La Comisión Europea acaba de publicar un Libro Blanco en el que propone a los Estados miembros varias líneas de acción a tomar para que los europeos puedan disuadir a Rusia de una agresión armada y, seguramente, en solitario. Rusia representa un “reto existencial para la Unión” y, como ya no puede descartarse un ataque contra alguno de los Estados miembros, Europa necesita rearmarse para poder disuadir a Rusia y asegurar la paz.
Cuando se anunció su elaboración en 2024, el Libro Blanco apenas iba a servir para desarrollar la Estrategia Industrial de la Defensa de ese año y producir las existencias de munición, armamento y equipo que se precisaban en Ucrania, así como subsanar las carencias críticas de capacidades militares que las fuerzas aliadas europeas deberían cubrir para alcanzar los objetivos de fuerza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de la Unión Europea (UE).
A estos objetivos a corto y medio plazo se han unido en las últimas semanas las evidencias de que los aliados europeos también tendrían que hacerse cargo en solitario de la asistencia a Ucrania, de las garantías de seguridad que precisa cualquier acuerdo de alto el fuego en ese país y de la defensa convencional necesaria para disuadir a Rusia de llevar a cabo un ataque armado sobre Europa. Esta situación excepcional sobrevenida es la que obligó a la Comisión Europea a presentar su plan para Rearmar Europa el 4 de marzo.
El cambio estratégico que los aliados europeos tienen que afrontar es radical y, en consecuencia, el Libro Blanco introduce algunas propuestas que no podrían haber aparecido tan sólo unos meses atrás. Lo que iba a ser simplemente una hoja de ruta para aumentar el “lenguaje de poder” de la UE y que los aliados europeos aumentaran su cuota de gasto y de responsabilidad ante la amenaza militar rusa como pedía la OTAN, ha pasado a ser un plan de emancipación militar urgente y caro.
Para afrontar la mayoría de edad, tantas décadas postergada, y ser capaces de autodefenderse, los aliados europeos se ven ahora en la necesidad, también urgente, de dotarse de los activos estratégicos que Estados Unidos (EEUU) les ha venido prestando hasta ahora y de las estructuras de fuerzas necesarias para cubrir todo el espectro de operaciones militares de disuasión y defensa que precisan, mucho más complejas y costosas que las que habían desarrollado para las operaciones de gestión de crisis.
Más funciones, más unidades y mayor disuasión no se consiguen con cambios incrementales en los presupuestos, estrategias y posturas militares vigentes. Tampoco se pueden conseguir si cada país actúa por su cuenta, por lo que el Libro Blanco reivindica la necesidad de alinear los planeamientos y recursos colectivos para alcanzar los objetivos de capacidades identificados en la OTAN y en la UE. Así, el Libro Blanco señala siete capacidades críticas para rearmarse:
- Defensa aérea: un escudo integrado dentro del Mando y Control de la OTAN que proteja contra aviones, drones, misiles balísticos y de crucero.
- Artillería: sistemas avanzados que permitan ataques precisos y a gran distancia.
- Misiles y municiones: una reserva estratégica de municiones, misiles y componentes, y una capacidad industrial para asegurar su reposición.
- Sistemas no tripulados capaces de operar autónomamente o mediante control remoto.
- Movilidad militar: corredores terrestres, puertos y aeropuertos para facilitar el refuerzo y avituallamiento de las fuerzas.
- Tecnologías de inteligencia artificial, computación cuántica, ciber y electrónicas para su aplicación a los sistemas militares.
- Multiplicadores estratégicos de mando y control, transporte aéreo, repostaje en vuelo, conocimiento situacional y otros para facilitar la protección y el combate.
Y propone alcanzar esas capacidades mediante proyectos colaborativos (flagship projects) que los Estados miembros pueden gestionar mediante los mecanismos intergubernamentales de su preferencia (cooperación estructurada permanente, PESCO; Agencia Europea de Defensa, EDA; Organización para la Cooperación Conjunta sobre Armamentos, OCCAR; y la Agencia de Adquisiciones y Apoyo de la OTAN, NSPA). También pone a su disposición los programas e instrumentos financiados por los fondos comunes de defensa que gestiona la Comisión para incentivar la compra conjunta, a la espera de que se revise el actual Marco Financiero Plurianual.
