Resumen
Este mapa pone de relieve la presencia real de Rusia basándose en datos y documentos en diferentes regiones del mundo desde el año 2000, presencia que abre el camino para su influencia (entendida como un poder de determinar o alterar la forma de actuar de otros países).
Introducción
En los últimos años, la comunidad internacional ha sido testigo del regreso de Rusia como un actor global importante. Desde que Vladimir Putin ocupó la presidencia de la Federación Rusa en 2000, pero sobre todo desde 2012, Rusia ha llevado a cabo una campaña sofisticada, con buenos recursos y, hasta ahora, exitosa para expandir su influencia global. Desde 2012, coincidiendo con el comienzo del tercer mandato de Vladimir Putin como presidente de la Federación Rusa (entre 2008 y 2012 Putin ejerció como primer ministro, mientras Dmitri Medvedev fue presidente), los horizontes de la política exterior rusa cambiaron considerablemente, ya que la escala y el alcance de sus actividades se expandieron tanto geográfica como operativamente.
Moscú ha perseguido una serie de objetivos, entre los cuales especialmente destacan: el regreso de Rusia como una gran potencia global, promover sus intereses geopolíticos, económicos y energéticos, socavar el orden internacional liderado por EEUU, así como reforzar la legitimidad doméstica de Vladimir Putin. Para cumplir con estos objetivos, el Kremlin ha confiado en herramientas diplomáticas, militares, de inteligencia, cibernéticas, de campañas de desinformación, comerciales, energéticas y financieras para ejercer influencia política y expandir su huella global.
Los intentos de Moscú de competir en el nivel global con EEUU y China, y crear una red de presencia e influencia en Europa, África, América Latina, Asia Central, Oriente Medio y Ártico no son un elemento nuevo de la política exterior rusa. Esta ha sido guiada durante las últimas dos décadas por los principios de la “Doctrina Primakov” (Yevgeny Primakov fue ministro de Exteriores y primer ministro de Rusia entre 1996 y 1999) y por la “Doctrina Gerasimov” (Valeri Gerasimov es, desde 2012, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia). Es conocida la afirmación de Primakov de que “Rusia ha sido y sigue siendo una gran potencia, y su política hacia el mundo exterior debería corresponder a ese estatus”. 2 Según Primakov, Rusia no debería seguir el liderazgo de las potencias occidentales, especialmente de EEUU, sino posicionarse como un centro de poder independiente en el escenario mundial, contribuyendo al desarrollo de un mundo multipolar como alternativa al orden liberal internacional creado y sostenido por EEUU. Según Gerasimov, todos los conflictos modernos se liberan simultáneamente en aire, tierra, mar y espacio informativo, consideración que explica el uso de la desinformación por parte del Kremlin como un instrumento asimétrico en la guerra híbrida.
El “regreso de Rusia” es relativo, toda vez que, a través del Imperio zarista y la Unión Soviética, ha estado presente en prácticamente todas las regiones del mundo desde la época de los zares Pedro el Grande y Catalina la Grande, desde el siglo XVIII. Su ausencia en la política internacional entre 1991 y 2012 es una anomalía que se debe a su debilidad interna, resultado de la desintegración de la URSS y el colapso del comunismo. Además, Rusia “casi siempre ha sido una gran potencia relativamente débil”. 3
En los años 2000, Rusia era demasiado débil para desarrollar una alternativa al orden internacional creado y liderado por EEUU después del final de la Guerra Fría. A medida que la economía rusa mejoró, el Kremlin adquirió más recursos para implementar la Doctrina Primakov. Su política exterior evolucionó desde una relativa pasividad a aceptar iniciativas occidentales (entre 1991 y 1999) a una forma más activa de resistencia (oponerse a la Guerra de Irak en 2003, e invadir Osetia del Sur y Abjasia en la Guerra de Georgia en 2008), para finalmente transformarse en una política exterior revisionista con un ambicioso alcance geográfico (desde 2012). La actual política exterior de Rusia, en prácticamente todas las regiones del mundo, va más allá de los dos elementos clave articulados en los años 90: su reclamación de una esfera de intereses privilegiados en torno a su periferia inmediata, y su aceptación de la arquitectura de seguridad europea posterior a la Guerra Fría (que mostró fisuras en la invasión de Georgia en 2008 y se rompió completamente con la anexión de Crimea en 2014). Después de una pausa de dos décadas, el Kremlin ha buscado asiduamente expandir la influencia rusa más allá de su vecindario inmediato.
