INTRODUCCIÓN

Los inmigrantes de países musulmanes que residen en Europa se encuentran hoy en el punto de mira de los medios de comunicación y de los observadores políticos y académicos. Desde los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, los países europeos se han visto inmersos en el conflicto internacional entre el bloque atlántico y los países musulmanes que presuntamente dan cobijo y apoyo al terrorismo islamista. Las minorías musulmanas residentes en Europa y en EEUU se han encontrado en la incómoda situación en que quedan quienes han migrado entre países que pasan a ser percibidos como enemigos en la escena internacional, como ocurrió, buscando ejemplos extremos, en EEUU con la minoría alemana durante la primera guerra mundial y la japonesa durante la segunda. Posteriormente al 11-S, la atención prestada a los musulmanes en Europa en los debates públicos ha sido reforzada por la evidencia de que algunos de los perpetradores de los atentados islamistas en Madrid y Londres eran inmigrantes y descendientes de inmigrantes establecidos hacía tiempo en el país, como lo eran buena parte de los participantes en conflictos de menor intensidad pero más multitudinarios, como los disturbios en las banlieues francesas en noviembre de 2005 o las protestas a raíz de la publicación de las viñetas danesas en enero de 2006.

Bajo la superficie visible de las relaciones internacionales, marcada por la tensión entre algunos países europeos y algunos países musulmanes, se desarrollan otro tipo de relaciones a través de las fronteras de ambos grupos de países, que pueden denominarse transnacionales porque no están protagonizadas por Estados y Gobiernos sino por gentes del común. Los inmigrantes mantienen unos vínculos transnacionales con sus sociedades de origen que tejen redes relativamente invisibles pero a veces muy densas, con relaciones ricas y fluidas, más allá de las fronteras. Esos vínculos, a su vez, suelen estar anclados en comunidades de inmigrantes con un origen nacional común en el país de residencia (conocidas como comunidades étnicas), de modo que familiares, amigos, colegas de trabajo o de negocios, correligionarios políticos o religiosos, etc., que viven en el mismo barrio o la misma ciudad participan de esas redes de relaciones a larga distancia.

Este trabajo explora las opiniones expresadas en encuesta de los inmigrantes musulmanes en Europa en cuanto a los vínculos transnacionales que mantienen con sus sociedades de origen y los lazos que les unen en las sociedades de destino a sus comunidades étnicas. Entre los primeros, diferencia los vínculos emocionales, tales como los sentimientos de identidad nacional que les unen a sus países de origen, de los vínculos derivados de actividades transfronterizas como los viajes, el envío de remesas y regalos, los negocios y la atención a los medios de comunicación en la lengua de origen. Entre los segundos, los lazos sociales en el seno de la comunidad étnica, incluye relaciones tan informales como las familiares o de amistad, y relaciones formales como la pertenencia a asociaciones voluntarias y organizaciones. Se centra en tres grupos nacionales que son los más numerosos entre los musulmanes de origen extranjero en la ciudad donde residen: los bengalíes en Londres, los turcos en Berlín y los marroquíes en Madrid. Ofrece datos de encuesta que se basan en muestras de reducido tamaño pero de gran interés por su representatividad respecto de las tres comunidades de estudio, que viene garantizada por la selección estrictamente aleatoria de la muestra, y que no suele caracterizar las encuestas a inmigrantes.

Tanto los vínculos transnacionales como el recurso a las comunidades étnicas de los inmigrantes y sus descendientes en las sociedades de destino son objeto de controversia hoy en las ciencias sociales. Las teorías anglosajonas clásicas sobre la asimilación de los inmigrantes en las sociedades de acogida preveían unos procesos sucesivos de aculturación en la lengua y las normas de la mayoría, incorporación a los grupos primarios de la mayoría, y movilidad social ascendente, que terminarían, al cabo de varias generaciones, por integrar a los individuos de origen extranjero en la vida social general (véase, para una síntesis clásica, Gordon, 1964; o su discusión en Alba y Nee, 1997, 2003, pp. 2-27). En las últimas décadas del siglo XX, sin embargo, estas expectativas chocaron con la evidencia de la formación de guetos y subculturas estables entre los inmigrantes, sobre todo en Norteamérica pero también en Europa, y con los argumentos de los movimientos étnicos y raciales. Entre los científicos sociales creció el interés por entender los motivos por los cuales muchos inmigrantes buscan oportunidades de mejora económica, movilidad social, integración cultural y satisfacción en las relaciones personales a través de vínculos estrechos con la sociedad de origen y con la propia comunidad étnica en el país de destino. Se preguntaban si la diversificación del origen étnico de los extranjeros en EEUU y la acogida en Europa de grandes grupos de inmigrantes laborales venidos de países musulmanes, a partir de los años cincuenta y sesenta, planteaban nuevas situaciones a las que tal vez no cabía extender la teoría clásica de la asimilación, acuñada originalmente en torno a la experiencia de las migraciones europeas al norte de América.

Aunque los vínculos transnacionales son tan antiguos como las migraciones, el interés de los sociólogos, antropólogos, politólogos e historiadores por ellos se ha acrecentado en los años noventa y primeros dos mil, porque su intensidad y su extensión se han multiplicado en las últimas décadas a la par con las posibilidades técnicas de comunicación y transporte, y la globalización económica y cultural. Las nuevas tecnologías han permitido a quienes deciden cambiar de residencia vivir a caballo entre su país de origen y de destino, convirtiéndose, más que en emigrantes en el primero e inmigrantes en el segundo, en los denominados transmigrantes, tan pronto físicamente aquí como allí; o en inmigrantes cuyas actividades económicas, sociales, políticas y culturales les ubican tanto allí como aquí aunque no viajen con tanta frecuencia (véanse, como revisiones de la literatura sobre transnacionalismo, Levitt y Glick Schiller, 2004; Vertovec 2003, 2004; Portes, Guarnizo y Landolt 1999; Morawska 2003a; Kivisto 2001; y, más en particular sobre islam y transnacionalismo, Mandaville 2001; Al-Sayyad y Castells, 2003).

Las investigaciones más recientes sobre los vínculos transnacionales de los inmigrantes han cuestionado algunas de las afirmaciones básicas de las teorías de la asimilación. La literatura clásica sobre la asimilación asumía que todos los inmigrantes tenderían en principio a conservar sentimientos de identidad intensos con sus países de origen y a implicarse en actividades que les mantuvieran en relación con los mismos (en un esfuerzo por compensar sus escasos recursos económicos, sociales y emocionales en la sociedad de acogida con un apoyo más allá de sus fronteras), pero que, con el tiempo, tales sentimientos y actividades se irían erosionando a medida que los inmigrantes se integrasen en la sociedad de destino. Sin embargo, los trabajos empíricos realizados en los años noventa y primeros dos mil han observado una gran diversidad entre las comunidades de inmigrantes a la hora de alimentar sus vínculos con la sociedad de partida, de modo que algunos grupos se implican mucho más intensamente que otros. Además, han puesto en duda que con el paso del tiempo tales vínculos tiendan a debilitarse, ya que no son únicamente los recién llegados quienes los mantienen, sino que en ocasiones quienes llevan más tiempo fuera de su país y están más integrados en la sociedad de destino mantienen vínculos transnacionales más estrechos (Portes, 2003; Morawska, 2003b, 2004; Faist, 2000, 2004; y Levitt, 2003). De este modo, las asumidas generalidad y transitoriedad de los vínculos transnacionales se han visto cuestionadas, abriendo las preguntas de investigación que orientan este trabajo, que plantea si los musulmanes en Europa “son todos iguales” en cuanto a sus nexos transnacionales y si “se distancian con el tiempo” de sus países de origen.

