pueden consagrarse en el extranjero como forma de desarrollo de capitales simbólicos nacionales. Respecto a la consagración interna o nacional de los músicos españoles –y los músicos extranjeros que conforman el campo de la música popular española– se ha desarrollado con anterioridad un trabajo sobre la percepción y valoración de las obras a partir de la prensa especializada en la música pop-rock española (Val Ripollés, Noya y Pérez Colman, 2010). Y acerca de los campos de producción cultural y la música popular contemporánea, junto a Fernán del Val se ha trabajado la teoría de Pierre Bourdieu aplicándola al caso del surgimiento y consolidación del rock en el Reino Unido en los años 60 (Pérez Colman y Val Ripollés, 2009).

En Motti Regev se encuentra una manera complementaria de abordar los Grammy Latino. Regev (1994) parte de la ideología del arte que se aplica en la producción de la música pop y rock –nociones del arte y de lo artístico que sería una variación histórica de la ideología que el mismo Bourdieu identifica en Flaubert (Bourdieu, 1993, 2002)–. Regev cree que la música pop y rock juega un papel en la disputa por el contenido de las jerarquías del campo, por redefinir los criterios estéticos (Regev, 1994, p. 98). Las llamadas (o tenidas como) obras maestras de la música pop y rock establecerían un canon aceptado y puesto de manifiesto en encuestas de valoración de discos como obras. Appen y Dohering (2007) construyen una metalista a partir de más de 30 encuestas de valoración de discos de pop-rock para así conformar un mapa valorativo que constituiría el canon del pop rock. En lo más alto del canon pop y rock se situarían dos obras de los Beatles: Sgt. Pepper’s de 1967 y Revolver de 1966. Del mismo modo, los premios Grammy Latino podrían estar promoviendo un nuevo canon de la producción y el gusto musical en pleno siglo XXI. Regev ha ido moviéndose cada vez más hacia el plano internacional de la música popular, y por lo tanto brinda nuevas pistas para asediar la comprensión de la dimensión de las consecuencias de los Grammy Latino. A nivel mundial, la música rock ha sido la promotora de los procesos de globalización musical. Regev (2007) señala que el lenguaje estético de cada música nacional o local se vuelve cosmopolita. La expansión de la música popular es global, de la misma manera en que el género “latino” es una mutación de la música caribeña e hispanoamericana ocurrida entre Nueva York, Miami y Cuba a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado, como en su momento el rock fue una mutación de la música afroamericana ocurrida en suelo británico (Pérez Colman y Val Ripollés, 2009). Regev (2011) finalmente señala que la música popular global termina por hibridizarse, indigenarse, mezclando ritmos y sonidos locales con aquellos que se han sumado ya al sonido global de la música popular: Regev lo llama el isomorfismo expresivo de la música global popular. Esto permitirá pensar a los Grammy Latino y la evolución de las categorías que premia no tanto como una arbitrariedad subsumida en la industria de la música norteamericana, sino como la interrelación e hibridación de todos los sonidos que se producen en el globo y como la manera en que músicos del mundo pueden asociarse en la producción de nuevos géneros musicales así como nuevos sentidos acerca de las culturas locales, nacionales y regionales o continentales.

Grammy, Grammy Latino

Debemos distinguir entre los Grammy, premios otorgados por la Recording Academy (de ahora en adelante, salvo aclaración, sencillamente “Grammy”), y los Grammy Latino, premios otorgados por la Academia Latina de la Grabación (salvo aclaración, de ahora en adelante “Grammy Latino”). Los premios Grammy otorgados por la Recording Academy (o Academia Americana de Grabación) se dirigen a productos lanzados en EEUU y cuyos miembros están domiciliados en EEUU. La Academia Latina, por su parte, aunque situada en el corazón de la industria musical americana, reconoce grabaciones lanzadas en cualquier lugar del mundo con la única condición que estén grabadas en castellano o portugués.

Hasta el año 2000, antes de la aparición de los Grammy Latino, la Recording Academy de EEUU tenía una categoría Latino en su entrega anual de premios Grammy destinada a aquellos músicos hispanos que triunfaban en el mercado norteamericano. Los Grammy como tal se otorgan desde 1958, y en 1975 comenzó a premiarse la categoría Mejor Disco Latino (Best Latin Recording). El neoyorquino Eddie Palmieri fue el primero en llevarse el galardón al Mejor Disco Latino por “Sun of Latin Music”. A partir de 1983 el que fuera hasta entonces único premio a la categoría Latino se dividirá en tres galardones: un premio al pop latino, otro premio a la música tropical y, tercero, un premio a la música mexicana-americana. La Academia reconocía así al género latino como un campo musical estadounidense más. Campo musical que surge, siguiendo a Keith Negus, de “la superposición e interacción del mercado de música Latina en Estados Unidos y el mercado musical de Latinoamérica” (Negus, 1999, p. 134).