La política exterior de Rusia naturalmente está marcada por sus intereses geopolíticos y de seguridad nacional, pero también por otros tres factores que definen su comportamiento revisionista: (1) Moscú considera que los acuerdos con los antiguos Estados soviéticos para desintegrar la Unión en 1991 fueron desfavorables para los intereses nacionales y la seguridad de Rusia; (2) el orden internacional creado y liderado por EEUU después del final de la Guerra Fría no reconoce a Rusia el estatus de gran potencia que le corresponde; y (3) ha resultado fallido el intento de crear una identidad nacional rusa post imperial.
El principal objetivo de la elaboración de un “Mapa de la presencia e influencia de Rusia en el mundo” es poner de relieve la presencia real de Rusia basándose en datos y documentos en diferentes regiones del mundo desde el año 2000, presencia que abre el camino para su influencia, aquí entendida como un poder de determinar o alterar la forma de actuar de otros países. Los esfuerzos por recuperar el estatus de gran potencia emprendidos por el revisionismo del Kremlin plantean un gran desafío para el orden internacional porque los objetivos de Rusia sólo pueden cumplirse a expensas del debilitamiento de las instituciones políticas, económicas y de seguridad euroatlánticas, esto es, a costa de la UE y EEUU.
Metodología
Para formular respuestas apropiadas al desafío revisionista del Kremlin es necesario tanto identificar la evolución de la situación económica (el PIB) y el gasto militar (en porcentaje del PIB) de la Federación Rusa como verificar la presencia de Rusia en diferentes regiones del mundo en cuatro sectores claves: diplomacia, energía (gas natural y petróleo), comercio y presencia militar (presencia de tropas rusas en misiones y venta de armamento). Estos cuatro sectores han sido elegidos por dos razones: porque son los principales instrumentos de la política exterior de Rusia y por la accesibilidad a los datos pertinentes. Las fuentes rusas no ofrecen datos completos, por lo que este informe se basa en los datos procedentes de fuentes variadas, contrastándolas entre sí: BP Statistical Review of World Energy, Military Balance, SIPRI, UNCTAD, OMS, UNESCO y Naciones Unidas. Es importante subrayar que se han omitido datos sobre las inversiones económicas y servicios financieros, porque en muchos casos no están disponibles.
Los datos que se ofrecen de Rusia responden a la idea de seguir la evolución interna rusa y demostrar que la ambición del Kremlin de recuperar el estatus de gran potencia podría estar limitada por su debilidad económica interna o por descontento de su población por el elevado gasto militar a expensas del gasto social. El mapa pretende ser didáctico, no agotar todos los datos existentes, sino llamar la atención de los instrumentos que influyen en la política interior y exterior de Rusia. El mapa de presencia e influencia de Rusia en el mundo se actualizará cada año.
Los cuatro sectores clave de la presencia de Rusia en el mundo:
Diplomacia
Rusia es miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con derecho a veto. Su actividad diplomática en la ONU suele estar orientada hacia el apoyo de otros países frente al liderazgo diplomático estadounidense a la hora de articular diferentes iniciativas orientadas a censurar a Rusia. Es muy significativo el resultado de las votaciones en la ONU sobre la anexión de Crimea en 2014, porque refleja una extraordinaria actividad diplomática del Kremlin y la falta de consenso internacional sobre dos principios básicos de las relaciones internacionales: el respeto a la soberanía nacional y a la integridad territorial de los Estados.
Energía
En palabras del presidente Vladimir Putin, los hidrocarburos constituyen “una poderosa palanca política y económica de influencia sobre el resto del mundo”. 4 Rusia es una gran potencia energética, pues posee una quinta parte de las reservas de gas natural del mundo y la octava parte del petróleo, y es líder en el mercado europeo, ya que casi el 40% del gas que importan los países de Europa es ruso. Las enormes reservas de gas y petróleo, y las conexiones de los oleo- y gasoductos que atraviesan varias fronteras de los países de Eurasia, son la base esencial del poder de Rusia. Los fundamentos de la geopolítica rusa de energía consisten en usar los recursos energéticos como instrumento de política exterior para aumentar su influencia política, sus ganancias económicas y su capacidad de coacción sobre los países vecinos y sus clientes. El aspecto más problemático de la política energética de Rusia es su fácil instrumentalización para ampliar su influencia política, por lo que Moscú forma parte del problema y de la solución del suministro del gas natural a Europa. Los gasoductos Nord Stream 2 y Turkish Stream que transportarán gas para los usuarios europeos no son proyectos puramente comerciales, pues persiguen objetivos de la política exterior rusa. El Estado, no hay que olvidarlo, es el accionista mayoritario de Gazprom.