El Libro Blanco codifica los incentivos financieros y presupuestados barajados por la Comisión Europea en las últimas semanas:
- El instrumento para el refuerzo de la producción y armamento europeo (REARM) para respaldar préstamos a los Estados miembros hasta 150.000 millones de euros.
- Una modificación del Pacto de Crecimiento y Estabilidad para coordinar la activación de las cláusulas nacionales de escape en estas condiciones excepcionales durante un período de cuatro años para incluir incrementos de gasto (de activarse, podría generar hasta 650.000 millones de euros).
- Flexibilizar el traspaso a las inversiones en defensa desde otros instrumentos financieros de la Comisión como los fondos de cohesión regional.
- Incrementar la financiación del Banco Europeo de Inversiones hasta 2.000 millones anuales y rebajar sus criterios de exclusión.
- Facilitar el acceso del sector a la financiación privada procedente de la Unión de Inversiones y Ahorros tras la finalización de la Unión de los Mercados de Capitales y los avances en la Unión Bancaria.
El Libro Blanco detalla exhaustivamente las previsiones de asistencia a Ucrania y, también, la interrelación entre las inversiones en defensa y la competitividad industrial y tecnológica de la UE y no sólo del sector industrial sino del conjunto de la industria europea tal y como avalan los informes de estudios de Mario Draghi y Saul Niinistö.
El Libro Blanco abre la colaboración a los aliados estadounidenses, pero también señala la conveniencia de reforzar y diversificar las asociaciones estratégicas con países afines como Canadá, Noruega, el Reino Unido, Turquía, Japón, Australia, Corea del Sur y la India. Dentro de la UE, y además de pedir a los miembros del Parlamento Europeo que aprueben antes del verano el Programa Europeo Industrial de Defensa (EDIP), la Comisión se compromete a simplificar la regulación del sector (Defence Omnibus Simplification) en junio de 2025, una estrategia para ampliar el mercado único a los productos y servicios de defensa y otra para agilizar la aplicación de las tecnologías disruptivas a la defensa.
En lo que depende de los Estados miembros, el Libro Blanco les propone:
- que activen las cláusulas nacionales de escape en abril;
- que adopten con urgencia la propuesta REARM;
- que incrementen rápidamente sus proyectos cooperativos hasta llegar al 35%;
- que se pongan de acuerdo en cuáles son las capacidades militares críticas para poder lanzar cuanto antes los grandes proyectos “paneuropeos” (flagships) aprovechando, por ejemplo, la próxima Cumbre de la OTAN de junio en La Haya.
Los Estados miembros disponen de tiempo limitado para reaccionar ante estas propuestas en el escenario excepcional y urgente que plantea el Libro Blanco, pero son ellos los que tienen la competencia y la responsabilidad de hacerlo para que la UE pueda, simultáneamente, ayudar a Ucrania, aumentar su autonomía estratégica, y disuadir a Rusia. Desde luego, no es esta la única amenaza que aqueja a la seguridad europea, incluidas las procedentes de la vecindad del sur, ni todas presentan un riesgo militar, incluida la persistente guerra híbrida que Rusia perpetra diariamente para desestabilizar las democracias europeas, sus infraestructuras y su prosperidad. Para hacerles frente, no se necesita un rearme, porque la UE ya cuenta con instrumentos de lucha contra la desinformación, los ciberataques, los sabotajes y, como recuerda el propio Libro Blanco, se va a reforzar la resiliencia colectiva mediante la Estrategia de Preparación de la Unión y la de Seguridad Interior, que complementarán con el tiempo al Libro Blanco.
A corto plazo, lo que se necesita urgentemente es reponer los inventarios de munición, armamento y equipos necesarios para disuadir a Rusia y apoyar a Ucrania. El Libro Blanco y el Plan de Rearme van de eso, de defensa.