Los estudios sobre el papel de las comunidades étnicas en la vida de los inmigrantes han evolucionado en un sentido similar. Las teorías de la asimilación entendían que la comunidad étnica ofrecía una red de seguridad a los recién llegados, en la primera fase de inadaptación, cuanto menos, lingüística; pero que con el tiempo, en general, tenderían a integrarse en la vida económica, social, política y cultural de la sociedad en sentido amplio, buscando oportunidades de vida más allá de los límites de su comunidad nacional. Sin embargo, la investigación sobre la experiencia de las migraciones de la segunda mitad del siglo veinte a los EEUU, y a Europa, ha demostrado que para algunos grupos la comunidad étnica ofrece una vía permanente y a menudo exitosa de incorporasupportFootnotesción a la sociedad de destino, no hacia una aculturación y asimilación estructural como la proyectada en los estudios más clásicos, sino hacia un pluralismo étnico, en que los inmigrantes protegen sus carreras de movilidad social y sus prácticas culturales en el seno de la propia comunidad de origen, o una incorporación segmentada, en que las oportunidades de vida de los inmigrantes chocan con la discriminación social ejercida por la mayoría, aislándolos. Como en el caso de los estudios sobre los vínculos transnacionales, la investigación social sobre los modos de incorporación de los inmigrantes a las sociedades de destino han observado una gran diversidad entre grupos nacionales, algunos de los cuales tienden más a apoyarse en la comunidad étnica que otros, y una permanencia en el tiempo de unos lazos sociales que unen a los inmigrantes con sus compatriotas también en el país de destino (Morawska, 2004; Joppke y Morawska, 2003; Portes y Rumbaut, 1990; y Zhou, 1997). Este trabajo pretende también comprobar, en la medida en que los datos de la encuesta lo permiten, si los inmigrantes musulmanes en Europa difieren en sus vínculos con la comunidad étnica respectiva según su nacionalidad de origen y según el tiempo que llevan residiendo en el país de destino.[1]

Los datos aquí utilizados para describir los vínculos transnacionales y las comunidades nacionales de los inmigrantes, y discutir su generalidad o diversidad y su transitoriedad o permanencia, son resultado de la Encuesta a Musulmanes en Europa, cuyo trabajo de campo tuvo lugar en la segunda mitad de 2004, financiado por la Comisión Europea y la Universidad de Michigan.[2] Las muestras de inmigrantes musulmanes de cada una de las tres comunidades objeto de estudio tienen un tamaño reducido, que varía de las 141 entrevistas realizadas a bengalíes residentes en Londres, a las 204 a marroquíes en Madrid y las 225 a turcos en Berlín, y han sido fundidas sin ponderación. El menor tamaño de la muestra inglesa es un efecto no deseado del método de muestreo, que buscó a los inmigrantes bengalíes que habían participado en encuestas anteriores y dado su consentimiento para una futura colaboración. La muestra de la encuesta original se había construido seleccionando direcciones aleatoriamente en los barrios donde se concentran las minorías étnicas, según el Censo Británico de 1991. Pero esta muestra original se saturó antes de completar las 200 entrevistas pretendidas. La muestra berlinesa se seleccionó al azar de entre una lista de residentes con apellido turco extraída de las guías telefónicas, incluyendo tanto teléfonos fijos como móviles. Por último, la muestra madrileña se extrajo de una muestra aleatoria de mayor tamaño de los residentes en la ciudad que tenían la nacionalidad marroquí cuando se empadronaron, provista por el Departamento de Estadística del Ayuntamiento de Madrid. Los métodos de muestreo de las tres ciudades, por tanto, difieren entre sí, pero todos ofrecen resultados representativos respecto de la comunidad étnica objeto de estudio, solventando de modos diversos el problema de la ausencia de registros exhaustivos de población extranjera a los que los investigadores tengan acceso directo.

Las próximas páginas (sección 2) comparan los tres grupos de entrevistados (los bengalíes de Londres, los marroquíes de Madrid y los turcos de Berlín) para responder a la pregunta de si los vínculos transnacionales y comunitarios son generales –igualmente frecuentes– en los tres casos o no. A continuación, la sección 3 afronta la cuestión de si los inmigrantes más recientes tienden a alimentar ambos tipos de vínculos más que los que llevan más tiempo en el continente. Las principales afirmaciones y datos de ambas secciones se resumen y reiteran en las conclusiones.

¿SON TODOS IGUALES? LA DIVERSIDAD SEGÚN EL GRUPO DE INMIGRANTES

Los inmigrantes musulmanes que residen en Europa conservan, o construyen, vínculos transnacionales estrechos con las sociedades de donde partieron. La inmensa mayoría de ellos se identifican con el país de origen y se sienten orgullosos de su origen nacional, mientras que son menos quienes piensan en sí mismos como miembros de la nacionalidad europea de destino. La inmensa mayoría, también, viajan a su país de vez en cuando y alrededor de la mitad lo hacen cada año. La mitad de los entrevistados afirman que envían dinero o regalos a su país. Y, por último, una gran mayoría siguen las noticias de su entorno geográfico, en su lengua materna.

Pero no “son todos iguales”, al contrario, se observan en los resultados de la encuesta diferencias significativas entre las actividades transnacionales de los distintos grupos de inmigrantes musulmanes en Europa. Los turcos aparecen como los más habituados a los contactos a través de las fronteras: siguen la información en su lengua de origen más que el resto, y viajan a su país y envían remesas más frecuentemente que los bengalíes. Los marroquíes ocupan un lugar intermedio, puesto que visitan su tierra y remiten dinero tanto como los turcos, aunque siguen las noticias en su lengua menos que éstos y que los bengalíes. Entre estos últimos son más raros los viajes y las remesas, aún constituyendo hábitos muy extendidos, y la atención a las noticias se sitúa entre la de los otros dos grupos. No se observa, por tanto, la homogeneidad o generalidad de los vínculo transnacionales que esperarían las teorías clásicas de la asimilación.

Vínculos transnacionales

Sentimientos de identidad nacional
Son más los inmigrantes musulmanes en Europa que se identifican con su nacionalidad de origen que los que lo hacen con la de destino (tengan o no la ciudadanía formal) pero casi la mitad declaran una forma de identidad mixta. Una gran mayoría de los musulmanes europeos se conciben a sí mismos como miembros de su nacionalidad de origen. El 88% están muy de acuerdo o de acuerdo con la frase “me siento bengalí/marroquí/turco o kurdo”. Por el contrario, cuando preguntamos por la identificación con el país de destino, observamos que la mayoría de los entrevistados (56%) niegan que piensen en sí mismos como ingleses, alemanes o españoles, mostrándose algo más de un tercio (35%) muy en desacuerdo. El 83% se declaran orgullosos de su nacionalidad de partida, frente a un 36% en cuanto a la de acogida (véase la Tabla 1 en el Anexo).

Junto con esta preferencia por las nacionalidades de origen, las respuestas de los inmigrantes musulmanes en Europa indican que las identidades mixtas son algo más frecuentes que las unívocas. Calculando los porcentajes sobre el total de los entrevistados, vemos que un 48% de ellos están de acuerdo (en algún grado) tanto con la frase que afirma su orgullo por su origen nacional como con la referida a su destino. Un grupo algo menor pero también muy numeroso, del 41%, se declara orgulloso de su origen nacional pero no de su destino.

Tabla 1. Identidades nacionales mixtas (porcentaje sobre el total de entrevistados)

Estoy orgulloso de ser bengalí/marroquí/turco-kurdo
Estoy orgulloso de ser británico/español/alemánDe acuerdo omuy de acuerdoEn desacuerdo omuy en desacuerdoPorcentajedel total
De acuerdo o muy de acuerdo47148
En desacuerdo o muy en desacuerdo411152
Porcentaje del total8812100

Si bien en conjunto los sentimientos de identidad nacional de los inmigrantes musulmanes en Europa les mantienen unidos a sus países de origen con mayor frecuencia que a los de destino, las diferencias entre los tres grupos étnicos estudiados resultan significativas y sustantivas. Los bengalíes residentes en Londres son quienes más han renunciado a su identidad de origen a favor de la de destino, seguidos de los marroquíes de Madrid y los turcos de Berlín, cuyas actitudes apenas difieren. En Madrid y Berlín lo más frecuente (64% y 67% respectivamente) es mostrarse “muy de acuerdo” con las afirmaciones de autodefinición según la nacionalidad de origen (“me siento bengalí/marroquí/turco o kurdo”); en Londres, la identificación con la nacionalidad de origen parece menos intensa, ya que el 72% se muestran “de acuerdo” con la frase. Más notables son las diferencias entre comunidades étnicas en cuanto a la autodefinición en función de la nacionalidad de destino (“me siento británico/español/alemán”). Un 91% de los bengalíes están muy de acuerdo o de acuerdo con la afirmación de que piensan en sí mismos como británicos, aunque la primera opción la eligen poco más de un tercio de entre ellos (35%). En el extremo opuesto se sitúan los turcos, entre quienes sólo un 13% aceptan la frase “me siento alemán”; entre medias quedan los marroquíes, ya que un 33% ratifica el “me siento español”. Esta pareja de preguntas indica, por tanto, que la comunidad bengalí de Londres mantiene en su mayoría vínculos identitarios transnacionales, pero con menor frecuencia y menor intensidad que la comunidad marroquí de Madrid y la turca de Berlín.