Comercio
La actividad comercial de Rusia es desigual en diferentes partes del mundo, pero el principal propósito de estos datos es destacar la actividad económica con los países que mantienen las sanciones económicas a Rusia impuestas después de la anexión de Crimea, pero que en el nivel bilateral han aumentado su intercambio comercial con Rusia. Los datos demuestran que, por ejemplo, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido son países que han apoyado desde 2014 todas las sanciones económicas contra Rusia, pero que, sin embargo, como demuestran los datos, en los últimos años han aumentado el intercambio comercial bilateral.
Militar
Rusia es una de las más grandes potencias militares del mundo y el segundo proveedor de armas.
Según la Ley Federal de Rusia, las Fuerzas Armadas, junto con el Servicio Federal de Seguridad (FSB, la antigua KGB), la Guardia Nacional (un cuerpo de elite creado por Vladimir Putin en 2016), las tropas de frontera (patrullas fronterizas), el Ministerio del Interior, el Servicio Federal de Protección (de propiedades federales y de personas de la elite política que trabajan en la Federación, incluido el presidente Putin), el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) y la Defensa Civil de EMERCOM forman los servicios militares de Rusia, y están bajo el control del Consejo de Seguridad de Rusia. A todos estos cuerpos popularmente se les denomina silovki (sila en ruso significa “fuerza”, por lo que silovki son cuerpos de seguridad que usan la fuerza).
Las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa se crearon en 1992 y son de las más grandes del mundo. Tienen tres ramas principales –Fuerzas Terrestres, la Armada y la Fuerza Aérea– y tres cuerpos independientes –las Fuerzas Coheteriles Estratégicas (Tropas de Misiles de Designación Estratégica), las Fuerzas Espaciales y las Tropas Aerotransportadas–.
Las compañías militares privadas, como por ejemplo Wagner, la más conocida por sus operaciones en Siria, Libia y África Subsahariana son ilegales según la Constitución de la Federación Rusa: el artículo 13.5 prohíbe “asociaciones cívicas cuyos fines son establecer unidades armadas”. El artículo 71 considera que “la defensa, seguridad, guerra y política exterior son competencias exclusivas del Estado”. 5 Sus miembros, en su mayoría antiguos miembros de las fuerzas especiales, son paramilitares con claros vínculos al Kremlin. 6 Aunque son ilegales según la Constitución, las compañías privadas participan y están coordinadas con las Fuerzas Armadas del Estado.
Como se puede apreciar en el gráfico, el gasto militar de Rusia creció cada año entre 2000 y 2016.
Rusia es el segundo país exportador de armas del mundo (sólo después de EEUU). La venta de armamento demuestra el nivel de confianza que existe entre proveedor y cliente y además crea un vínculo estratégico y diplomático, ya que el uso y el mantenimiento del armamento supone la presencia de “técnicos” rusos en terceros países. El paradigma de la influencia de Rusia en África y América Latina empieza con la venta de armamento, que sirve como primer paso para ampliar la actividad económica y posteriormente política.
Respecto a las misiones de paz en las que participan las tropas rusas, éstas se limitan al espacio post soviético. Su principal objetivo es conservar la influencia de Rusia en las antiguas repúblicas soviéticas, así como mantener los vínculos estrechos con la población étnica rusa o con los ruso hablantes.
1 Este mapa ha sido elaborado por un equipo formado por José Pablo Martínez, ayudante de investigación del Real Instituto Elcano; Victoria Hohenlohe, Manuel Calvo Santesmases y Javier Bordón, estudiantes en prácticas; y coordinado por Mira Milosevich-Juaristi, investigadora principal para Rusia y Eurasia del Real Instituto Elcano.
2 Andrei P. Tsygankov (2013), Russia’s Foreign Policy. Change and Continuity in National Identity, Rowman & Littlefield Publishers, p. 96.
3 Stephen Kotkin (2016), “Russia’s perpetual geopolitics. Putin returns to the historical pattern”, Foreign Affairs, mayo/junio.
4 Mira Milosevich-Juaristi (2019), “Los aliados de Rusia: su ejército, su armada y su gas”, ARI, nº 47/2019, Real Instituto Elcano.
5 “The Constitution of the Russian Federation”.
6 Anna Borshchevskaya (2019), “Russian private military companies: continuity and evolution of the model”, Foreign Policy Research Institute.
Imagen del Kremlin de Moscú (Rusia). Foto: Paul G (@pvbergman)