El 4 de octubre de 2024, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, compareció ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados y ofreció uno de los balances más estructurados y extensos de lo que el gobierno considera que han sido las prioridades, objetivos y logros de la política exterior española de los últimos años.
Por su interés para todos los que siguen la actualidad de la política exterior y las relaciones internacionales a través de las publicaciones del Real Instituto Elcano, consideramos oportuno poner a disposición del público un artículo sobre la nueva política exterior española que recoge los principales puntos de dicha intervención.
Agradecemos al ministro la amabilidad y deferencia de autorizar la publicación de su visión y balance de la reciente política exterior española.
España acaba de ser elegida miembro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Es un gran reconocimiento al compromiso de nuestro país con los derechos humanos y con Naciones Unidas, pero también es el logro más reciente de la política exterior con identidad propia que está llevando a España a un nivel de presencia, voz e influencia en el ámbito internacional sin precedentes. El pasado 4 de octubre tuve la ocasión de comparecer en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados y exponer las líneas maestras y la orientación doctrinal y estratégica de esta nueva política exterior. Este artículo recoge lo esencial de aquella exposición.
España está desplegando una política exterior con identidad propia para hacer frente a los desafíos del presente y el futuro. Una nueva política exterior que se basa en la defensa de la paz, la democracia y los derechos humanos y que en los últimos tres años ha dejado logros concretos de primerísimo orden: la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en julio de 2022 en Madrid; la exitosa Presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE) en el segundo semestre de 2023, en la que conseguimos numerosos avances en asuntos encallados desde hace años, como el Pacto de Migración y Asilo, la apertura de las negociaciones de adhesión de Ucrania o la Cumbre UE-CELAC. Hemos conseguido una histórica Ley de Cooperación, aprobada en febrero de 2023 con gran consenso social y político. Estamos liderando el trabajo para la paz en Oriente Medio y por la solución de dos Estados –con dos reuniones, en los últimos cuatro meses, celebradas en Madrid a las que han asistido ministros de Exteriores de países europeos y árabo-islámicos– y somos claves en el apoyo a la soberanía, integridad territorial y libertad de Ucrania.
Además, hemos alcanzado la mayor representación de españoles en instituciones europeas e internacionales de nuestra historia: el alto representante de la UE, la presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el presidente de la Autoridad Bancaria Europea, el representante personal del secretario general de la OTAN para la Vecindad Sur, el alto representante de la Alianza de Civilizaciones. También, en los últimos tres años dos españoles han liderado tanto la misión de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el Líbano como la misión de asesoramiento de la OTAN en Iraq y próximamente otra española se convertirá en vicepresidenta ejecutiva primera de la nueva Comisión, ocupando la cartera de Transición limpia, justa y competitiva.
Son nombramientos merecidos todos ellos, que hablan de la calidad de nuestros representantes pero que también son la expresión del peso creciente de España en los últimos años en el concierto de las naciones, el mayor de nuestra historia reciente.
Ese ha sido mi objetivo en los últimos tres años y ese es mi objetivo futuro: seguir esa senda incrementándolo aún más. Empezando esta misma semana, los días 8 y 9, se ha celebrado en Vitoria la Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre Víctimas del Terrorismo. El próximo 28 de octubre celebraremos la cita anual ministerial de la Unión por el Mediterráneo, y Barcelona se convertirá ese día en capital de la diplomacia mundial. El próximo año 2025, Sevilla acogerá la Conferencia de Financiación al Desarrollo por decisión de las Naciones Unidas, muestra de la confianza de la ONU en nuestra política exterior. En 2026, España será sede de la Cumbre Iberoamericana por consenso de todos los países iberoamericanos, lo que demuestra su apoyo a España y nuestra credibilidad en la Comunidad Iberoamericana.