Las respuestas a la pregunta sobre orgullo nacional se distribuyen de un modo muy parecido a las de la pregunta sobre sentimientos de identidad. Sólo los turcos varían en cierta medida sus opciones de respuesta, mostrándose “muy de acuerdo” con “me siento orgulloso de ser turco o kurdo” con menos frecuencia que con “me siento turco o kurdo” (un 20% menos). Como resultado, los marroquíes parecen ser los más dispuestos a reconocer intensos sentimientos de orgullo por su origen, ya que el 62% se muestra “muy de acuerdo” con la frase, frente al 48% de los turcos y el 27% de los bengalíes. Entre los bengalíes, la respuesta preferida es la de menor intensidad: un 72% se muestra “de acuerdo” con la frase. Sólo entre los turcos hay un grupo de tamaño considerable (27%) que niegue estar orgulloso de su origen. Esta pregunta corrobora los resultados de la anterior, pero los matiza en el caso turco.[3]

Tabla 2. Sentimientos de identidad nacional, por grupo de inmigrantes

 Bengalíesen LondresMarroquíesen MadridTurcosen BerlínTotal
Me siento bengalí/marroquí/turco-kurdo
Muy de acuerdo25646755
De acuerdo72322238
En desacuerdo o muy en desacuerdo34117
Me siento británico/español/alemán
Muy de acuerdo358112
De acuerdo56251228
En desacuerdo o muy en desacuerdo9678760
Estoy orgulloso de ser bengalí/marroquí/turco-kurdo
Muy de acuerdo27624848
De acuerdo72352540
En desacuerdo o muy en desacuerdo142712

Actividades transnacionales
Las oportunidades ofrecidas por los medios de transporte internacional en nuestros días tienen un claro reflejo en los datos de la Encuesta a Musulmanes en Europa: la gran mayoría declaran que suelen viajar a su país de origen, lo cual resulta llamativo dado que la muestra incluye una comunidad étnica que vive cerca de su lugar de origen (los marroquíes madrileños) pero también otra que reside a gran distancia de su patria (los bengalíes londinenses). En conjunto, sólo el 12% de los inmigrantes dice que no viaja nunca a su país, mientras que un 45% lo hace, pero no todos los años, y otro 42% lo hace todos los años, al menos una vez (véase la Tabla 2 en el Anexo).

Como cabría esperar, la distancia geográfica se refleja en las respuestas de los integrantes de cada grupo étnico a la cuestión sobre las visitas a sus países de origen. Mientras que algo más de la mitad de los marroquíes (57%) y los turcos (53%) afirman que viajan a su patria una o varias veces al año, el 82% de los bengalíes dicen que visitan su país pero no todos los años. Sin embargo, es entre los inmigrantes que residen más cerca de su país, los marroquíes, donde encontramos el grupo más numeroso que declara que no visita nunca su país (20%), lo cual puede deberse a lo reciente de su migración, o puede ser una afirmación de distancia personal respecto del mismo, de escasez relativa de recursos, o de dificultades a la hora de atravesar las fronteras (no en vano un 13% de los entrevistados en Madrid afirman que llegaron al país “en patera”, y otro porcentaje igual declaran que residen en él “sin papeles”, lo cual desincentiva la salida del país por temor a no poder volver a entrar).

Tabla 3. ¿Con qué frecuencia viaja a Bangladesh/Marruecos/Turquía?, por grupo de inmigrantes

(%)Bengalíesen LondresMarroquíesen MadridTurcosen BerlínTotal
Al menos una vez al año3575342
Menos de una vez al año82234245
Nunca1520413

Los vínculos económicos con los países de origen resultan muy frecuentes, a través del envío de remesas o de regalos a los familiares que quedaron atrás o a alguna organización en el país de origen, mucho más habituales que los contactos laborales o empresariales. Sólo un 5% de todos los entrevistados dicen que trabajan o hacen negocios con gente que vive en sus países de origen. En contraste con ello, la mitad de los inmigrantes entrevistados afirman que en los últimos doce meses ellos mismos o algún otro miembro de su familia han enviado dinero o regalos a sus familiares, o a otras personas u organizaciones en sus países de origen (véase la Tabla 3 en el Anexo).

Aunque las diferencias entre grupos étnicos son pequeñas, cabe señalar que la proporción de quienes contribuyen económicamente a mantener hogares u organizaciones en su país entre los turcos y los marroquíes (55% y 52%, respectivamente) supera la de los bengalíes (38%). Más en particular, la mitad (51%) de los marroquíes afirmaron haber enviado dinero a su familia en los últimos doce meses, mientras que sólo un 7% lo habían enviado a otra gente o a alguna organización en Marruecos. Entre los bengalíes la diferencia entre ambos destinos de las contribuciones transnacionales es menor: un 36% de los entrevistados de esta nacionalidad declaran haber ayudado a sus familias y un 26% a otra gente o a alguna organización.

Tabla 4. ¿Ha enviado usted o algún otro miembro de su familia dinero o regalos a familiares, o a otras personas u organizaciones en Bangladesh/Marruecos/Turquía en los últimos doce meses?, por grupo de inmigrantes

(%)Bengalíesen LondresMarroquíesen MadridTurcosen BerlínTotal
38525551
No62484549

La facilidad en el acceso a los medios de comunicación de masas más allá de las fronteras queda patente en las respuestas de los inmigrantes musulmanes en Europa en cuanto al seguimiento de las noticias de sus países de origen. Más de tres cuartas partes (el 78%) de los entrevistados dicen que siguen las noticias en los medios de comunicación en su lengua materna. El medio preferido para ello es la televisión (el 69% de los entrevistados afirma que sigue las noticias en su lengua de origen por la televisión), seguido de la prensa escrita (46%) y la radio (40%) (véase la Tabla 4 en el Anexo). Si comparamos el consumo de información en las lenguas de origen y las lenguas de destino, vemos que las diferencias son pequeñas. La proporción de entrevistados que afirman seguir las noticias en las lenguas europeas apenas supera a la de quienes dicen hacerlo en las lenguas maternas (el 84% frente al anterior 78%).[4] De modo que el interés por la actualidad de ambos países resulta muy parecido.[5]

Los hábitos transnacionales de cada grupo étnico son diferentes también en este aspecto. Los turcos de Berlín dicen que siguen las noticias en turco (o kurdo) en un enorme 95%, seguido del 77% de los bengalíes de Londres y el 59% de los marroquíes de Madrid. Los entrevistados en la capital alemana resultan ser los inmigrantes que con más frecuencia siguen las noticias en su lengua materna en cualquiera de los medios preguntados, televisión (91%), radio (70%) o prensa (80%). Quienes menos las siguen, los marroquíes, atienden sobre todo a las noticias de televisión (56%), mientras que la radio y los periódicos tienen una audiencia muy minoritaria (11% y 5%, respectivamente). Al mismo tiempo que destacan por su escasa atención (en términos comparados) a las noticias en su idioma, también lo hacen por su mayor atención a la actualidad en el idioma del país europeo donde residen: el 94% de los marroquíes siguen las noticias en castellano, seguidos del 81% de los turcos que sigue la actualidad en alemán y el 75% de los bengalíes que sigue la información en inglés.

Tabla 5. En una semana normal, ¿suele usted ver escuchar o leer las noticias en bengalí/árabe/turco?, por grupo de inmigrantes

(%)Bengalíesen LondresMarroquíesen MadridTurcosen BerlínTotal
77599578
No2341522
En una semana normal, ¿suele usted ver, escuchar o leer las noticias en inglés/castellano/alemán?
75948184
No2561916

Comunidades étnicas

La comunidad étnica parece ofrecer un recurso muy importante a los inmigrantes musulmanes en sus vidas cotidianas. No son pocos los que participan en organizaciones étnicas y mezquitas predominantemente étnicas, y la gran mayoría tienen parientes residiendo en la misma ciudad (cerca de la mitad, en el mismo barrio), y tratan con amigos de su mismo origen más frecuentemente que con amigos europeos.

