Recopilación de los diversos análisis presentados y debatidos en un grupo de trabajo promovido por el Real Instituto Elcano y la Fundación Bill y Melinda Gates. Todos ellos vinculan desde una perspectiva política los retos de la cooperación española —esto es, las elecciones y decisiones pendientes de adoptar— con el papel de España en el mundo.
Prólogo
Como he señalado en ocasiones anteriores, en su condición de think-tank, el Real Instituto Elcano tiene entre sus funciones la de servir de puente entre el análisis y la investigación académica, por una parte, y la toma de decisiones políticas, por otra. En nuestra vocación de desarrollar las tres ‘A’ (analysis, assessment, advice – estudiar, evaluar, recomendar), nos acercamos una vez más a los tomadores de decisiones (en este caso, tanto las ejecutivas de los partidos políticos como el mismo Congreso de los Diputados) para, en esta ocasión, abordar los debates políticos pendientes (y sus correspondientes decisiones) que afectan a la política pública de cooperación internacional para el desarrollo.
En este ejercicio, como en el conjunto de su actividad, el Real Instituto Elcano pretende ofrecer ideas que contribuyan a mejorar la integración de España en el mundo por la vía de su política y acción exterior. Tal y como muestra la más reciente versión del Índice Elcano de Presencia Global, España ha llevado a cabo, en los últimos 25 años un importante proceso de apertura y proyección al exterior. En paralelo, y desde su transición a la democracia, nuestra sociedad ha abrazado las normas de funcionamiento de la comunidad internacional, lo que incluye su conversión en donante de ayuda oficial al desarrollo.
No obstante, el mismo índice viene a mostrar que la creciente proyección internacional de España se ha basado fuertemente en algunas dimensiones, como los bienes primarios o el turismo, en detrimento de otras, como la cooperación al desarrollo (con la excepción del periodo 2005-2008). Por lo tanto, ni España ha terminado de definirse como miembro destacado de la comunidad internacional del desarrollo global, ni la política de desarrollo ha terminado de encontrar su espacio en la definición del rol de España en el mundo.
En consecuencia, la cooperación española ha sido tradicionalmente poco ambiciosa a la hora de moldear las normas de la comunidad global del desarrollo, actuando más como policy taker que como policy maker. Asimismo, no siempre ha asumido las obligaciones internacionales en su totalidad, llevando a traslaciones parciales de los acuerdos supranacionales.
En este sentido, y desde el Real Instituto Elcano, recomendamos una visión más estratégica de la política exterior de España y una mejor conexión de ésta con la política interior, entendiendo que una y otra forman parte del mismo proyecto de país. Esta propuesta de renovación estratégica, detallada en un informe Elcano1 para el conjunto de la acción exterior, resultaría igualmente válida para el ámbito específico de la cooperación al desarrollo y obligaría a abrir una serie de debates, quizás incómodos, pero necesarios, que escapan del ámbito técnico y requieren la implicación de representantes políticos.
En los últimos cinco meses, el Real Instituto Elcano, con la ayuda de la Fundación Bill y Melinda Gates, ha cumplido su misión de las tres A precisamente lanzando algunos de esos debates y facilitando el intercambio de ideas entre analistas de la política de desarrollo y representantes de los principales partidos políticos (Ciudadanos, DiL, Podemos, PP y PSOE).
A todos ellos les invitamos a seguir abordando el desarrollo internacional como un objetivo más del proyecto político nacional, para lo que pueden contar con los estudios, evaluaciones y recomendaciones de este think-tank.
Emilio Lamo de Espinosa
Presidente del Real Instituto Elcano | @PresidenteRIE
Introducción: debates políticos en torno a la Agenda 2030
Entre las elecciones generales de diciembre de 2015 y las de junio de 2016, un grupo de trabajo promovido por el Real Instituto Elcano y la Fundación Bill y Melinda Gates se reunió en diversas ocasiones para debatir sobre la posible contribución de España a la agenda internacional de desarrollo. El grupo, compuesto por representantes de los principales partidos y por analistas de la política de desarrollo, iniciaba su reflexión con dos consideraciones previas. La primera era que los debates políticos en España, centrados en asuntos internos, no han dedicado suficiente atención a asuntos globales como los que aborda la Agenda 2030, que por otra parte, sí ha sido aprobada por nuestro país junto con todos los Estados miembros de las Naciones Unidas en septiembre de 2015. La segunda, que el debate nacional (escaso) sobre la política de cooperación se centra particularmente en sus aspectos técnicos, dejando de lado los entresijos políticos que se ciñen exclusivamente a la problemática de los presupuestos de ayuda oficial al desarrollo.