Esta nueva política exterior se asienta además en un nuevo corpus doctrinal. La nueva Estrategia España-África está ya preparada para su presentación y la próxima Estrategia de Acción Exterior avanza, acompañada de un nuevo diseño de nuestra red en el exterior, que debe acompañar a la nueva política exterior que estamos aplicando. También estamos completando la digitalización de nuestros servicios consulares; ya son 15 los consulados que tienen digitalizado el Registro Civil. Además, se acaba de aprobar en Consejo de Ministros el Real Decreto sobre digitalización del Registro de Matrícula Consular que facilitará una atención consular más eficiente, más cercana y más ágil. Avanzamos igualmente en la reforma del sistema de cooperación iniciada con la nueva Ley. El pasado mes de julio se aprobaron tanto el nuevo Plan Director 2024-2027 como el nuevo Estatuto del Cooperante y estamos trabajando en el Estatuto de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID), el Real Decreto de Subvenciones y el del Fondo Español de Desarrollo Sostenible (FEDES). Nuestra Cooperación va a continuar prestando apoyo a Ucrania y a Palestina, y trabajando en América Latina y el Caribe, y en el Sahel.
Esta es la realidad de nuestra política exterior ante un contexto global marcado por múltiples crisis: la gravísima y preocupante escalada de la violencia en Oriente Medio, que ya se ha extendido al Líbano, y la guerra en Ucrania. Un contexto que es, desde hace unos años, todavía más complejo e inestable, con un aumento de la polarización y multiplicidad de conflictos. Ante estos momentos de inestabilidad mundial y cambios, es especialmente relevante mantener esa identidad propia que define nuestra política exterior: diplomacia para la paz, por la defensa de las democracias y los derechos humanos. Una política exterior centrada en mantener las mejores relaciones con nuestros vecinos, especialmente con aquellos con los que compartimos frontera terrestre, como Francia, país con el que firmamos, en enero de 2023, el histórico Tratado de Amistad y Cooperación. Con Portugal, con el que continuaremos reforzando nuestros ya estrechos vínculos en la próxima Cumbre Hispano-Portuguesa el 23 octubre. También Marruecos, país con el consolidamos la nueva etapa en nuestras relaciones y con el que mantenemos una excelente cooperación en materia de seguridad de fronteras, como vemos frente a Ceuta y Melilla; y de comercio, alcanzando los 22.000 millones de euros el pasado año.
Una política exterior que defienda los intereses de los españoles, sus empresas y sus trabajadores. Que defienda nuestras instituciones, todas ellas y ante cualquier ataque. En definitiva, una política exterior como la nuestra, que cuenta con voz y peso propio en el concierto internacional y proyecta los valores de la sociedad española en el mundo: la tolerancia, la diversidad, la democracia, la igualdad. Esto es lo que hace el Servicio Exterior de España.
Oriente Medio y Ucrania: compromiso con una paz justa y duradera
España es hoy un actor global, cuya voz es escuchada en Europa y en el mundo. Eso es gracias a esta nueva política exterior activa y con liderazgo. Lo hacemos en Oriente Medio, que vive hoy una situación dramática. Estamos ante un momento decisivo para la región y toda nuestra vecindad sur. Se acaba de cumplir un año desde que Hamás lanzó sus brutales e indiscriminados ataques terroristas contra Israel que provocaron más de 1.200 muertos, entre ellos nuestros compatriotas Maya Villalobo e Iván Illarramendi. Ello desató una ofensiva militar contra Gaza con un insoportable coste en vidas humanas, más de 42.000 muertes, más de 96.000 heridos y dos millones de personas desplazadas en varias ocasiones, que sobreviven en una situación humanitaria insostenible e insoportable. Hoy, a este horror se suma un nuevo desastre, la apertura de un frente al norte entre Israel y Hezbolá, que deja ya cerca de 2.000 muertos, miles de heridos y 1,2 millones de desplazados, y amenaza al Líbano y a la región con sumirse en un nuevo conflicto bélico abierto y regional si se profundiza la operación terrestre de Israel. Con este nuevo frente, toda la región vive un momento de máxima tensión que puede desembocar en un conflicto generalizado en la región. Nada es más grave ni más vital hoy que el riesgo de guerra total en Oriente Medio. La guerra tiene que parar ya. Urge un alto el fuego en Gaza y una tregua en el Líbano.