Los inmigrantes musulmanes en Europa no centran su vida social en la comunidad étnica todos por igual; al contrario, se observan diferencias muy significativas entre los tres grupos estudiados. Los bengalíes son quienes viven más inmersos en su comunidad, en lo que toca a círculos primarios, familiares y de amistad, destacando sobre todo en comparación con los marroquíes. Sin embargo, son los turcos quienes más tienden a participar en organizaciones formales de tipo étnico y quienes describen sus organizaciones religiosas como más homogéneas desde el punto de vista del origen nacional de sus miembros.

Círculos primarios étnicos
La mayoría de los inmigrantes musulmanes en Europa tiene muy cerca a su familia, más allá de la que comparte techo con ellos. Casi la mitad (47%) de los entrevistados afirman contar con la presencia de familiares en el barrio, y casi tres cuartas partes (72%) en la ciudad. Estos elevados porcentajes permiten imaginar que la familia constituye una red de apoyo de tipo étnico, y probablemente conecta con otras redes, no familiares, pero también de tipo étnico (véase la Tabla 5 en el Anexo).[6]

Los bengalíes viven cerca de sus parientes más frecuentemente que el resto, y los marroquíes menos. En cuanto a la presencia de familiares en el barrio, sin que convivan con los entrevistados, hay mucha diferencia entre Madrid y las otras dos ciudades. En la capital española sólo el 19% de los entrevistados tiene familia en el barrio, mientras que este es el caso del 69% de los entrevistados en Berlín y el 75% en Londres. Las diferencias son menores cuando se trata de familiares que viven en la misma ciudad pero no en el mismo barrio. Ahora los porcentajes son 64% para los marroquíes, y 76% y 80% para los turcos y los bengalíes, respectivamente. En los tres casos son amplia mayoría los inmigrantes musulmanes que tienen familiares en la ciudad, y en los dos últimos casos también lo son los que tienen familiares en el barrio.

Tabla 6. ¿Tiene usted parientes u otros familiares viviendo en…, por grupo de inmigrantes

(%)Bengalíesen LondresMarroquíesen MadridTurcosen BerlínTotal
su barrio?
75196948
No25813152
otras zonas de Londres/Madrid/Berlín?
80647673
No20362427

Otro tipo fundamental de círculo social informal es el de los amigos.[7] La inmensa mayoría de los inmigrantes musulmanes en Europa afirman que han tratado con sus amigos recientemente: respondiendo a una pregunta filtro al respecto, sólo un 2% de los turcos berlineses niegan haber invitado o haber sido invitados por algún amigo en el último año, y sólo un 17% de los bengalíes londinenses y los marroquíes madrileños niegan haber pasado tiempo con sus amigos en el último mes.

Dejando de lado a estas minorías que no cultivan amistades, vemos que la mayoría de los inmigrantes musulmanes se han reunido con amigos, tanto de su mismo origen nacional como oriundos del país donde residen, pero que lo primero resulta más frecuente que lo segundo. Un 56% de los entrevistados en Londres y Madrid han pasado tiempo con amigos de su comunidad étnica durante el último mes, y un 33% de entre ellos lo ha hecho en más de tres ocasiones; son menos, un 43%, quienes han pasado tiempo con amigos ingleses o españoles, y sólo un 16% lo ha hecho más de tres veces. Por otro lado, la proporción de turcos que ha visitado o recibido en casa a amigos de su comunidad étnica en el último año resulta muy elevada: casi todos (98%) lo han hecho, y un 58% a menudo o muy a menudo, mientras que son menos de la mitad (47%) los que se han visto en casa con amigos alemanes, y sólo un 10% a menudo o muy a menudo (véanse Tablas 6 y 7 en el Anexo).

A partir de estos datos, resulta evidente que la vida social de los inmigrantes musulmanes en Europa, en cuanto a los círculos de amigos, se desarrolla más frecuentemente en el seno de su comunidad étnica que en el seno de la sociedad de acogida en sentido amplio. Pero son casi la mitad de ellos quienes declaran tratar con amigos ingleses, españoles o alemanes. Además, cruzando las respuestas a ambas preguntas, no parece que se trate de soluciones alternativas de amistad, sino que más bien quienes tienen una vida social más intensa la tienen en ambos círculos, y quienes carecen de vida social carecen de ella en ambos círculos. Por ejemplo, en Londres y Madrid, la mitad de quienes no habían pasado tiempo con amigos del país de destino tampoco lo habían hecho con amigos del país de origen. Y el 80% de quienes se habían reunido con amigos del país de destino más de tres veces, lo habían hecho también más de tres veces con amigos del país de origen. Quienes disfrutan de una vida social relativamente intensa pero limitada a su comunidad étnica, esto es, quienes dicen que no se han reunido nunca con amigos de origen europeo, pero que se han reunido más de tres veces con amigos de su grupo étnico, representan tan sólo un 11% del total de las muestras inglesa y española. En Berlín no se observan diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de inmigrantes según la frecuencia con que visitan a los amigos turcos y los amigos alemanes, de modo que tampoco allí se trata de soluciones alternativas.

Tabla 7. Londres y Madrid: En el último mes, ¿con qué frecuencia ha pasado usted tiempo con amigos bengalíes/marroquíes?, según la frecuencia con que hayan pasado tiempo con amigos ingleses/españoles (%)

Amigos bengalíes/marroquíesAmigos ingleses/españoles
 Más de tresvecesDe una a tresvecesNuncaTotal
Más de tres veces80412528
De una a tres veces13472430
Nunca7125142

Como ocurría con la red de parentesco, en la relación con los amigos venidos del mismo país se observan diferencias también muy notables entre los bengalíes y los marroquíes. La red de amigos de los bengalíes es más activa: el 66% de los entrevistados de este origen que declaran haber pasado tiempo con amigos en el último mes, dicen también haberlo hecho más de tres veces con amigos de su misma nacionalidad, frente a un 36% de los marroquíes; y sólo un 2% no los frecuentan en absoluto, frente a un 34% de los marroquíes. Si bien la pregunta formulada a los turcos no permite comparar sus actitudes con las de los otros dos grupos, como vimos, los datos perfilan también una red de amistades turcas muy activa, ya que el 58% afirman que han invitado o visitado a amigos con frecuencia o con mucha frecuencia en el último año, un 40% que lo han hecho algunas veces o raras veces y sólo un 2% no lo han hecho nunca.

Tabla 8. En el último mes, ¿con qué frecuencia ha pasado usted tiempo con amigos bengalíes/marroquíes?, por grupo de inmigrantes

 Bengalíes en LondresMarroquíes en MadridTotal
Más de tres veces663628
De una a tres veces323030
Nunca23442

Organizaciones formales étnicas
No son pocos los inmigrantes musulmanes que participan de organizaciones formales. Las más populares son las organizaciones deportivas, étnicas y culturales, que atraen cada una a un 19% de ellos. Otro 17% declara que participaba regularmente de las actividades de una organización religiosa o una mezquita. Algo menor, del 12%, resulta la proporción de entrevistados que participaban de un sindicato laboral (véase la Tabla 8 en el Anexo).

De entre estas organizaciones, sólo las mezquitas y las propiamente étnicas pueden considerarse predominantemente integradas por gentes del mismo origen nacional. Más de la mitad de los entrevistados no responden a las preguntas sobre la composición étnica de las organizaciones, tal vez, sobre todo, porque si se trata de organizaciones grandes es difícil tener una opinión al respecto. Aun así, las mezquitas parecen tener un fuerte carácter nacional, puesto que el 31% de los entrevistados dicen que la mayoría de la gente que participa de sus actividades son bengalíes, marroquíes o turcos. Pero el resto de organizaciones ofrecen a los inmigrantes musulmanes entornos sociales mixtos, según afirman alrededor de la cuarta parte de los entrevistados (véase la Tabla 9 en el Anexo).