En 1997 se agrega un premio más a la categoría latina, el premio rock latino. En 1998 se premiará una quinta categoría, la de música tejana (Best Tejano Music Performance). En 1999 se llegan a premiar hasta siete categorías dentro del campo latino (el punto álgido será 2008, año en que la academia otorgará hasta nueve galardones para premiar el campo de la música latina). Sin embargo, será el año 2000 el que vea el nacimiento de la entrega de premios Grammy Latino. Esto no significará que la Academia Americana de Grabación deje de premiar el campo latino con los Grammy (como acabamos de mencionar, durante la primera década del siglo XXI no sólo se seguirá premiando la producción discográfica del campo latino, sino que se irán incorporando más premios), esto significa que, por un lado, hay una entrega anual de premios Grammy –donde se seguirán otorgando premios a la música latina como un género más dentro de todos los géneros producidos en suelo norteamericano– y, por el otro, que hay una entrega anual de premios Grammy Latino –en el que además de lo “hispano” como vinculado a la América hispana, se premiará la música brasileña o española–.[6] Por ejemplo, se han llegado a premiar hasta 11 categorías distintas dentro del género musical brasileño –del pop al sertanejo o de la samba al rock brasileño–, así como también existe una categoría exclusiva de música flamenca.

Antes, pues, del surgimiento de los Grammy Latino, hay una serie de músicos españoles galardonados con premios Grammy. Plácido Domingo es el español más premiado por la Academia Americana de Grabación. Entre 1983 y 1999 se llevó hasta siete distinciones. Cuatro veces se llevó el premio Grammy a la Mejor Grabación de Ópera, junto a Carreras y Pavarotti se llevó el Grammy a la Mejor Interpretación Vocal Clásica de 1990 y en 1999 se llevó el premio a la categoría Mejor Interpretación de Música Mexicano-Americana. En 1984 se llevó el premio a la categoría Mejor Interpretación Pop Latino, siendo ésta la primera vez que se premiaba a un español con un Grammy por hacer música pop latina.

Otro caso: en ediciones posteriores a 1984, padre e hijo, Julio y Enrique Iglesias fueron premiados también por la Mejor Interpretación Pop Latino, Julio en 1987 (aunque estuvo nominado en más de cinco ocasiones a lo largo de su carrera) y Enrique en 1996. Ya entrados en el siglo XXI, y ya existiendo la entrega de premios Grammy Latino, hubo aún españoles que se llevaron algún premio de la Academia Americana de Grabación. Será la agrupación madrileña afincada en México, La Quinta Estación, la que en 2009 se lleve el premio Grammy al Mejor Disco Pop Latino, y, cómo no, Alejandro Sanz, quien se quedará con tres premios, en 2003, 2007 y 2010.

La geopolítica de los Grammy Latino

Atendiendo ahora a los premios Grammy Latino, se verá que México y Brasil son los países que han recibido más nominaciones y premios (según los cálculos realizados con la información de la página web oficial de los Grammy, Brasil tiene unos 107 premios y México unos 87).[7] Son la primera división de los Grammy. Dado que México se trata de un país próximo humana, geográfica y políticamente a EEUU, desde luego hay que pensar que existe una geopolítica de los Grammy. Piénsese que en un 70% la población hispana de EEUU se compone de mexicanos.

En el caso de Brasil, como se ha dicho, hay una categoría de música brasileña en la que el país carioca acapara los premios. Pero de nuevo Brasil es, sin duda, la gran potencia latinoamericana y una potencia en ascenso. Cuando se analiza la evolución de los premios que ha recibido Brasil es claro que ha recibido más premios de un tiempo a esta parte, de forma que de nuevo el factor geopolítico es claro. Sin contar premios a músicos, productores o ingenieros procedentes de Brasil, o a la música “cristiana” en portugués (categoría existente desde 2004), las categorías que premian a la música brasileña, a pesar de haber ido variando, han mantenido un número estable: siete categorías desde 2000 hasta 2007, y ocho categorías en 2008 y 2009, regresando a las siete categorías en 2010 (véase el Anexo).

La geopolítica de los Grammy también se pone de manifiesto en el caso de España, que junto con Colombia, Puerto Rico, Cuba y Argentina forman la segunda liga de los países premiados (sin entrar a considerar el peso de los propios norteamericanos, que han cosechado más de 40 galardones –aunque como se señalará más adelante, muchos premios a artistas norteamericanos podrían considerarse de algún modo también premios mexicanos–). De nuevo, está claro que la geopolítica explica los premios de Colombia y Puerto Rico, que además de ser potencias musicales en el mundo latino, con artistas consagrados en el campo de la industria musical como Juanes, Shakira, Obie Bermúdez y Daddy Yankee, son países próximos a EEUU en términos estratégicos y políticos. En este sentido, el caso cubano es delicado y complicado: un régimen comunista en la isla, sí, pero un lobby en la Florida norteamericana, también.

La pauta de los premios recibidos por España también podría apuntar a factores políticos y estratégicos. España alcanzó el máximo de nominaciones en 2001-2004, logrando 11 premios, para después iniciar un lento pero inexorable declive que ha llevado a los dos premios obtenidos en 2009. ¿Es casualidad que el período de máximo esplendor coincida con la luna de miel Aznar-Bush? ¿O que los atentados del 11-M atrajesen la atención de los norteamericanos hacia España, el otro país objeto de ataques islamistas masivos?

Hay que destacar un mérito de España: recibe la misma cantidad de premios que Puerto Rico y Colombia, cuando estos dos países, es evidente, están mucho más próximos a EEUU que España tanto en términos culturales como políticos. Por lo tanto, parece que España, como dirían los norteamericanos, “pega por encima de su peso”.