España condenó los ataques terroristas de Hamás contra Israel el mismo 7 de octubre. También exigimos el cumplimiento del derecho internacional y el derecho internacional humanitario en la invasión terrestre de Israel de, hay que señalarlo, un Estado soberano e independiente como es el Líbano, como también lo hicimos con los lanzamientos de misiles por parte de Irán a Israel y las acciones de Hezbolá. España siempre condena la violencia y siempre trabaja para la paz. La guerra regional debe evitarse a toda costa. Estamos viendo hoy mismo la mayor cifra de muertos en Cisjordania en 20 años y en el Líbano en 30 años. Exigimos a todas las partes el respeto a la vida de civiles y a los principios básicos del derecho internacional humanitario. Es necesaria contención y desescalada, y aplicar en su totalidad la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que contiene claves importantes para sentar las bases de una paz justa y duradera.
Estamos comprometidos con esa paz justa y duradera y por eso contribuimos con 667 efectivos a la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FINUL), nuestro mayor despliegue en una Operación de Mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas, que hoy cuenta con más de 10.000 soldados y de la que el General español Aroldo Lázaro ostenta el mando. Y estoy en contacto permanente con el secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Operaciones de Paz, Jean-Pierre Lacroix, para analizar la evolución de la situación y de la misión de paz de FINUL. La FINUL es clave para la seguridad y la estabilidad regional y el General Lázaro ha hecho una gran labor para reducir la tensión en torno a la Línea Azul en este largo año de conflicto, pero no corresponde a la FINUL aplicar la resolución 1701, sino a las partes. Son las partes las que tienen que estar dispuestas a acabar con este ciclo de violencia.
Ejemplo del compromiso de España con la paz es la decisión de no autorizar ninguna nueva licencia de exportación de armas a Israel desde el 7 de octubre 2023. Ni tampoco se autorizan escalas de buques que transporten armas con destino Israel. La situación en el Líbano es extremadamente compleja y volátil. Ante este contexto, el Gobierno cumple su compromiso con la protección de nuestros ciudadanos. Por eso, viendo cómo se deterioraba la situación de seguridad, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación decidimos iniciar la evacuación y solicitamos al Ministerio de Defensa que desplegara los medios militares necesarios para ello. Completamos con éxito la repatriación de los españoles que manifestaron su deseo de salir del país a los que se han ido sumando más compatriotas a los que hemos facilitado la salida del Líbano en los últimos días por distintos medios.
Desde el Ministerio de Exteriores hemos realizado con éxito, en los últimos tres años, operaciones de evacuación desde Afganistán, Ucrania, Níger, Sudán, Palestina e Israel, como hoy lo volvemos a hacer con la evacuación desde el Líbano. Quiero agradecer a todos los profesionales de la Embajada en el Líbano, de la unidad de emergencia consular y del Ejercito del Aire y el Espacio, que han realizado en cada una de esas operaciones una encomiable labor por proteger a los españoles en el exterior, en contextos muy complejos.
La Cooperación Española también va a reforzar su presencia en el Líbano en estos momentos tan complicados. Durante mi visita a Beirut el pasado mes de enero, comprometimos ayuda por valor de 30 millones de euros en los próximos tres años. El pasado 4 de octubre, la AECID ha movilizado el primer paquete de 1,5 millón de euros para atender a los afectados por la escalada de violencia, que se canalizan mediante la Federación Internacional de la Cruz Roja. Ese mismo día salió un primer envío directo de 1,5 toneladas de medicinas y material médico.
