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Ver versión en inglés: How local ideas spread in English: a network analysis of think-tanks on Twitter.
Resumen
Se analizan las redes de relaciones entre los think-tanks para entender mejor su naturaleza y su forma de actuar en una realidad global. El estudio exploratorio se ha valido de datos recopilados en Twitter, centrándose en el análisis de dichas redes.
Introducción
Los llamados centros de pensamiento o think-tanks desarrollan una actividad que, en algunas ocasiones, es vista con recelo por la opinión pública y, en otras, no termina de comprenderse bien por una parte de la sociedad civil que no entiende ni su naturaleza ni sus dinámicas de trabajo. Con este estudio hemos pretendido arrojar una luz sobre el funcionamiento de estos centros de pensamiento en todo el mundo, analizando la lógica de sus relaciones a través de una herramienta de alcance social como es Twitter.
En este artículo analizamos las redes de relaciones entre los think-tanks para entender mejor su naturaleza y su forma de actuar en una realidad global. Este estudio exploratorio se ha valido de datos recopilados en Twitter como aproximación a la realidad más extensa que pretendemos analizar. Se centra en el estudio de dichas redes y en lo que nos revelan sobre la manera de trabajar de los think-tanks y no específicamente sobre la influencia que éstos ejercen a través de Twitter.
Twitter genera redes de personas o instituciones a través de las cuales la información viaja y las ideas se difunden con facilidad, pero los modelos de relaciones de los think-tanks a través de esta red rompen con el estándar clásico de comunicación y lo modifican para sus fines. Para evaluar la influencia de un think-tank en Twitter no basta con contar seguidores, debido a que su influencia debe valorarse en función de otras variables relacionadas más con la calidad de sus contactos que con el número de estos.
Por ello, en este trabajo nos interesa conocer cómo son las relaciones entre los think-tanks internacionales en esencia y, sobre todo, cómo se desarrollan dichas relaciones en función de algunos elementos implicados en el proceso político de “toma de decisiones”. En este caso, la influencia de un think-tank se dibuja en mapas de relaciones que visualizamos a través de gráficos. Estos mapas de relaciones no se centran en el reconocimiento global de una institución en particular sino que se desarrollan en función de la intensidad de la relación entre los think-tanks de la red. De esta manera, si un think-tank quisiera influir en la decisión de un proceso político generado en un marco institucional concreto, le será más fácil si dicha influencia se hace de manera viral a través de redes con objetivos comunes. Es por ello que el mapa de relaciones de influencia de un think-tank girará en torno a un centro de poder político y estará condicionado por él y por las decisiones políticas que ahí se tomen.
Definimos think-tank como aquella institución dedicada al análisis de las relaciones internacionales y a la investigación de las políticas públicas y cuyo fin principal es la influencia sobre los diferentes actores que operan en los procesos de toma de decisiones.[1] El término influencia está relacionado con otros utilizados en el análisis de las relaciones internacionales como la presencia[2] o el poder, pero se diferencia de éstos últimos por la necesidad de generar tendencia a través de ideas o ideología.
Los think-tanks pueden ser independientes o afiliados a una ideología, partido político o grupo de poder identificado como tal y suelen actuar de puente entre las comunidades del mundo académico y político sirviendo, a su vez, al interés público con investigaciones básicas o aplicadas a una forma y lenguaje inteligible tanto por la opinión pública como por el propio legislador.[3] Además, crean opinión y asesoran principalmente sobre cuestiones internacionales o sobre políticas públicas, utilizando para ello diferentes lenguajes[4] y teniendo entre sus objetivos principales la influencia tanto en los policy makers, como en la opinión pública en general –siempre que dicha opinión pública disponga de su cuota de poder, como así se supone en un Estado de Derecho sustentado en valores democráticos–.[5] No es el objeto de este trabajo analizar el origen de las ideas que se generan en el marco de estas instituciones, ni analizar su financiación ni sus diferentes entornos de poder ni de presencia.
La influencia de los think-tanks es similar a la de la prensa; es decir, se considera influencia por intermediación.[6] Su poder radica en la creación de marcos conceptuales con los que se trata una temática y en la selección de su contenido tanto al decidir qué temas se tratan y qué importancia se les da a cada uno, como al elegir qué datos se muestran como relevantes y cuáles no, lo que se conoce como el “encuadre periodístico”.[7]
Aunque la tendencia de los think-tanks es acercarse a este encuadre periodístico para cubrir las deficiencias analíticas de la prensa no especializada,[8] siguen existiendo diferencias entre ambos sectores, que radica en la condición de “expertos” de la que gozan los investigadores frente a la independencia periodística, y en sus pretensiones menos generalistas que los medios de comunicación, incluidas las publicaciones especializadas. Dentro de la cadena de fuentes que se utiliza en la validación de ideas, los medios de comunicación se sitúan en un escenario previo al de los think-tanks porque, principalmente, éstos últimos tienen como objetivo de su influencia aquellos que toman las decisiones (decisión makers) y esperan que sea la prensa la que haga de mediador entre ellos y la opinión pública. Los think-tanks que tratan cuestiones relacionadas con los derechos humanos y que trabajan diferentes aspectos de la seguridad humana en crisis y conflictos son, generalmente, una excepción a esta regla y, de hecho, existe la opinión de que deberían ser tratados como algo totalmente diferente.
Las relaciones globales de los think-tanks
Figura 3. Red global de think-tanks según su alcance geográfico. (Ver en pantalla completa).
Juan Antonio Sánchez
Documentalista y jefe del Servicio de Información y Documentación del Real Instituto Elcano
Juan Pizarro
Investigador de Sociología de la Comunicación y de Redes en la Facultad de Sociología de la UCM y Gestor de Proyectos en OPTA Consultores
[1] James G. McGann y Erik C. Johnson (2005), “Comparative think tanks, politics and public policy”, Edward Elgar, Cheltenham.
[2] Iliana Olivié e Ignacio Molina (2012), Medir la presencia internacional de los países: metodología revisada del Índice Elcano de Presencia Global (IEPG), Documento de Trabajo nº 9/2012, Real Instituto Elcano, Madrid, 13/VII/2012.
[3] T. Medvetz (2008), Think tanks as an emergent field, Social Science Research Council, Nueva York.
[4] Juan Luis Manfredi (2014), “Los cuatro idiomas del think-tank”, Elcano Blog, 24/IX/2014. Por idiomas comprendemos las cuatro audiencias principales de un think-tank: políticas públicas, periodistas, academia y digital.
[5] McGann y Johnson (2005), op. cit.
[6] J.M. Noguera Vivo (2013), “How open are journalists on Twitter?: trends towards the end‐user journalism”, Communication & Society = Comunicación y Sociedad, vol. 26, nº 1, pp. 93‐114. A este respecto la investigación del profesor Noguera señala que el fenómeno del periodismo end-user (centrado en el usuario), en el que los no profesionales adquieren más participación y los periodistas mayor capacidad para seleccionar y tomar decisiones, está cada vez más presente en Twitter.
[7] M. McCombs y D. Shaw (1972), “The agenda-setting function of mass media”, Public Opinion Quarterly, nº 36.
[8] The Economist (2014), “Think-tanks and journalism: making the headlines”, 20/IX/2014.