México y los Grammy Latino

Calcular las nominaciones y premios mexicanos es una dificultad que estriba en el carácter migratorio de mucha población mexicana hacia EEUU, y al origen mexicano mismo de los estados del sur de EEUU, pues se hace difícil otorgar la nacionalidad a un artista que habla español, es hijo de mexicanos, pero que ha nacido en EEUU, o que, incluso habiendo nacido en México, adopta la nacionalidad norteamericana, o trabaja en una formación musical o en un estudio de grabación que es estadounidense.

La Wikipedia tiene una entrada en castellano para los premios Grammy Latino (http://es.wikipedia.org/wiki/Premios_Grammy_Latinos), en la que se basó en un principio la Tabla 1. Sin embargo al cotejar caso por caso, se descubrieron algunas confusiones llamativas. Por citar un ejemplo, se pueden tomar los años 2006 y 2007. En la Wikipedia se señala que México se llevó 13 premios en 2006. Ahora bien, si se observa cada artista premiado (consultando http://www.grammy.com/ y http://www.grammy.com/nominees/latin/search), se ve que en 2006 se premió a Natalia y Laforquetina (Mejor Disco Vocal de Rock, Dúo o Grupo), a Julieta Venegas (Mejor Disco de Música Alternativa), a Joan Sebastian en dos ocasiones (Mejor Disco Banda y Mejor Disco Grupero), a Los Tigres del Norte (Mejor Disco Norteño) y a Conjunto Primavera (Mejor Canción Regional Mexicana). Todos estos artistas son mexicanos, incluso Los Tigres del Norte, quienes se formaron en San José, California, pero son provenientes de Sinaloa, México. La confusión de la Wikipedia, y comprensiblemente de más de uno, se debe a que, como en la música brasileña, en los Grammy Latino se premian categorías a la música mexicana cuyos ganadores, aun llevando nombres españoles, no son ni mexicanos ni latinoamericanos, sino “estadounidenses latinos”. Así, cotejando los datos se descubre que los premios restantes del campo musical mexicano fueron otorgados a músicos estadounidenses con origen o vinculación directa con México: Pepe Aguilar, ganador en 2006 del Grammy Latino a Mejor Disco Ranchero por “Historias de mi tierra”, nació en San Antonio, Texas; La Mafia, agrupación que en el mismo año se llevó el Grammy Latino a Mejor Disco Tejano, es originaria de Houston, Texas; y el Mejor Disco de Regional Mexicana Tropical se lo llevó Abraham Isaac Quintanilla III y Los Kumbia Kings, el primero nacido en Toppenish, Washington, y la agrupación formada en Corpus Christi, Texas. Por último, Marcos Witt, quien se llevó el Grammy Latino a Mejor Disco Cristiano por “Dios es bueno”, aunque criado en México desde niño, nació en San Antonio, Texas. Si se suma entonces a los provenientes de México con los estadounidenses de origen mexicano o latinos que se llevaron un Grammy Latino en 2006, se alcanzarían los 13 premios que la Wikipedia pone bajo bandera mexicana.

Algo similar ocurre con el año 2007, donde se entregaron premios a Jesse & Joy, dúo originario de la Ciudad de México, por Mejor Artista Nuevo, y a Grupo Bryndis, formado en Santa Paula, California, pero originario de Cerritos, San Luis Potosí, México, por Mejor Disco Grupero. Aunque dos premios cayeron bajo bandera mexicana, la Wikipedia, sin embargo, de nuevo señala más galardones en manos mexicanas, seis, para ser precisos. Presumiblemente, la confusión se da otra vez con músicos estadounidenses: en 2007 también recogieron galardón Pepe Aguilar, quien ya se vio es de Texas, la agrupación Horóscopos de Durango, formada en Chicago, Illinois, y –por poner otro ejemplo– Los Palominos, de Uvalde, Texas. En todo caso, los Grammy Latino estarían desafiando el concepto de nacionalidad, primando la hibridación cultural en el seno de EEUU o proponiendo un cierto panmexicanismo –recuérdese que California, Texas, Nuevo México y Arizona, entre otros estados actuales de EEUU, fueron mexicanos en un tiempo–.

Figura 1. Número de premios por países[8]

 20002001200220032004200520062007200820092010Total
México1368610662891084
Brasil7712910991013129107
España48631145322553
Colombia2455257482246
Puerto Rico1522257669146
Argentina42 4145246840
Cuba6344436132339
EEUU2426363852344
Rep. Dom.44  2227  324
Venezuela       3 148
Panamá   1   11 14
Italia     1 1 1 3
Perú  1  1     2
Francia    1  1   2
Chile  1 1      2
Guatemala      1    1
Nicaragua         2 2
Ecuador         1 1
Uruguay       1   1
Costa Rica        1  1
Canadá          11
Total año4343414047465150514950511

Fuente: ALG.

España, Miami y el efecto Alejandro Sanz

Aun así, no todo es geopolítica en los Grammy Latino. Incluso en la industria discográfica norteamericana la música tiene algo que decir. Y aquí es donde entra en acción la figura de Alejandro Sanz, el músico español más premiado, hasta el punto de que acapara ni más ni menos que uno de cada tres de los premios recibidos por España.

Si bien México y Brasil poseen la mayor cantidad de artistas premiados por la Academia Latina de Grabación, y si bien es el colombiano Juanes el artista con más premios individuales, el gran triunfador de los Grammy Latino la pasada década ha sido el español Alejandro Sanz.