La región de Oriente Medio necesita paz y seguridad. Y ello no se conseguirá hasta que no consigamos aplicar la solución de los dos Estados. Por eso España reconoció el Estado de Palestina el pasado 28 de mayo. España apoya un Estado de Palestina y un Estado de Israel que convivan en paz y seguridad. Para avanzar en este objetivo, convoqué en Madrid el pasado 13 de septiembre la reunión ministerial del grupo de países europeos y árabo-islámicos que quieren impulsar la aplicación de la solución de dos Estados. Un paso más hacia la Conferencia de Paz por la que España trabaja. En esta reunión estuvieron presentes los países que se han definido por su compromiso con dicha solución y firmamos la Declaración de Madrid. El 26 de septiembre en Nueva York, durante la Semana Ministerial de Naciones Unidas, proseguimos avanzando en este esfuerzo. Algo que continuaremos con la reunión ministerial de la Unión por el Mediterráneo el próximo 28 de octubre en Barcelona, una cita de presencia internacional al más alto nivel. También durante el reciente viaje oficial a Jordania, en el que acompañé a S.M. el Rey, abordamos la situación en la región.
La situación en Gaza y el Líbano ocuparon también gran parte de mi agenda en la semana ministerial de Naciones Unidas, celebrada entre el 23 y el 27 de septiembre y durante la cual participé en la reunión de alto nivel de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) para defender la educación en Gaza, en la Ad Hoc Liaison Committee para Palestina y en la reunión de alto nivel sobre Palestina y la solución de dos Estados, que daba continuidad a la celebrada en septiembre en Madrid. Además, mantuve un encuentro con el comisionado general de UNRWA, Lazzarini, a quien reiteré el apoyo de España a la labor de la Agencia, imprescindible para la supervivencia de más de seis millones de refugiados palestinos en Oriente Medio y para que la ayuda humanitaria llegue a Gaza. Por ello, España ha contribuido a la organización con 43 millones de euros desde el pasado 7 de octubre. También me reuní con el secretario general Adjunto de Naciones Unidas para Operaciones de Paz, Jean-Pierre Lacroix, con quien estoy en permanente contacto sobre FINUL y nuestras tropas, y con mi nuevo homólogo de Irán, a quién pedí contención para evitar una guerra total en Oriente Medio y que no entregue armas a Rusia para usar en Ucrania.
Es precisamente Ucrania otro de los contextos que requiere de nuestra máxima atención, y donde también la política exterior de España trabaja con liderazgo para la paz. Junto con nuestros socios y aliados, nos hemos comprometido a ayudar a Ucrania durante el tiempo que sea necesario en todos los ámbitos: político, económico, humanitario y militar, en este último caso para que pueda ejercer su derecho a la legítima defensa. España también contribuye a este esfuerzo acogiendo a aquellos que han tenido que dejar su país por la guerra: actualmente en España hay 218.000 ciudadanos ucranianos con Protección Temporal, siendo la cuarta mayor diáspora dentro de la UE.
Desde el inicio de la agresión rusa, España ha estado comprometida con la paz. Apoyamos la Fórmula de Paz del presidente Zelenski. España estará presente y participará activamente en todas las iniciativas tendentes a la resolución del conflicto y seguirá usando su influencia para conseguir más apoyos para lograr una paz justa, completa y duradera basada en el derecho internacional y los principios de la Carta de Naciones Unidas. Durante la semana ministerial de Naciones Unidas, el apoyo a Ucrania fue uno de los grandes temas, en el Consejo de Asuntos Exteriores mantuvimos un encuentro con nuestro nuevo homólogo de Ucrania, a quien reiteré el apoyo de España al pueblo y gobierno ucranianos.
Naciones Unidas: apuesta por el multilateralismo
Con la participación de España en el segmento de alto nivel de las Naciones Unidas se ha puesto de manifiesto, una vez más, la fortaleza de nuestra política exterior con voz propia y firme. Una voz comprometida con el multilateralismo, un mundo basado en reglas, la democracia y la paz. Durante esos días, adoptamos el Pacto del Futuro, que España ha impulsado desde su génesis y en el que los países damos un impulso renovado al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030. Abordamos también asuntos tan relevantes como la igualdad de género, la lucha contra el terrorismo y el apoyo a las víctimas, la lucha contra la impunidad, la estrategia de España hacia el continente africano, en una reunión con mis homólogos de Senegal y Mauritania.