Las diferencias entre los tres grupos étnicos estudiados no resultan tan concluyentes en cuanto a la participación en organizaciones formales de carácter étnico como lo hacían en cuanto a las relaciones informales, con parientes y amigos. No encontramos diferencias estadísticamente significativas entre los tres grupos de inmigrantes cuando se trata de participar en organizaciones religiosas y mezquitas, pero es cierto que el carácter étnico de las mismas parece más marcado en Berlín que en las otras ciudades: el 88% de los turcos berlineses que participan de las actividades de este tipo de organizaciones afirmó hacerlo rodeado de gentes originarias de su país, frente al 67% de los bengalíes londinenses y el 46% de los marroquíes madrileños. Además, las organizaciones propiamente étnicas son más populares entre los turcos (con un 27% de participantes) que entre los otros dos grupos de inmigrantes (con un 17% de participantes entre los marroquíes y un 14% entre los bengalíes).

Tabla 9. Las personas que participan en esta mezquita u organización religiosa, son sobre todo bengalíes/marroquíes/turcos, sobre todo ingleses/españoles/alemanes, o una mezcla de ambos por igual?, por grupo de inmigrantes

(%)Bengalíesen LondresMarroquíesen MadridTurcosen BerlínTotal
Sobre todo bengalíes/marroquíes/turcos67468870
Sobre todo ingleses/españoles/alemanes11324
Una mezcla de ambos por igual22511026
¿Participa usted regularmente en las actividades de una organización étnica?
14172721
No86837379

Para terminar, cabe señalar que esta impresión de que los turcos tienen mayor disposición a participar en organizaciones formales en el seno de la comunidad étnica contrasta con la observación anterior, según la cual los bengalíes constituyen el grupo más propenso a construir sus vidas cotidianas en círculos primarios dentro de la propia comunidad. Esta comparación, así como las derivadas del análisis de los sentimientos de identidad y las actividades transnacionales, no indican una generalidad de los vínculos transfronterizos y comunitarios, como asumía la teoría de la asimilación de los inmigrantes en la sociedad receptora, sino una notable diversidad según los grupos y según los vínculos transnacionales o los lazos sociales en la comunidad étnica de que se trate.

¿SE DISTANCIAN CON EL TIEMPO? LA PERMANENCIA DE LOS VÍNCULOS TRANSNACIONALES Y LAS COMUNIDADES ÉTNICAS

El efecto del paso del tiempo sobre los vínculos de los inmigrantes con sus países de origen y sus comunidades étnicas en el país de destino tampoco responde a las previsiones de la teoría clásica de la asimilación, según la cual los inmigrantes que llevan más tiempo residiendo en el nuevo país se habrían distanciado de sus patrias y sus comunidades étnicas más que los recién llegados. Los resultados de la Encuesta a Musulmanes en Europa indican que, si bien es cierto que los vínculos transnacionales de tipo emocional, como los sentimientos de identidad nacional, tienden a erosionarse con el tiempo, las actividades transnacionales no siguen la misma pauta, mientras que los vínculos con la comunidad étnica, al contrario de lo previsto, se refuerzan con el tiempo.

Para comprobarlo, en esta sección, se divide a los entrevistados en la Encuesta a Musulmanes en Europa en tres grupos de un tamaño parecido: el primer grupo engloba a quienes dicen que llegaron al país donde residen antes de 1985, el segundo a quienes lo hicieron entre 1985 y 1995, y el tercero a quienes migraron después de 1995. El primer grupo incluye individuos que llevan hasta cuarenta años en Europa (los pioneros en la muestra llegaron en 1953), y el tercero algunos que acababan de llegar en el año en que se realizó el trabajo de campo, en 2004. De este modo se comparan las actitudes declaradas en 2004 de tres categorías de inmigrantes según la antigüedad de la migración, lo cual tiene varias limitaciones evidentes. En primer lugar, permite que las diferencias de edad influyan en los resultados, puesto que es de esperar que los entrevistados que llevan más tiempo en Europa tengan una mayor media de edad que los recién llegados. En segundo lugar, no permite observar el cambio en las actitudes a lo largo del tiempo, para lo cual haría falta un estudio longitudinal en el que se repitiesen las preguntas en momentos suficientemente distantes, sin comparar entre categorías según la antigüedad de su migración en un único momento, el de la realización de la encuesta. En tercer lugar, no considera las diferencias entre generaciones, ya que los nacidos en el país eran tan escasos en la muestra que convino eliminarlos de este análisis.

De partida, se observan diferencias muy importantes en la antigüedad de cada grupo de inmigrantes, lo cual obliga a sospechar que la variación en los comportamientos según el tiempo de residencia en Europa no resulte del todo independiente de la variación según la nacionalidad de que se trate; si bien la interacción entre ambos factores excede a los objetivos de este trabajo, plantea un interrogante de interés para futuras indagaciones. Los grupos más antiguos son el berlinés y el londinense: dos tercios de los turcos entrevistados (66%) llegaron antes de 1985, y más de la mitad de los bengalíes (57%) se establecieron antes de 1985 y otro 38% en la década siguiente. Sin embargo, casi dos tercios (65%) de los marroquíes madrileños migraron entre 1985 y 1995, y otro tercio (31%) lo hizo con posterioridad a esta última fecha. Las diferencias registradas en las actitudes de las tres comunidades en la sección anterior animan a cuestionar la validez de la hipótesis clásica de que los inmigrantes más recientes recurren con más frecuencia a los vínculos transnacionales y las comunidades étnicas que los más antiguos. ¿Por qué uno de los grupos que lleva más tiempo establecido en Europa, el de los turcos de Berlín, está igual o más implicado en actividades transnacionales (y se siente igual o más identificado con su nacionalidad de origen) que el grupo más reciente, el de los marroquíes de Madrid? ¿Por qué estos últimos no se apoyan en vínculos transnacionales y lazos sociales en la comunidad étnica más que los grupos más antiguos, cómo preveía la teoría de la asimilación, sino menos? Al análisis por comunidades se suma en esta sección el análisis por individuos, según la antigüedad de la migración, para tratar de aportar alguna luz sobre estas cuestiones.

Sentimientos de identidad nacional
Analizando las respuestas de los musulmanes en Europa sobre sus sentimientos de identidad nacional según el año de llegada al país donde residen, se observan diferencias entre los inmigrantes más antiguos y los más recientes que indican una tendencia a difuminar las identidades originales a favor de las identidades de destino, como proponía la literatura clásica sobre la asimilación de los inmigrantes. Cabe afirmar que, en el aspecto emocional de los mismos, es cierto que los vínculos transnacionales se difuminan, en cierta medida, con el paso del tiempo.

La respuesta a la pareja de afirmaciones “me siento bengalí/marroquí/turco o kurdo” y “me siento británico/español/alemán” muestra claramente que los inmigrantes más recientes permanecen más apegados a sus identidades de origen y se resisten más a abrazar las de destino que quienes migraron con anterioridad. El corte en 1995 distingue a los llegados en los últimos diez años de los otros dos grupos, que resultan parecidos entre sí, de modo que no cabe imaginar una evolución de las identidades progresiva en el tiempo, sino más bien cabe distinguir este grupo, llegado en los últimos años noventa y primeros dos mil del resto. Quienes migraron después de 1995 se muestran “muy de acuerdo” con la afirmación sobre la identidad nacional de origen en un 66%, que contrasta con las frecuencias, parecidas entre sí, de los otros dos grupos: el 50% de quienes migraron entre 1985 y 1994 se declara muy de acuerdo, junto con el 46% de los llegados antes de la primera fecha. Al mismo tiempo, el grupo de inmigrantes más recientes se manifiestan en desacuerdo con la afirmación sobre la identidad nacional de destino en un 74%, frente al 52%-53% de los otros dos grupos.