El madrileño ha recibido el premio a la mejor grabación del año hasta en cinco oportunidades, y si se tiene en cuenta que se trata de una distinción hecha por y para la industria discográfica, el galardón Grabación del Año es entonces el premio mayor de esta celebración. Recibió dicho premio en 2001 por “El alma al aire”, en 2002 por “Y sólo se me ocurre amarte”, en 2004 por “No es lo mismo”, en 2005 por “Tú no tienes alma” y en 2006 lo compartió con Shakira por “La tortura”. El mencionado Juanes logró esta distinción únicamente en dos ocasiones (en 2003 y 2008).

Además de Grabación del Año, existen tres categorías dentro de los premios Grammy Latino que conjuntamente forman el Campo General: Disco del Año, Canción del Año y Mejor Nuevo Artista. Salvo este último galardón, de Mejor Nuevo Artista, Alejandro Sanz también ha cosechado éxitos en Disco del Año –ganó este premio en 2001 por “El alma al aire”, en 2002 por su “MTV unplugged” y en 2004 por “No es lo mismo”-, y también lo ha conseguido en Canción del Año: en 2001 por “El alma al aire”, en 2002 por “Sólo se me ocurre amarte”, en 2004 por “No es lo mismo”, y en 2005 por “Tú no tienes alma”.

Alejandro Sanz ha sido galardonado en total unas 16 veces por la Academia Latina de Grabación,[9] casi una tercera parte de todos los premios (53) que han recibido los artistas españoles en conjunto en la citada pasada década en los Grammy Latino (este dato replantea el pensamiento que sitúa a España a la cabeza de una revolución cultural y musical global, haciendo sospechar que más que una invasión española se trata del éxito particular de un artista muy unido al “cogollito” de Miami).

Quitando los premios que los Grammy Latino otorgan a la música mexicana y brasileña, allí donde no entran a competir artistas españoles –salvo en alguna oportunidad como en la que, por ejemplo, Sheila Dúrcal ha estado nominada a Mejor Álbum Ranchero (2005)–, así como quitando también los premios dados a la música tropical en los que tampoco se premian artistas españoles –aunque existan algunas excepciones, como son los premios dados a Diego “El Cigala” junto a Bebo Valdés por su disco “Lágrimas negras” en 2004 para la categoría Mejor Álbum Tropical Tradicional, y el premio a Mejor Álbum Tropical Tradicional dado este año a Concha Buika– y dejando a un lado los premios a la música cristiana, así como dejando a un lado los premios a la música flamenca –categoría en la que únicamente han competido españoles–, los artistas de España han sido nominados en casi todas las demás categorías y han obtenido al menos algún premio en cada una. Así: en la categoría General, Sanz se erige como el rey con sus cinco premios a la Grabación del Año; en la categoría pop están Miguel Bosé, Rosario, Enrique Iglesias, La Quinta Estación y La Oreja de Van Gogh); en rock, que es la gran excepción, pues no hay premio para España pero sí continuas nominaciones para Miguel Ríos, Bunbury, Jarabe de Palo, Rosendo y un largo y rockero etcétera; en urbano está La Mala Rodríguez; en folclórico, Kepa Junkera; en infantil, Miliki; en clásico, Plácido Domingo, la Orquesta Sinfónica de Madrid y Montserrat Caballé; en producción, Javier Limón, y en la categoría Mejor Nuevo Artista, David Bisbal y Bebe.

Quizá la gran excepción –aparte de la categoría rock– sea la falta de un premio a la categoría de Mejor Álbum Cantautor, género tan caro en España. A pesar de no haber premios, sí que ha habido gente nominada, como Joan Manuel Serrat en 2004 –primer año en premiarse este género en los Grammy Latino– por su trabajo “Serrat sinfónico”, Pedro Guerra, nominado en 2005 por “Bolsillos”, Joaquín Sabina, nominado en 2006 por “Alivio de luto”, y el mismo José Luis Perales, nominado en 2007 por “Navegando por ti”. En 2009, para no ser excepción –como lo fue 2008– volvió a haber otro español nominado a Mejor Álbum Cantautor, esta vez una mujer, Rosana, por “A las buenas o a las malas”.

Volviendo al caso Sanz, cualidades musicales aparte, también es incuestionable su clara apuesta por el mercado norteamericano: no en vano tiene su residencia en Miami. Siguió la estrategia de Julio Iglesias y ha obtenido tan buenos resultados como su predecesor.

En este sentido, sin restar un ápice de los méritos del músico español, buena parte del “efecto Sanz” es en realidad un “efecto Miami”. No cabe duda de que la proximidad al mercado norteamericano le permite al músico conocer sus gustos. Y no menos entablar alianzas estratégicas con músicos hispanos en EEUU que han promovido su figura a lo que es: un artista ya casi tan norteamericano como español.

Por otra parte, también hay que decir, como resultado de lo anterior, que su música se ha “tropicalizado” o “caribeñizado”, esto es, se ha aproximado más al canon estético de los Grammy. Por el cambio se ha ido perdiendo el flamenco o la rumba que estaban en sus orígenes, por más que en sus entrevistas y conciertos en España intente recuperar esos orígenes.

Por lo demás, los premios que no recibe Alejandro Sanz para España van a parar básicamente a artistas flamencos o a categorías menores. Cuando se descuentan de los premios que recibe España el “efecto Alejandro Sanz”, España es Argentina.

