Resumen

Entre enero de 2013 y septiembre de 2017, 222 individuos que habían hecho suyas las actitudes y creencias del salafismo yihadista fueron detenidos en España por actividades de terrorismo; ocho más murieron como resultado de su participación en las mismas. Una gran mayoría tenía a Estado Islámico como organización de referencia y estaba implicada dentro de células, grupos o redes (CGR). En conjunto, el mapa actual del yihadismo en nuestro país refleja un fenómeno que tiende a concentrarse en bolsas localizadas. Se detectan más yihadistas insertos en CGR de nueva formación que de naturaleza regenerada. Ha sido común que dichas CGR tuviesen alcance transnacional y estuviesen relacionadas con sus organizaciones de referencia. Especial notoriedad adquiere, en términos de amenaza terrorista, el hecho de que un 27,7% de los aludidos yihadistas fuesen miembros de CGR con funciones operativas de terrorismo en España. Individualmente llevaron a cabo, al menos, 10 diferentes funciones vinculadas a las actividades terroristas de sus respectivas CGR. Entre los yihadistas de nacionalidad marroquí se detecta mayor proclividad a implicarse en la ideación, planificación, preparación y ejecución de un atentado dentro de España que los de nacionalidad española, más propensos estos últimos a llevar a cabo actos de terrorismo en zonas de conflicto. Prácticamente la mitad de los individuos objeto de nuestro estudio se habían desplazado hacia una zona de conflicto en países del mundo islámico, intentaron viajar a ella o tenían la intención de hacerlo.

Introducción

El 21 de junio de 2013 fueron detenidos en Ceuta ocho individuos, todos ellos de nacionalidad española, nacidos y residentes en esa ciudad autónoma. Formaban parte de una red yihadista y desde el año anterior actuaban en estrecha conexión con otros integrantes marroquíes de la misma ubicados en la cercana Finideq. Hasta su aprehensión, en el curso de la Operación Cesto, radicalizaban, reclutaban, adiestraban y enviaban a Siria jóvenes musulmanes para que se unieran a organizaciones yihadistas activas en dicho país, en guerra civil. Una vez en ellas, incluso ejecutaban atentados suicidas. Uno de estos, perpetrado en el verano de 2012 en Al Bara por un joven ceutí enviado por la red, ocasionó cerca de 100 víctimas mortales.2

Casi cinco años después, entre la tarde del 17 de agosto de 2017 y la madrugada del día siguiente, miembros de una célula yihadista constituida durante 2016 en la localidad gerundense de Ripoll, donde residían, cometieron una serie de actos de terrorismo, utilizando vehículos y armas blancas, en el centro de Barcelona y en Cambrils, en la provincia de Tarragona. Causaron un total de 16 muertos. La célula estaba compuesta por al menos 10 individuos, todos de origen marroquí salvo un español nacido en Melilla. Una organización yihadista basada asimismo en Siria y también en Irak asumió la responsabilidad de esos atentados, aunque quienes los prepararon y ejecutaron no se habían trasladado a ninguno de esos países.3

Entre enero de 2013 –mientras los integrantes ceutíes de la antes mencionada red hispano-marroquí captaban y remitían terroristas a zonas de conflicto como Siria– y septiembre de 2017 –cuando unos individuos radicalizados y reclutados dentro del territorio español atentaron no ya fuera del país sino en dos ciudades de Cataluña–, 222 individuos que habían hecho suyas las actitudes y creencias del salafismo yihadista fueron aprehendidos en España por delitos de terrorismo; otros ocho más murieron como resultado de su participación en los mismos. Así pues, a lo largo de ese periodo de tiempo, 230 individuos fueron detenidos o perdieron la vida en nuestro país por su participación en actividades relacionadas con el terrorismo yihadista.

A fin de estudiar su caracterización sociodemográfica, sus procesos de radicalización y sus pautas de implicación terrorista –faceta a la que se refiere en concreto este documento–, hemos tratado estadísticamente la información sobre todos ellos, previamente recopilada e introducida en la Base de Datos Elcano sobre Yihadistas en España (BDEYE). Nuestras fuentes han sido los sumarios y otros documentos judiciales legalmente accesibles, así como las vistas orales celebradas en la Audiencia Nacional, además de informes policiales y notas de prensa del Ministerio del Interior. Ocasionalmente hemos recurrido también a entrevistas con expertos policiales y, en menor medida, a fuentes de prensa.

Una gran mayoría de los detenidos y fallecidos que constituyen el objeto de este estudio son varones, tres cuartas partes con entre 18 y 38 años en el momento de su detención, más frecuentemente casados que solteros; en proporciones muy similares, sobre todo de nacionalidad marroquí y española. Residentes en la provincia de Barcelona (24,3%), Ceuta (15,0%), la comunidad de Madrid (13,6%), Melilla (9,3%) y la provincia de Girona (7%). Algo más de la mitad son segundas generaciones descendientes de inmigrantes procedentes de países mayoritariamente musulmanes y, en menor medida, inmigrantes de primera generación con ese mismo origen. Uno de cada 10 es converso. Quienes han cursado estudios de educación secundaria cuatriplican a los que no pasaron de una escolarización primaria.

Se trata de individuos que trabajaban principalmente en el sector servicios o como obreros no especializados, estaban desempleados o carecían de ocupación conocida, lo que a menudo significa que combinan actividades yihadistas y pequeña criminalidad. Hay un significativo número de estudiantes. Al menos un tercio de los detenidos o muertos contaba con antecedentes penales por delincuencia común. Su radicalización yihadista se inició a partir de 2011 o 2012 en la mayor parte de los casos. Es decir, tras desencadenarse la guerra civil en Siria y el establecimiento de un condominio yihadista en el norte de Malí. La edad media al comienzo del proceso de radicalización fue de 25,9 años en el caso de los hombres y de 20,7 años en el de las mujeres.

En base a la información de la BDEYE, este documento sobre los detenidos o muertos en España entre enero de 2013 y septiembre de 2017 por su participación en actividades relacionadas con el terrorismo yihadista explora, en primer lugar, cuáles fueron sus organizaciones de referencia, sus diferentes modalidades de implicación y el mapa que configuran en nuestro país; en segundo lugar, estudiamos a los implicados en compañía dentro de las células, grupos o redes a que pertenecían y sus relaciones con organizaciones yihadistas; en tercer y último lugar, analizamos las funciones que llevaban a cabo tanto colectiva como individualmente y su disposición a desplazarse a zonas de conflicto o convertirse en combatientes terroristas extranjeros.

Fernando Reinares
Investigador principal, Director del Programa sobre Terrorismo Internacional, Real Instituto Elcano
 | @F_Reinares

Carola García-Calvo
Investigadora principal de Terrorismo Internacional, Real Instituto Elcano
 | @carolagc13


1Fernando Reinares es director del Programa sobre Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano; Carola García-Calvo es investigadora principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano. La elaboración de este Documento de Trabajo ha sido posible gracias a la excepcional colaboración de Álvaro Vicente, ayudante de Investigación en el Programa sobre Terrorismo Global del Real Instituto Elcano.

2 Audiencia Nacional, Sala de lo Penal, Sección Segunda, Sentencia 23/2015.

3 Audiencia Nacional, Juzgado Central de Instrucción núm. 4, Diiligencias Previas 60/2017Auto de 22 de agosto de 2017.