La pregunta sobre el orgullo de pertenecer al país de origen arroja resultados similares aunque menos evidentes. Por una parte, sí cabe imaginar que el tiempo de residencia vaya erosionando progresivamente los sentimientos de orgullo respecto de la identidad nacional original, puesto que los porcentajes de acuerdo con la afirmación “estoy orgulloso de ser bengalí/marroquí/turco o kurdo” aumentan según nos movemos por la Tabla 10, de la columna que representa a los inmigrantes más antiguos a la de los más recientes: sólo un 35% de quienes llegaron al país europeo donde residen antes de 1985 se manifiestan orgullosos de su origen nacional, seguidos del 47% del grupo de los llegados entre esa fecha y 1994, y el 63% de los que viajaron en 1995 o después. Por otra, las reacciones a la afirmación “estoy orgulloso de ser británico/español/alemán” siguen un patrón algo distinto, parecido al observado en las respuestas a la pareja de afirmaciones que comienzan con “me siento…”. Si bien es cierto que los inmigrantes más recientes, de 1995 en adelante, son quienes más frecuentemente rechazan la frase (lo hacen en un 65%), los otros dos grupos apenas difieren entre sí, ya que los inmigrantes de antigüedad intermedia rechazan la frase en un 38% y los llegados en los años cincuenta, sesenta, setenta y primeros ochenta lo hacen en un 45%. Los siete puntos porcentuales de diferencia entre las frecuencias de rechazo a la frase de los inmigrantes más antiguos pueden ser resultado del error muestral, mientras que el grupo más reciente destaca claramente, más allá de los márgenes de error, con una frecuencia de rechazo a la frase sobre el orgullo de pertenecer a la nacionalidad de destino veinte puntos superior al resto.

Tabla 10. Sentimientos de identidad nacional, según fecha de inmigración

(%)Hasta 1984Entre 1985y 1994De 1995en adelanteTotal
Me siento bengalí/marroquí/turco-kurdo
Muy de acuerdo46506654
De acuerdo46472840
En desacuerdo o muy en desacuerdo8366
Me siento británico/español/alemán
Muy de acuerdo1414711
De acuerdo33341929
En desacuerdo o muy en desacuerdo53527460
Estoy orgulloso de ser bengalí/marroquí/turco-kurdo
Muy de acuerdo35476348
De acuerdo49483042
En desacuerdo o muy en desacuerdo165710
Estoy orgulloso de ser británico/español/alemán
Muy de acuerdo1918915
De acuerdo36442635
En desacuerdo o muy en desacuerdo45386550

En definitiva, la encuesta aquí analizada pone en evidencia que los vínculos transnacionales de carácter emocional de los inmigrantes musulmanes en Europa tienden a erosionarse con el paso del tiempo o, al menos, que los inmigrantes llegados en los últimos diez años conservan tales vínculos con más frecuencia que los que migraron con anterioridad, y se resisten más a identificarse con la nación de acogida.

Actividades transnacionales
Los inmigrantes más recientes, llegados a Europa desde mediados de los años noventa, tienden a viajar cada año a su país de origen más que el resto: la mitad (50%) de ellos lo hacen al menos una vez en ese período de tiempo, frente al 40%-42% de los inmigrantes más antiguos. Los viajes esporádicos son más normales entre los inmigrantes más antiguos, ya que la mitad (51%-52%) de quienes migraron antes de 1995 declaran visitar su país menos de una vez al año, frente a la cuarta parte (25%) de quienes migraron más tarde. Sin embargo, la restante cuarta parte (25%) de los nuevos inmigrantes dice que no viaja nunca a su país, mientras que esta respuesta la eligen sólo el 7%-8% de los antiguos.[8] Los datos, por tanto, no confirman con claridad la hipótesis de que las visitas al país de origen sean más típicas de los inmigrantes que llevan menos tiempo en Europa, porque son más entre estos quienes viajan una vez al año, al menos, también son más quienes no viajan nunca a su patria.

Tabla 11. ¿Con qué frecuencia viaja a Bangladesh/Marruecos/Turquía?, según fecha de inmigración

(%)Hasta 1984Entre 1985y 1994De 1995en adelanteTotal
Al menos una vez al año42405044
Menos de una vez al año51522542
Nunca782514

Por otro lado, no se observan diferencias estadísticamente significativas en la propensión de los inmigrantes musulmanes a enviar remesas a sus países de origen, agrupados según su fecha de llegada a Europa. Según las respuestas a la encuesta analizada aquí, la ayuda económica que prestan estos inmigrantes a sus familiares, a otras personas o a organizaciones en Bangladesh, Marruecos o Turquía no depende del tiempo que llevan viviendo en los países europeos donde se han establecido.

Sin embargo, la antigüedad de la migración influye claramente en la propensión a seguir las noticias en la lengua de origen; pero lo hace en el sentido contrario al que cabría esperar si aceptamos la hipótesis clásica de que los extranjeros recién llegados conservan sus vínculos transnacionales en mayor medida que sus antecesores. Vemos que un 89% de quienes migraron antes de 1985 siguen las noticias en la lengua materna, seguidos del 80% de quienes migraron entre 1985 y 1994, y de un 60% de quienes llegaron a Europa después de 1995.

Tabla 12. En una semana normal, ¿suele usted ver escuchar o leer las noticias en bengalí/árabe/turco?, según fecha de inmigración

(%)Hasta 1984Entre 1985 y 1995De 1995 en adelanteTotal
89806077
No11204023

En defimusulmanes en Europa tiendan a abandonarse con el tiempo. No se observa una relación clara entre la fecha de llegada y las visitas al país de origen, ni una relación estadísticamente significativa entre la fecha de llegada y el envío de remesas, mientras que la relación entre fecha de llegada y atención a la información de los países de origen resulta contraria a la hipótesis de que “se distancian con el tiempo”.

Comunidades étnicas
Si no podemos afirmar que los inmigrantes musulmanes más recientes mantengan todos los vínculos transnacionales con sus países de origen con más frecuencia que quienes llevan más tiempo viviendo en Europa, sí observamos en los resultados de la encuesta con claridad que la comunidad étnica ofrece vínculos sociales más tupidos a los inmigrantes más antiguos que a los más recientes, contrariamente a las hipótesis de las teorías clásicas de la asimilación. Tanto los círculos primarios étnicos, de parentesco y amistad, como las organizaciones formales de carácter nacional tienen mayor presencia en la vida social de los inmigrantes largamente establecidos en Londres, Madrid y Berlín, que en la del resto.

En cuanto a la presencia de familiares en el barrio y en la ciudad, se observan relaciones estadísticamente significativas y fuertes, según las cuales los círculos familiares se reforzarían con el tiempo de residencia. Un 71% de los musulmanes que llegaron antes de 1985 a Londres, Madrid o Berlín tiene familiares en el barrio, frente al 45% de quienes llegaron entre 1985 y 1995, y un 27% de los que llegaron después de 1995. La misma gradación encontramos, aunque con diferencias muy reducidas, cuando preguntamos por la presencia de familiares en la misma ciudad: un 77% de los primeros tiene parientes en la ciudad, junto con un 74% de los segundos y un 61% de los terceros. Conviene recordar, sin embargo, que la presencia de familiares en el entorno inmediato no implica necesariamente, aunque es condición para, un trato cotidiano e intenso dentro de la red de parentesco; por lo tanto, no sabemos en qué medida estas diferencias indican que lnitiva, no cabe concluir que las actividades transnacionales de los inmigrantes a vida social de los entrevistados se desarrolla dentro de su comunidad étnica, o muestran la simple acumulación de inmigrantes del mismo origen que vienen a Europa siguiendo redes familiares y las refuerzan mediante matrimonio dentro de la comunidad una vez allí. No resulta extraño, por tanto, que los migrantes más antiguos cuenten con redes familiares más tupidas en su barrio y su ciudad.

Tabla 13. ¿Tiene usted parientes u otros familiares viviendo en…, según fecha de inmigración

(%)Hasta 1984Entre 1985y 1994De 1995 enadelanteTotal
su barrio?
71452749
No29557351
otras zonas de Londres/Madrid/Berlín?
77746171
No23263929

En cuanto a los círculos de amistad, no se observa en Londres y Madrid una relación estadísticamente significativa entre el año de llegada y el hecho declarado de haber pasado tiempo con amigos del país de destino en el último mes. Pero sí se observa una relación significativa y lineal entre el año de llegada y el haber pasado tiempo con amigos del mismo origen étnico. El 55% de los inmigrantes más antiguos afirma que ha visto a amigos de su comunidad más de tres veces el último mes, junto al 44% de quienes llegaron entre 1985 y 1995, y el 35% de quienes llegaron con posterioridad. Sólo un 13% de los primeros niegan que hayan pasado su tiempo libre con los amigos de su comunidad nacional, frente al 23% de los segundos y el 36% de los terceros. De este modo, parece que los círculos de amistad dentro de la comunidad nacional son más intensos para los inmigrantes más antiguos, al contrario de lo que cabría esperar si aceptamos la hipótesis de que son los recién llegados quienes se refugian en su comunidad; mientras que no parece que quienes llevan más tiempo en sus ciudades hayan tenido más oportunidades o más deseo de tratar con amigos locales.