Dado que España y Argentina mantienen la misma distancia geográfica y política respecto a EEUU, al menos hasta la llegada de Obama –que ha aproximado un poco más España a EEUU–, tiene sentido comparar la evolución y los patrones de los premios Grammy recibidos. Además, Argentina tiene su flamenco en los Grammy: el tango. En cambio, Argentina no tiene un Alejandro Sanz y quizá lo más parecido sea Fito Páez o el de momento malogrado Gustavo Cerati. Esto hace que haya una menor concentración de premios en un artista y que la paleta musical que ofrece Argentina en España sea más amplia.

Comparación con Argentina

Si Miami es de algún modo el símbolo visible de la cabeza de la industria discográfica articulada a través de los premios Grammy Latino, Madrid y Buenos Aires son los puntos geográficos y culturales más alejados del “cogollito”. Quitando a Sanz, si se compara la progresión de los premios recibidos por artistas argentinos y españoles, se ve que, salvo las categorías cuasi étnicas que premian a la música flamenca o al tango, estos artistas ocupan más o menos el mismo nicho de nominaciones y galardones: Pop, Rock, Clásico y Producción; y no sólo esto, sino que además han recibido casi la misma cantidad de premios: en 11 años de Grammy Latino, España se queda en 37 premios –sin los 15 premios provocados por Alejandro Sanz– y Argentina llega a los 40.

El campo donde más interrelación hay entre la música argentina y española en los premios de la Academia Latina de Grabación es en el del pop y rock. En términos absolutos la música española ha sido más galardonada en el ámbito pop y la música argentina, en el ámbito rock. España tiene nueve premios en la categoría pop por uno argentino, y Argentina tiene nueve premios en la categoría rock por ninguno español. Es curioso que España ha obtenido unas 22 nominaciones a algún premio del género rock en la década pasada y Argentina unas 11 nominaciones a algún premio del género pop, y que, sin embargo, Argentina se ha llevado un premio al pop y España ninguno al rock.

En el año 2000 Fito Páez recibió dos premios en la categoría rock: uno en Mejor Interpretación Vocal Rock Masculina por “Al lado del camino”. Por este premio compitieron otros tres argentinos, Andrés Calamaro, Gustavo Cerati y Charly García, y un español, Enrique Bunbury, nominado por “El extranjero”. El segundo premio de Páez fue el de Mejor Canción de Rock.

En 2001, cuando Alejandro Sanz ganó el Grammy Latino al Mejor Álbum Vocal Pop Masculino con “El alma al aire”, por ese premio estaban también nominados el español Pedro Guerra y el argentino Alejandro Lerner.

En 2002 Rosario se llevó el premio al Mejor Álbum Vocal Pop Femenino por su disco “Muchas flores”, ganándoselo a las españolas Ana Belén y Mónica Molina, que estaban también nominadas. Miguel Bosé ganó en Mejor Álbum Vocal Pop Masculino por su trabajo en “Sereno”, y entre los otros nominados estaba el argentino Alejandro Lerner. Luego, Miguel Ríos estuvo nominado a Mejor Álbum Vocal Rock Solista por “Miguel Ríos y las estrellas del rock latino”, al igual que los argentinos León Gieco, Celeste Carballo y Luis Alberto Spinetta, aunque en esta oportunidad el premio se lo llevó la mexicana Alejandra Guzmán.

En 2003 Enrique Iglesias se llevó el premio a Mejor Álbum Vocal Pop Masculino por “Quizás” en una categoría en la que estaban nominados los españoles David Bisbal y Joan Manuel Serrat.

En 2004, el año de la gran victoria española en los Grammy Latino –por supuesto, de los 11 premios dados a artistas españoles, cinco fueron para el trabajo de Alejandro Sanz–, hubo dos premios en la categoría pop para artistas españoles: Rosario en Mejor Álbum Vocal Femenino Pop por “De mil colores” (por delante de Rocío Dúrcal) y, no iba a ser otro, Alejandro Sanz en Mejor Álbum Vocal Pop Masculino por “No es lo mismo” (por delante de otro español, David Bisbal).

En 2005 no hubo premios en las categorías Pop o Rock ni para músicos argentinos ni españoles. Aunque estuvieron nominados a las categorías Pop los artistas españoles Bebe, Amaral, Andy y Lucas, y Presuntos Implicados; y estuvieron nominados a las categorías Rock los españoles Revolver, Enrique Bunbury y Jarabe de Palo, y también los argentinos Fito Páez y Enanitos Verdes. Ese año, Alejandro Sanz volvió a llevarse el premio a Grabación del Año y Bebe fue premiada como Mejor Nuevo Artista.

En 2006 La Oreja de Van Gogh se llevó el Grammy Latino en Álbum Vocal Pop Dúo o Grupo por su trabajo en “Guapa”, categoría en la que estaba nominado otro grupo español, La Quinta Estación. En la categoría Mejor Álbum Vocal Rock Solista, el argentino Gustavo Cerati se llevó el premio por “Ahí vamos”. Estaban nominados para ese premio los argentinos Ariel Rot y Fabiana Cantilo, así como la española Belén Arjona. Cerati también se llevó el premio a Mejor Canción Rock ese año por “Crimen”.

