Resumen
La seguridad y la defensa de Argelia se ven hoy afectadas por un abanico de realidades de carácter interno e internacional que provocan preocupación en sus autoridades, en su población y en sus vecinos más o menos inmediatos. Este Documento de Trabajo procede a analizarlas alimentando una reflexión necesaria en clave regional.
Introducción: aspectos generales y el contexto nacional y regional
El Estado más grande de África –con 2,3 millones de kilómetros cuadrados y que lo es desde tiempos recientes, cuando la independencia de Sudán del Sur en julio de 2011 arrebataba tal título al antiguo Estado sudanés– está poblado por 39 millones de habitantes, y creciendo. Los 5.511 kilómetros de frontera terrestre son protegidos por el esfuerzo combinado de Fuerzas Armadas –Armée Nationale Populaire (ANP) en su denominación oficial en francés– y de Fuerzas de Seguridad Interior, destacando entre estas últimas una Gendarmería Nacional que incluye a las Agrupaciones de Guardias de Fronteras (GGF) y que ha visto incrementarse exponencialmente sus efectivos en los últimos tres lustros, desde los 50.000 del año 2000 hasta los 135.000 de la actualidad.1
Aunque más del 85% de su territorio es desértico, Argelia ha sido y sigue siendo un país rico, dado su perfil de importante productor de hidrocarburos, particularmente gas natural y, en menor medida, también de petróleo.
La estabilidad del régimen político, la viabilidad presente y futura del aparato económico, la respuesta nacional al fenómeno del terrorismo yihadista salafista y el contagio de la inestabilidad que afecta a la región desde el estallido de las revueltas árabes constituyen los puntos a desarrollar, y ello sin perder de vista la cuestión clave desde antiguo de la tensión permanente con el vecino marroquí.
Carlos Echeverría Jesús
Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED
1 Aunque las fronteras con el Sahel demandan desde hace años un esfuerzo particular, a este se ha añadido desde 2011, cuando cristalizan revueltas árabes en algunos de sus vecinos, las fronteras con Libia y con Túnez, escenarios ambas de procesos de deterioro de la seguridad con impacto directo en Argelia.