Tabla 14. En el último mes, ¿con qué frecuencia ha pasado usted tiempo con amigos bengalíes/marroquíes?, según fecha de inmigración

(%)Hasta 1984Entre 1985y 1994De 1995en adelanteTotal
Más de tres veces55443528
De una a tres veces32332930
Nunca13233642

La participación de organizaciones formales de tipo étnico no depende de la fecha de inmigración, cuando se trata de mezquitas y organizaciones religiosas, pero sí cuando se trata de organizaciones étnicas. Los inmigrantes más antiguos, llegados hasta 1984, tienden más a participar en asociaciones que representan a los inmigrantes venidos de su país que el resto (28%, frente al 15% y el 19% en los grupos más recientes). Esta comparación ofrece una pista más, contraria a la hipótesis de que los inmigrantes llegados más recientemente tienden a refugiarse en las organizaciones de su comunidad nacional, mientras que quienes llevan más tiempo tienden a incorporarse al mundo asociativo de la mayoría.

Tabla 15. ¿Participa usted regularmente en las actividades de una organización étnica?, según fecha de inmigración

(%)Hasta 1984Entre 1985 y 1994De 1995 en adelanteTotal
28151921
No72858179

Las respuestas a las preguntas sobre el recurso a las comunidades étnicas en la vida cotidiana muestran, agregadas, que la hipótesis clásica de la transitoriedad de los lazos creados por los inmigrantes en el seno del grupo nacional no resulta aplicable a los musulmanes que residen en Europa hoy. Al contrario: quienes llevan más tiempo establecidos en Madrid, Londres o Berlín cuentan con la presencia de redes familiares muy próximas, en el barrio y en la ciudad, frecuentan amigos de su mismo origen nacional y participan de organizaciones étnicas más frecuentemente que los inmigrantes musulmanes más recientes.

CONCLUSIONES

Los datos de la Encuesta a Musulmanes en Europa perfilan la imagen de unos inmigrantes que viven “aquí y allí”: la mayoría de ellos mantienen vínculos transnacionales con sus sociedades de origen y lazos sociales estrechos con los miembros de su comunidad étnica en la ciudad donde residen. Muestran también las respuestas de la encuesta que los tres grupos de inmigrantes estudiados tienen comportamientos diferentes en cuanto a la frecuencia con que recurren a los diversos tipos de vínculos transnacionales (viajes, remesas, noticias) y de lazos sociales en la comunidad étnica (parientes, amigos, socios de organizaciones). Indican, por último, que no son principalmente los recién llegados a Europa quienes recurren a tales vínculos y lazos, en un esfuerzo por paliar su déficit de integración en la sociedad de destino, sino que quienes llevan más tiempo establecidos en la ciudad donde residen recurren más frecuentemente a varios de ellos.

¿En qué medida mantienen los inmigrantes musulmanes vínculos transnacionales con sus sociedades de origen?

  • La inmensa mayoría de los inmigrantes musulmanes se sienten miembros de una comunidad nacional de origen, bengalí, marroquí, turca o kurda, siendo considerablemente mayor la proporción de quienes albergan esta identidad de origen que la de quienes han adoptado la identidad nacional de destino, británica, española o alemana. Pero las identidades mixtas son algo más frecuentes que las unívocas: casi la mitad de los entrevistados se consideran orgullosos de ambas identidades nacionales, aunque la restante mitad se inclinan más frecuentemente por el orgullo de origen que por el de destino.
  • Casi todos los entrevistados afirman que viajan a sus países de origen, alrededor de la mitad de ellos lo hacen todos los años al menos una vez y la otra mitad con menor frecuencia.
  • La mitad de los entrevistados dicen que envían dinero o regalos a sus familiares o a otras personas u organizaciones en Bangladesh, Marruecos o Turquía.
  • Más de tres cuartas partes afirman que siguen las noticias en su lengua materna, interesándose así por la actualidad de sus países y de su entorno; pero los intereses mixtos resultan muy frecuentes, ya que la mayoría de los entrevistados siguen la actualidad en los medios de comunicación tanto en su lengua de origen como en el idioma de la sociedad de destino.

¿En qué medida mantienen vínculos con su comunidad étnica en la ciudad de residencia?

  • Cerca de la mitad de los inmigrantes musulmanes cuentan con una red de parentesco en el propio barrio, y más de tres cuartas partes tienen familiares en la ciudad.
  • Los entrevistados frecuentan amigos de su comunidad étnica más habitualmente que amigos oriundos del país de residencia. Algo más de la mitad de los bengalíes y marroquíes han pasado tiempo con amigos de su mismo origen étnico en el último mes, en Londres o Madrid, y algo más de la mitad de los turcos se ha reunido a menudo o muy a menudo con amigos turcos en Berlín. Pero no se trata de soluciones de sociabilidad alternativa, ya que quienes tienen una vida social más intensa la disfrutan en ambos círculos.
  • Las organizaciones étnicas acogen la participación de casi una quinta parte de los entrevistados, y una proporción algo menor contribuye a las actividades de alguna mezquita, que la mayoría de ellos describen como asociaciones predominantemente étnicas.

Los inmigrantes musulmanes en Europa, ¿son todos iguales en lo que respecta a sus vínculos transnacionales y comunitarios?

  • Los turcos, acompañados en ocasiones por los marroquíes, se perfilan como el grupo más transnacional de los tres, mientras que los bengalíes parecen los más dispuestos a construir sus vidas cotidianas en el seno de la comunidad étnica.
  • En cuanto a lo vínculos emocionales, los turcos y los marroquíes se identifican más con su país de origen y menos con su país de destino que los bengalíes.
  • En cuanto a las actividades transnacionales, los turcos y los marroquíes también tienden a viajar y enviar dinero y regalos a sus países de origen con más frecuencia que los bengalíes; y los turcos destacan también por un mayor seguimiento de las noticias de su país de origen y una mayor propensión a hacer negocios con gentes que residen allí.
  • Por el contrario, los bengalíes viven más inmersos en su comunidad étnica, en lo que toca a círculos primarios, esto es, familiares y de amistad. Pero los turcos tienden más a participar de organizaciones étnicas y con mayor frecuencia describen sus mezquitas como asociaciones predominantemente étnicas.

Los inmigrantes musulmanes en Europa, ¿se distancian con el tiempo de sus sociedades de origen y sus comunidades étnicas?

  • El grupo que en conjunto ha migrado más recientemente, el marroquí, no resulta ser el más transnacional ni el más comunitario; por el contrario, los grupos con más antigüedad en Europa recurren más frecuentemente a los vínculos con la sociedad de origen (el turco) y a la comunidad de origen en la ciudad de destino (el bengalí).
  • Si nos fijamos en los individuos en vez de en los grupos, vemos que los entrevistados se distancian con el tiempo de sus vínculos transnacionales de tipo emocional (sus sentimientos de identidad nacional de origen), pero no para las actividades transnacionales (viajes, envío de remesas, seguimiento de los medios de comunicación) ni para los vínculos comunitarios (parientes, amigos, organizaciones).
  • Los sentimientos de identidad con la nación de origen resultan más fuertes entre los inmigrantes llegados en la década anterior a la encuesta que entre los que llevan más tiempo en las ciudades europeas.
  • Los inmigrantes más recientes tienden más a viajar todos los años pero también a no viajar nunca, mientras que el resto tienden más a viajar de vez en cuando.
  • Los inmigrantes más antiguos envían remesas a sus países de origen tanto como los más recientes.
  • Los inmigrantes más antiguos declaran mayor interés por la actualidad en los medios de comunicación en sus lenguas maternas que los más recientes.
  • Los musulmanes de origen extranjero que llevan más tiempo en Europa cuentan más frecuentemente que los más recientes con círculos de parentesco en su barrio o su ciudad, quedan más a menudo con amigos de su nacionalidad de origen y participan más habitualmente en organizaciones étnicas.