En 2007 el grupo español, radicado en México, La Quinta Estación, se llevó el Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Vocal Pop Dúo o Grupo por su disco “El mundo se equivoca”. Optaban también a ese premio los españoles Jarabe de Palo y los argentinos Miranda!. El premio a Mejor Álbum Vocal Rock Solista fue para el argentino Fito Páez por su disco “El mundo cabe en una canción”. Esta categoría tenía como nominados únicamente a españoles y argentinos: Rosendo, Iván Ferreiro, Belo y los Susodichos, por un lado, y Ariel Rot, por el otro, completaban la terna junto al galardonado Páez. Luego, el Argentino Cerati volvió a recibir un Grammy Latino, esta vez por “La excepción”, que fue premiada como Mejor Canción Rock, categoría que estaban nominados los argentinos La Renga.

En 2008 Andrés Calamaro ganó el Grammy Latino a Mejor Álbum Vocal Rock Solista. Su disco “La lengua popular” le ganó la partida a “Energía divina” del argentino Juanse (no confundir con el colombiano Juanes) y a “Balmoral” de Loquillo. Asimismo, ese año Fito Páez se llevó el premio al Mejor Álbum Cantautor, premio, como hemos dicho antes, en el que los españoles, salvo ese año, siempre han estado nominados pero sin llegar nunca a recoger el galardón (en 2004 los argentinos Alejandro Lerner y León Gieco estuvieron nominados en esta categoría, en 2005 lo estuvieron Kevin Johansen y Vicentico, y en 2006 otra vez León Gieco).

En 2009, año en que los artistas argentinos recogieron más premios hasta ese momento (seis) y los españoles lograron por segundo año consecutivo su nota más baja (sólo dos premios), Fito Páez logró su quinto premio Grammy Latino. Fue premiado al Mejor Álbum Vocal Pop Masculino por su disco “No sé si es Baires o Madrid”, compitiendo con su compatriota Coti y el español Álex Ubago. Habría que mencionar que el premio en la categoría Mejor Álbum Vocal Pop Dúo o Grupo se lo llevó el conjunto mexicano Reik por delante de cuatro nominados españoles: Jarabe de Palo, La Oreja de Van Gogh, La Quinta Estación y Presuntos Implicados.

En 2010 los artistas españoles sacaron mejor nota que el año anterior. Incluyendo el premio honorífico Persona del Año que ha sido para Plácido Domingo (en 2001, este galardón fue para otro español, el “miamizado” Julio Iglesias), cinco premios han venido a España. De manera sorpresiva, Alejandro Sanz no ha ganado “su” premio, el de Grabación del Año –que fue para la banda mexicana Camila–. A pesar de estar nominado para todos los premios grandes (Grabación del Año, Álbum del Año y Canción del año), únicamente se llevó el premio a Mejor Álbum Vocal Pop Masculino. La Mala Rodríguez se ha llevado el Grammy Latino a Mejor Canción Urbana. Por su parte, los músicos argentinos han superado su marca del año pasado y se han llevado ocho premios en 2010. De destacar son los premios dados a Gustavo Cerati: Mejor Álbum Rock por “Fuerza natural” y Mejor Canción Rock por “Deja vu” –junto a Fito Páez es el músico argentino más galardonado por la Academia Latina de Grabación–. Cerati, galardonado en ambos premios dados a la categoría rock este año, se halla ahora mismo en coma debido a un accidente cerebro-vascular ocurrido hace ahora más de un año.

Figura 2. Evolución de nominaciones y premios de Argentina y España

 NominacionesGanadores
AñoEspañaArgentinaEspañaArgentina
2000152444
2001301482
2002221460
2003201734
20042321111
2005241844
2006152055
2007211932
2008172324
2009272426
2010261658
Total2402105340

Fuente: ALG.

Conclusiones

La última entrega de premios Grammy Latino (2010) registra la menor cantidad de premios otorgados a los géneros pop y rock. Si en su primera edición la Academia Latina de Grabación otorgaba cinco premios al género pop y otros cinco al género rock, este año sólo dio tres premios al pop y dos al rock. Éste no sería el único caso de disminución o desaparición de un género y sus categorías a premiar: los dominicanos están preocupados con la desaparición del merengue[10] dentro de las categorías premiadas.

Alejandro Sanz, a pesar de haber vuelto a sacar disco, y de haberse esperado que ganase en todas las categorías nominadas (Grabación del Año, Mejor Álbum del Año, Canción del Año, Mejor Álbum Vocal Pop Masculino), ha perdido frente a Camila (Grabación del año, Canción del Año) y Juan Luis Guerra (Álbum del Año), y se ha quedado sólo con el premio a Mejor Álbum Vocal Pop Masculino.

Este año 2010 también tuvo otros españoles nominados al campo del pop: Bebe, Rosario y la primeriza Estrella en la categoría femenina, Joaquín Sabina en la masculina (junto a Sanz), y Estopa y Taxi en la categoría de grupo. El único premiado fue el mencionado Sanz.

En líneas generales, a pesar de lo dicho por el presidente de la Academia Latina de Grabación al conocerse a los músicos nominados para 2010 que “¡España vino e hizo un asalto!”, hay que destacar que el número de nominaciones fue casi similar al del año anterior, en el que los resultados fueron un tanto negativos para los artistas españoles. Quizá los españoles amenazaban con “asaltar” porque volvía el peso pesado de Alejandro Sanz –el artista “latino” más exitoso en el mercado americano con cinco premios a la Grabación del Año–, pero al no haber ganado más que un solo Grammy Latino (no es que sea poco, pero a más galardones nos tenía acostumbrado Sanz en estos premios), nos hemos quedado en cinco premios: mejor balance que el año pasado, de todos modos.