También Iberoamérica tuvo un lugar destacado en mi agenda en Naciones Unidas. Participé en la reunión de cancilleres iberoamericanos, en la reunión ministerial UE-CELAC fruto de la Cumbre celebrada bajo Presidencia española, así como en la reunión convocada por el secretario de Estado de Estados Unidos, Tony Blinken, para abordar la situación en Venezuela y cuyo resultado fue una Declaración Conjunta de 40 países, incluido por supuesto España. Igualmente, abordé la situación en Venezuela con Colombia, México y Brasil, en un encuentro a cuatro organizado por España.
Una política exterior feminista
Otro de los temas destacados durante la Semana ministerial de Naciones Unidas es una de las prioridades de nuestra acción: la Política Exterior Feminista. Continuamos avanzando en nuestro compromiso con la igualdad de género en todo el mundo. Con la presentación del informe final del II Plan Nacional de Acción de Mujeres, Paz y Seguridad 2017-2023 y el Informe de Ejecución de 2023 del Plan de Acción para la Política Exterior Feminista 2023-2024, damos comienzo a la redacción del III Plan Nacional de Acción de Mujeres, Paz y Seguridad, en el que contaremos con sociedad civil, incluida de países socios, e incluiremos temas como el desarrollo tecnológico, la inteligencia artificial y la relación entre clima, paz y seguridad.
En estos informes se refleja el trabajo que ha realizado España en los últimos años para avanzar en la igualdad de género y en la promoción de los derechos de las mujeres y las niñas a través de nuestra Política Exterior Feminista. Quiero destacar, por su relevancia, el papel de nuestra política exterior en la defensa de los derechos de las mujeres y las niñas en Afganistán. Tres años después de la llegada de los talibanes al poder, las mujeres afganas ven edicto tras edicto, mermados sus derechos. El más reciente, el que prohíbe que se escuchen sus voces y que España ha rechazado tajantemente. La comunidad internacional debe unirse para defender los derechos de las mujeres y las niñas afganas. España a va a seguir dando voz a las mujeres afganas, en el marco de nuestra Política Exterior Feminista, con iniciativas como “HearUs” o la cumbre de mujeres afganas All Afghan Women Summit celebrada este mes de septiembre en Tirana, que España ha copatrocinado y que permitió a mujeres afganas debatir sobre el futuro de su país.
Iberoamérica: una forma de ver y estar en el mundo
También en Venezuela España está mostrando su liderazgo y su compromiso firme con la democracia y los derechos humanos. Un compromiso que se manifiesta desde junio de 2018. Se pone de manifiesto con el otorgamiento de protección a más de 120.000 venezolanos. Entre ellos, Leopoldo López, que pasó 18 meses en nuestra Embajada en Caracas antes de venir a España. Y, más recientemente a Edmundo González que ha solicitado asilo en nuestro país. Un compromiso que se mantiene con la decisión de dedicar 100 millones de euros para apoyar a los principales países de acogida de refugiados y migrantes venezolanos en América Latina y, por supuesto, con las decisiones que hemos adoptado desde las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. España fue de los primeros países en el mundo y el primero en Europa que solicitó la presentación de las actas de todas las mesas electorales. Hemos sido motor de todas las declaraciones que se han emitido en relación con la situación en Venezuela y hemos logrado que se trate en todos los Consejos de Asuntos Exteriores (CAE) de la UE siempre a petición de España. España también promovió que se debatiera la situación en Venezuela en el Consejo informal de ministros de Asuntos Exteriores el pasado 29 de agosto, y que Edmundo González se conectase con los Veintisiete, y en la del 23 de septiembre en Nueva York. En esta reunión, España reiteró el compromiso con la democracia y pidió un frente de los Veintisiete para que la voluntad del pueblo venezolano expresada en las urnas sea respetada.