Estas conclusiones indican que los vínculos transnacionales tejen una red relativamente invisible pero permanente entre parejas de países europeos y países musulmanes. Tales vínculos se anclan además en comunidades étnicas en las ciudades europeas que proveen a los inmigrantes de recursos sociales muy importantes. Pero la encuesta analizada se limita a tres grupos de inmigrantes musulmanes, los bengalíes de Londres, los marroquíes de Madrid y los turcos de Berlín, cuando la diversidad observada en los vínculos transnacionales y comunitarios de los tres sugiere que convendría investigar un número más amplio de grupos en un número más amplio de ciudades. Aunque tal investigación se enfrenta a múltiples dificultades metodológicas, la encuesta aquí analizada muestra que es factible construir muestras representativas de estos grupos, y anima a proseguir y extender la investigación rigurosa de las actitudes de los inmigrantes musulmanes, cuya integración en las culturas occidentales genera tanto debate público hoy.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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ANEXO

Tabla 1. Sentimientos de identidad nacional con el país de origen y de destino

(%)Me sientobengalí/marroquí/turco-kurdoMe sientobritánico/español/alemánEstoy orgullosode ser bengalí/marroquí/turco-kurdoEstoy orgullosode ser británico/español/alemán
Muy de acuerdo52114510
De acuerdo36263826
En desacuerdo321621
Muy en desacuerdo435535
Ns/nc5767

Tabla 2. ¿Con qué frecuencia viaja a Bangladesh/Marruecos/Turquía?

 (%)
Todos los años42
Menos de una vez al año45
Nunca12
NS/NC1

Tabla 3. Vínculos económicos con el país de origen (%)

¿Trabaja usted o hace negocios con gente que vive en Bangladesh/Marruecos/Turquía?
5
No94
Ns/nc1
¿Ha enviado usted o algún otro miembro de su familia dinero o regalos a familiares, o a otras personas u organizaciones en Bangladesh/Marruecos/Turquía en los últimos doce meses?
50
No48
NS/NC2

Tabla 4. En una semana normal, ¿suele usted ver escuchar o leer las noticias en…?

(%)Bengalí/árabe/turcoInglés/español/alemán
7783
No2216
NS/NC11

Tabla 5. ¿Tiene usted parientes u otros miembros de la familia viviendo en…

(%)su barrio?otras zonas deLondres/Madrid/Berlín?
5172
No4727
NS/NC21

Tabla 6. Londres y Madrid: En el último mes, ¿con qué frecuencia ha pasado usted tiempo con amigos…

(%)bengalíes/marroquíes?ingleses/españoles?
Más de tres veces3316
De una a tres veces2327
Nunca2234
NS/NC2223

Tabla 7. Berlín: En el último año, ¿con qué frecuencia ha visitado o recibido en casa a amigos…

(%)turcos?alemanes?
A menudo o muy a menudo5810
Alguna vez o rara vez4037
Nunca253

Tabla 8. ¿Participa usted regularmente en las actividades de…

(%)una mezquita uorganizaciónreligiosa?unaorganizacióndeportiva?unaorganizaciónétnica?unaorganizacióncultural?un sindicato detrabajadores?
1719191912
No8280758087
NS/NC11611

Tabla 9. Las personas que participan de esta organización, son sobre todo bengalíes/marroquíes/turcos, sobre todo ingleses/españoles/alemanes, o una mezcla de ambos por igual?

(%)MezquitasEquiposdeportivosOrganizacionesculturalesSindicatos detrabajadores
Sobre todo bengalíes/marroquíes/turcos314121
Sobre todo ingleses/españoles/alemanes214810
Ambos por igual12262421
NS/NC55565668

[1] No permiten los datos de la encuesta a musulmanes en Europa, sin embargo, comprobar la relación entre la fuerza de los vínculos transnacionales y de los lazos con la comunidad étnica. Esta sería una cuestión de gran interés, también controvertida. La literatura clásica sobre migraciones suponía que quienes más tendiesen a vivir dentro de los límites de su comunidad nacional mantendrían también relaciones transnacionales más estrechas, y viceversa. Ambos tipos de nexos se perderían con el tiempo. Sin embargo, los estudios de caso más recientes muestran que se dan combinaciones muy variadas: algunos grupos constituyen comunidades étnicas fuertes en el país de destino pero renuncian a las relaciones económicas, sociales, políticas y culturales con el país de origen; otros optan por la solución contraria, y la mayoría buscan combinaciones intermedias, estableciendo con la comunidad étnica y/o el país de origen relaciones parciales y circunstanciales (Levitt y Glick Schiller, 2004; Vertovec, 2003, 2004; Morawska, 2003a, 2004; Portes, Guarnizo y Landolt, 1999; y Kivisto, 2001.)

[2] Las unidades de la Universidad de Michigan que han financiado esta investigación incluyen, principalmente, el European Union Center, que recibe apoyo de la delegación en Washington de la Comisión Europea, con el fin de mejorar los conocimientos de los americanos sobre la Europa contemporánea; así como la Office of the Vice President for Research, Center for Political Studies, Research Center for Group Dynamics, y el International Institute.

[3] La pregunta sobre el orgullo de la nacionalidad de destino no permite comparaciones por grupos étnicos, puesto que sólo tenía sentido formularla a quienes habían respondido positivamente a la pregunta sobre los sentimientos de identidad nacional en el país de destino, muy poco numerosos en Madrid y Berlín.

[4] Asumo que es probable que la mayoría de quienes siguen las noticias en su lengua materna están consumiendo medios de comunicación de sus países de origen o de su entorno, aunque también pueden estar atendiendo, por ejemplo, a programas de radio producidos en el país de destino y dirigidos a su comunidad étnica, que combinarían información sobre el país de origen con información sobre el país de destino.

[5] Además, no puede decirse que quienes siguen las noticias en sus lenguas de origen constituyan un grupo distinto de quienes las siguen en la lengua del país de destino, porque las diferencias entre ambos grupos no resultan estadísticamente significativas, ni en conjunto para todos los entrevistados (como cabría esperar dado el volumen de respuestas positivas), ni en cada ciudad. Quiere esto decir que el hecho de que uno se interese por la actualidad de su país de origen y de su entorno informativo es independiente del hecho de que se interese por la del país de destino y su entorno: la gran mayoría de los inmigrantes musulmanes siguen la actualidad de su patria, al margen de que también se interesen por la de la sociedad donde viven o no.

[6] Pero hay que tener en cuenta que los datos de la encuesta no indican la intensidad de trato con estos familiares, ni confirman que estos familiares sean todos miembros de la misma etnia, puesto que puede haber en la muestra algunas parejas mixtas cuyos miembros de origen inmigrante tengan parientes ingleses, españoles, alemanes o de alguna nacionalidad extranjera diferente de la suya. Sin embargo, por cómo se han seleccionado las muestras, y porque los matrimonios mixtos resultan muy raros entre los inmigrantes musulmanes, podemos utilizar estas respuestas como aproximación, con reservas, a las comunidades étnicas de los musulmanes en Europa.

[7] A diferencia del caso de la familia, contamos con información en la encuesta sobre la intensidad de trato de los entrevistados con los amigos del mismo origen nacional, y podemos compararla con la intensidad de trato con los amigos de origen europeo; pero en este tema la heterogeneidad en el planteamiento de la pregunta limita las posibilidades de comparación internacional. En Londres y Madrid se inquirió cuántas veces en el último mes habían pasado los entrevistados tiempo con sus amigos, y a quienes ofrecían una respuesta diferente de cero se les preguntó si se trataba de amigos bengalíes/marroquíes o ingleses (“blancos”)/españoles. En Berlín se preguntó cuántas veces, en el último año, habían visitado a amigos turcos, habían visitado a amigos alemanes, habían recibido en casa a amigos turcos y habían recibido en casa a amigos alemanes, ofreciendo una escala de frecuencia de visitas para responder.

[8] Aquí puede influir el hecho de que la comunidad más reciente es también la que está geográficamente más cerca de su país de origen, Marruecos, y que entre ellos un grupo nada despreciable, de una quinta parte, no visita su país.