El análisis de los Premios Grammy nos permite sacar una serie de conclusiones sobre la “potencia sonora” de España en EEUU. En primer lugar, España no es ni de lejos el principal beneficiario, pues está en una segunda liga. Cuando se controla el efecto de la proximidad política y geográfica, Puerto Rico y Colombia están por delante, y España se sitúa al mismo nivel que Argentina.

En segundo lugar, los premios Grammy en el caso de España se concentran o bien en la categoría de flamenco (11 premios en 11 ediciones) o bien en la figura de Alejandro Sanz (16 premios en 11 ediciones), que por sí sólo representa uno de cada tres premios de los que ha recibido España.

En tercer lugar, España se sitúa al mismo nivel que otro país latinoamericano, Argentina, que no dedica ni la mitad de los recursos que España a la promoción de su cultura.

En cuarto lugar, siguiendo a Motti Regev, se puede concluir que los Grammy Latino son el locus del isomorfismo expresivo de la música latina en el mercado norteamericano. Isomorfismo expresivo entendido como “proceso a través del cual la singularidad nacional es estandarizada de manera que la cultura expresiva de diferentes naciones, o de los sectores sociales prominentes dentro de ellas, llega a consistir de formas expresivas y elementos estilísticos similares” (Regev, 2011, p. 3). De esta forma, así como Alejandro Sanz puede haber ido ganando en sonoridades cercanas al canon implícito de los Grammy Latino, “tropicalizando” su sonido, por otra parte los Grammy Latino, mediante su premio a la música flamenca, han ido españolizando el sonido del resto del campo latino. Y si se suman los otros premios folclóricos se ve que el proceso a medio tiempo lleva tanto a la “tropicalización” como a la “flamenquización” de los sonidos latinos en la misma medida que puede estar dando tintes brasileños de samba o pagoda a los músicos del “cogollito” de Miami. Por no querer ser críticos en exceso con la industria musical, se puede volver a Keith Negus para señalar y posicionarse del lado que mira la producción musical en este siglo XXI como resultado de las interacciones culturales (artísticas, musicales, lingüísticas, políticas, etc.), en el sentido de Regev, más que como el efecto, en las prácticas culturales, de las disposiciones empresariales y corporativistas de la industria musical. La máxima sería: la cultura produce industria. En este sentido, la biografía musical de Alejandro Sanz es tanto un efecto de su vinculación con otros actores del campo global musical, como la música popular global es efecto también de los movimientos y estrategias creativas del madrileño.

Estas conclusiones deberían llevar a un replanteamiento de las políticas y los discursos de España como potencia cultural y, particularmente, musical.

Bibliografía

Appen, R. von, y A. Dohering (2006), “Nevermind the Beatles, Here’s Exile 61 and Nico: ‘The Top 100 Records of All Time’ – A Canon of Pop and Rock Albums from a Sociological and an Aesthetic Perspective”, Popular Music, vol. 25, nº 1, pp. 21-39.

Bourdieu, Pierre (1993), The Field of Cultural Production: Essays on Art and Literature, Polity Press, Cambridge.

Bourdieu, Pierre (2002), Las Reglas del Arte, Anagrama, Barcelona.

Hesmondhalgh, David (2006), “Bourdieu, the Media and Cultural Production”, Media, Culture & Society, vol. 28, nº 2, pp. 211-231.

Negus, Keith (1999), Music Genres and Corporate Cultures, Routledge, Londres.

Pérez Colman, C.M., y F. del Val Ripollés (2009), “El rock como campo de producción cultural autónomo: autenticidad y producción discográfica durante la constitución del rock”, Intersticios, vol. 3, nº 2, pp. 181-192.

Regev, Motti (1994), “Producing Artistic Value: The Case of Rock Music”, The Sociological Quarterly, vol. 55, nº 1, pp. 85-102.

Regev, Motti (2007), “Ethno-National Pop-Rock Music: Aesthetic Cosmopolitanism Made from Within”, Cultural Sociology, vol. 1, nº 3, pp. 317-341.

Regev, Motti (2011), “Pop-Rock Music as Expressive Isomorphism: Blurring the National, the Exotic, and the Cosmopolitan in Popular Music”, American Behavioral Scientist, vol. 20, nº 10, pp. 1-16.

Val Ripollés, F, del, et al. (2010), Movida promovida. El canon estético del pop rock español, Informes Grupo MUSYCA.