Este documento es una recopilación de los diversos análisis presentados y debatidos en ese grupo de trabajo. Todos ellos, partiendo de las dos premisas anteriores y por tanto, desde una perspectiva política, vinculan los retos de la cooperación española (esto es, las elecciones y decisiones pendientes de adoptar) con el papel de España en el mundo.
El primero de estos análisis, sobre el papel de un Parlamento nacional en el desarrollo internacional, de Javier Pérez y Miriam Segovia, se dedica precisamente al principal espacio de debate político de una democracia. Sobre la base del seguimiento de la actividad parlamentaria realizado por el Centro de Investigación y Estudios sobre Coherencia y Desarrollo (CIECODE) a través del Proyecto Avizor durante los cuatro años de la Xª Legislatura, el artículo presenta una valoración negativa sobre la implicación política de nuestro país en asuntos como los de la Agenda 2030. Las causas de este pobre desempeño tendrían que ver con la voluntad, sensibilidad y conocimiento de los políticos, pero también con una serie de disfuncionalidades del Congreso de los Diputados, que podrían corregirse con las recomendaciones con las que concluye el análisis.
En los dos siguientes artículos, los retos más actuales del desarrollo y la posible implicación de España en los mismos, se aterrizan en dos regiones geográficas prioritarias para la cooperación española: América Latina y el Mediterráneo. En la primera de ellas, Diego Sánchez-Ancochea identifica como principales retos la desigualdad, la transformación productiva, la protección del medio ambiente y la reducción de la violencia. Su análisis ofrece también algunas propuestas para la cooperación española: por un lado, criterios generales para el diseño de sus intervenciones, como la identificación de ventajas comparativas y la coherencia en los distintos niveles de intervención, y por otro, dos líneas de acción concretas: la lucha contra la desigualdad a través de las políticas sociales y fiscales y la promoción de los derechos humanos y de género buscando, sobre todo, políticas de seguridad más efectivas y democráticas.
En el Mediterráneo, la Agenda 2030, por su enfoque multilateral y multidimensional, es vista por Jesús Núñez Villaverde como una oportunidad política para reactivar la cooperación euro-mediterránea, la cual no ha conseguido hasta ahora convertir la región en el espacio de paz y prosperidad que reiteradamente ha planteado la Unión Europea. Dado que para España, el desafío resulta inabarcable, la propuesta de este autor sería alinearse con los esquemas ideados desde Bruselas. El país puede aprovechar sus buenas relaciones con el mundo árabe y la potencialidad de la cooperación europea para activar la voluntad política y económica de la Unión hacia la región, sirviendo como interlocutor privilegiado pero evitando empantanarse en la competencia por el papel protagonista.
Mientras los análisis anteriores se centran en los fines de la cooperación española, el cuarto artículo, de Gonzalo Fanjul, mira a los medios disponibles. Desde esta perspectiva, se advierte del riesgo de convertir la Agenda 2030 en un conjunto de buenas intenciones y acciones arbitrarias y atomizadas, perdiendo la oportunidad de influir en los determinantes del progreso nacional y global. Para evitarlo, las propuestas de Fanjul son tres: un plan nacional para la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); una oficina presidencial de sostenibilidad y equidad y una memoria económica relativa tanto a los gastos como a los ingresos, incluyendo en ellos soluciones de fiscalidad internacional y nuevos mecanismos de financiación.
El quinto análisis de la serie, también sobre los medios de ejecución, conecta con las propuestas de Núñez sobre la integración de la cooperación española en un marco europeo de relaciones internacionales. El artículo de Aitor Pérez propone tener en consideración la distribución de competencias y ventajas comparativas dentro de la Unión a la hora de planificar la contribución española a los ODS y sus medios de ejecución. En todo caso, argumenta Pérez, es importante elevar el perfil de la posición de España ante la toma de decisiones comunes y ante el debate mismo sobre la europeización o no de determinados medios, incluida la ayuda al desarrollo.
Los debates entre representantes y analistas políticos sobre las cuestiones anteriores, organizados por el Real Instituto Elcano en el marco de un grupo de trabajo, han permitido visibilizar la falta de estos mismos debates en otros espacios políticos como el mismo Parlamento. El último artículo, escrito por Iliana Olivié y Aitor Pérez sintetiza, en cierta manera, buena parte de los disensos políticos acerca de la cooperación para el desarrolloque no terminan de aflorar en una conversación sobre el desarrollo que en España se ve dominada por los tecnicismos de la ayuda. Por esta razón y para facilitar el verdadero debate, el artículo cierra esta serie con la presentación de catorce asuntos que implican elecciones colectivas y por tanto deben abordarse política y no sólo técnicamente.
Iliana Olivié
Investigadora principal del Real Instituto Elcano | @iolivie
Aitor Pérez
Investigador asociado del Real Instituto Elcano | @aitor_ecoper