Para la política exterior española, la comunidad Iberoamericana es especialmente importante. Nos unen estrechos lazos históricos, humanos, culturales y económicos, que deseamos profundizar en beneficio de nuestros pueblos. Por ello, España presentó su candidatura para acoger la Cumbre Iberoamericana en 2026. Nos alegra y enorgullece que haya sido aceptada por unanimidad por los países de América Latina y el Caribe, a quienes tuve ocasión de agradecer su apoyo, junto a la Secretaría General Iberoamericana, el pasado día 26 de septiembre en la reunión de cancilleres en Nueva York. El 2 de octubre me dirigí a las embajadoras y embajadores españoles en los países de la región, reunidos en Guatemala, a quienes les pedí que continúen reforzando las relaciones con nuestros países hermanos, reivindicando esa forma iberoamericana de ser y estar en el mundo.
En las relaciones con los países de América Latina, la defensa de la democracia y los derechos humanos es una de nuestras prioridades. Al Programa Democracia de AECID, al que en 2023 se destinaron 3,5 millones de euros para proyectos de fortalecimiento y promoción de los procesos democráticos en países como Colombia, Chile, El Salvador, Honduras y Guatemala, se unen iniciativas como la decisión tomada por el Gobierno a principios de 2023 de ofrecer la nacionalidad española a aquellos nicaragüenses despojados de la suya. Nuestro compromiso con ellos es firme, por ello hemos hecho extensivo el acceso a la nacionalidad a sus familiares de primer grado en situación de precariedad y la aplicaremos a los 135 presos políticos que fueron desterrados y desnacionalizados el pasado 5 de septiembre. España, con nuestra política exterior actual es y será siempre hogar de nuestros hermanos iberoamericanos que defienden la libertad y la democracia.
Gibraltar: en busca de un acuerdo global, equilibrado y generoso
El mundo actual pide diplomacia y acuerdos. Por eso, tras las elecciones en el Reino Unido, España mantiene la mejor disposición para alcanzar el acuerdo global, pragmático, equilibrado y generoso que hemos planteado para crear una zona de prosperidad compartida entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar en beneficio de los 300.000 andaluces de la zona, que permita la libertad de circulación de personas y mercancías, la eliminación física de la verja y el uso del aeropuerto, sin renunciar a nuestras posiciones sobre soberanía.
El pasado 16 de septiembre viajé a Londres en mi primer viaje oficial al Reino Unido desde que tomó posesión el nuevo gobierno británico. Allí mantuve una productiva reunión con mi homólogo, David Lammy, en el que además de nuestras excelentes relaciones bilaterales, repasamos los principales puntos del acuerdo en relación con Gibraltar y acordamos avanzar con rapidez en beneficio e interés de todos. El día 19 ambos volvimos a vernos, esta vez en Bruselas y con el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, en la tercera reunión en este formato y la primera con el nuevo gobierno británico. Esas conversaciones fueron constructivas y productivas, y resultaron en avances adicionales sobre asuntos complejos de la negociación, en particular en las cuestiones relativas a personas y bienes. Nuestros respectivos equipos negociadores permanecen en contacto y trabajan estrecha e intensamente en las cuestiones pendientes. Este mismo 9 de octubre me he reunido, por quinta vez, con los alcaldes del Campo de Gibraltar y representantes de la Junta de Andalucía, para explicarles dónde nos encontramos y trabajar juntos por el acuerdo.
Liderar el presente para ganar el futuro
También trabajamos en otros asuntos vitales, como son la Europa de la Defensa y la seguridad, el reto de las migraciones, la competitividad europea, la necesidad de contar con financiación estable y suficiente para abordar la triple transición verde, digital y social apostando por la competitividad europea y un nuevo pacto industrial europeo.