Anexo

Figura 3. Grammy Latino: evolución de categorías y nominaciones

  20002001200220032004200520062007200820092010
GeneralGrabación del Año11111111111
 Álbum del Año11111111111
 Canción del Año11111111111
 Mejor Nuevo Artista11111111111
PopMejor Interpretación Vocal Pop Femenina1          
 Mejor Interpretación Vocal Pop Masculina1          
 Mejor Interpretación Vocal Pop Dúo o Grupo1          
 Mejor Interpretación Instrumental Pop1          
 Mejor Álbum Vocal Pop1          
 Mejor Álbum Vocal Pop Femenino 1111111111
 Mejor Álbum Vocal Pop Masculino 1111111111
 Mejor Álbum Vocal Pop Dúo o Grupo 1111111111
 Mejor Álbum Instrumental Pop 1         
 Mejor Álbum Instrumental  11       
Rap/hip-hopMejor Álbum Rap/Hip-Hop 111       
RockMejor Interpretación Vocal Rock Femenina1          
 Mejor Interpretación Vocal Rock Masculina1          
 Mejor Interpretación Vocal Rock Dúo o Grupo1          
 Mejor Canción de Rock11111111111
 Mejor Álbum Vocal Rock1          
 Mejor Álbum Vocal Rock Solista 111111111 
 Mejor Álbum Vocal Rock Dúo o Grupo 111111111 
 Mejor Álbum Alternativo    111    
 Mejor Álbum Rock          1
AlternativoMejor Álbum Alternativo       1111
 Mejor Canción Alternativa       1111
UrbanoMejor Álbum Urbano    1111111
 Mejor Canción Urbana       1111
TropicalMejor Álbum Salsa11111111111
 Mejor Álbum Merengue11111111   
 Mejor Álbum Tropical Tradicional11111111111
 Mejor Canción Tropical11111111111
 Mejor Álbum Tropical Contemporáneo  111111111
 Mejor Álbum Cumbia/Vallenato      11111
CantautorMejor Álbum Cantautor    1111111
Regional mexicanoMejor Álbum Ranchero11111111111
 Mejor Álbum Banda11111111111
 Mejor Álbum Grupero11111111 1 
 Mejor Álbum Tejano11111111111
 Mejor Álbum Norteño11111111111
 Mejor Canción Regional Mexicana11111111111
 Mejor Álbum Tropical Regional Mexicano      1    
InstrumentalMejor Álbum Instrumental    1111111
TradicionalMejor Álbum Folklórico11111111111
 Mejor Álbum Tango11111111111
 Mejor Álbum Flamenco11111111111
JazzMejor Álbum Jazz11111111111
CristianoMejor Álbum Cristiano  11       
 Mejor Álbum Cristiano (en Español)    1111111
 Mejor Álbum Cristiano (en Portugués)    1111111
BrasileñoMejor Álbum Pop Contemporáneo Brasileño11111111111
 Mejor Álbum Rock Brasileño11111111111
 Mejor Álbum Samba/Pagode11111111111
 Mejor Álbum Música Popular Brasileña11111111111
 Mejor Álbum Sertaneja1111     11
 Mejor Álbum Música Regional Brasileña11111111   
 Mejor Canción Brasileña (en Portugués)11111111111
 Mejor Álbum Música Contemporánea Regional o Raíces Brasileñas        1  
 Mejor Álbum Música Tradicional Regional o Raíces Brasileñas        1  
 Mejor Álbum Música Romántica    11111  
 Mejor Álbum de Música Nativa Brasileña         11
 Mejor Álbum Tropical Brasileño         1 
InfantilMejor Álbum Infantil11111111111
ClásicoMejor Álbum Clásico11111111111
 Mejor Composición Clásica Contemporánea        111
Diseño de empaqueMejor Diseño de Empaque      11111
ProducciónMejor Ingeniería de Grabación para un Álbum11111111111
 Productor del Año11111111111
Video musicalMejor Video Musical111111     
 Mejor Video Musical Versión Corta      11111
 Mejor Video Musical Versión Larga      11111
Total nominaciones por año 4038404043434748484946
Año 20002001200220032004200520062007200820092010

Nota: cada “1” marca el año en que se va dando cada categoría.

Fuente: ALG y elaboración propia.


[1] http://www.rpp.com.pe/2010-09-08-grammy-latino-espana-tiene-la-mayor-cantidad-de-aspirantes-este-ano-noticia_293810.html

[2] Sabemos de la dificultad de definir con precisión el término “hispano”, así como “latino”, etc., en el contexto norteamericano, pero sabemos también que, una vez descubierto el contexto y la situación, son términos cuyos sentidos se comprenden con facilidad. Hispano refiere a España, así como latino al Lazio, pero en el contexto americano (norteamericano) significan básicamente a la población de origen americano al sur del río Bravo o norteamericanos descendientes de los mismos.

[3] Véase el Anexo.

[4] Un ejemplo sencillo son las alusiones constantes en la serie Los Simpsons hacia los premios Grammy. En varios capítulos se mencionan los premios Grammy, y siempre para indicar el poco valor que tienen para los personajes de la serie. Homer, el personaje principal, llega hasta a ganar un Grammy.

[5] A diferencia del Nobel de Literatura, premio entregado por la Academia Sueca, el Nobel de la Paz depende del Comité Nobel del Parlamento Noruego.

[6] Aunque, en los hechos, se llegue también a premiar a músicos de países europeos como Francia o Italia –Manu Chao o Laura Paussini-, lo cual es una contradicción al término latino según se entiende en EEUU, pero es una coherencia histórica si nos atenemos a la herencia romana de Francia y qué decir al respecto de la propia Italia

[7] Véase más adelante el apartado (5): “México y los Grammy Latino”.

[8] Tabla elaborada a partir de los datos originales de la ALG. Hay que subrayar que, como ya se ha comentado, la tabla que ha elaborado el articulista de Wikipedia no es correcta.

[9] Alejandro Sanz, como se ha comentado más arriba, también ha cosechado premios en los Grammy de la academia americana: Best Latin Pop Album en tres ocasiones, en 2003, 2007 y 2010.

[10] http://www.disier.net/enblogeo/2010/06/18/alerta-roja-para-el-merengue-en-premios-grammy-latino.