Además, en el seno de la UE seguimos trabajando para conseguir la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la UE y su uso en el Parlamento Europeo. Se trata de una de las prioridades de nuestra política exterior en la UE porque es un elemento esencial de la identidad nacional española, que es plurilingüe, y que está protegida por los Tratados. Tras la Presidencia española y la presentación de un memorando el pasado mes de marzo, seguimos trabajando para lograr que los más de 20 millones de nuestros ciudadanos que viven en territorios españoles con lenguas cooficiales las vean plenamente reconocidas en las instituciones europeas. Y queremos tanto la oficialidad en el Consejo como la posibilidad de uso en el Parlamento.
El objetivo primordial de nuestra diplomacia es la paz en Ucrania y en Oriente Medio. España quiere plasmar ese anhelo de Oriente Medio en la Conferencia de Paz propuesta por España para aplicar la solución de dos Estados y vamos a seguir avanzando con nuestros socios y amigos europeos, árabes e islámicos. Todos ellos valoran la voz de España por la paz. Pero los próximos dos años, 2025 y 2026, van a estar marcados por la celebración de dos grandes citas internacionales en España. En junio de 2025 tendrá lugar en Sevilla la Cuarta Conferencia de Financiación al Desarrollo. Esta Conferencia supondrá el impulso a la movilización de las políticas y los recursos para el desarrollo por parte de la comunidad internacional para para la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel global. Trabajaremos incansablemente de la mano de nuestros socios para que esta conferencia sea el éxito que las generaciones futuras merecen que sea. En 2026, España albergará la Cumbre Iberoamericana. Pero los trabajos preparatorios de esta cita comenzarán una vez finalice la Cumbre de Cuenca, Ecuador, en noviembre, y España asuma la Secretaría Pro Témpore. Con la elección de nuestro país, los países de América Latina y el Caribe reconocen el compromiso con el proyecto iberoamericano.
Como indicaba al comienzo, esta política exterior con liderazgo se apoya en un nuevo corpus doctrinal. Desde el Ministerio que dirijo llevamos meses trabajando en la nueva Estrategia España-África, que se presentará en las próximas semanas. Esta Estrategia da un salto cualitativo en las relaciones con un continente estratégico para nuestro país y que ofrece múltiples oportunidades y desafíos. Es un ejercicio hecho en consultas con el resto de los ministerios españoles, con la sociedad civil, con el mundo de la empresa y de la academia, españoles y africanos. Con estos últimos busca alinearse con sus diagnósticos, objetivos y aspiraciones, transmitidos en un diálogo entre iguales basado en el respeto y la búsqueda del interés mutuo.
También la elaboración de la próxima estrategia de acción exterior está avanzando y va acompañada de un redespliegue de nuestra red en el exterior que estamos diseñando y que es el correlato lógico de la nueva política exterior que estamos aplicando. Igualmente, estamos iniciando la elaboración de la Nueva Estrategia para Asia. Nuestra política exterior se transforma definitivamente para adaptarse al mundo actual y ganar el mundo del futuro.
El mundo está cambiando ante nuestros ojos y todos los países debemos decidir si queremos ser sujetos o ser objetos de ese cambio, si queremos decidir o aceptar que otros decidan por nosotros. Por eso, hemos puesto en marcha una política exterior activa, que rompe con el inmovilismo, y con liderazgo, que propone respuestas y anticipa propuestas. Tenemos por fin una política exterior reconocible, identificable y con presencia en todos los grandes asuntos que afectan a nuestro país y a nuestro planeta.
Seguiré y seguiremos, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, haciendo avanzar esta política exterior, europea y de cooperación con voz propia, sin seguidismo. Con coherencia y sentido común para defender los intereses de los españoles, de nuestras empresas y nuestros trabajadores. Para promover nuestros valores de tolerancia, diversidad, igualdad, democracia y paz en el mundo. Es, sin duda, un objetivo que vale la pena.