…. of the United States, in order to form a more perfect Union….
Éstas son las palabras con las que comienza la Constitución de EEUU y que Obama quiso recordar en su séptimo y último discurso sobre el estado de la Unión (SOTU 2016). Un discurso que evitó la tradicional retahíla de propuestas al Congreso y trató de dibujar un retrato esperanzador del país gracias a sus siete años en la Casa Blanca. ¿Lo consiguió?
Hoy en día la repercusión de la tradicional alocución al Congreso no es la misma que años atrás, ya sea por los cambios culturales y sociales como por producirse pocas semanas antes del caucus de Iowa. Situación que ha llevado precisamente a la actual Administración norteamericana a tratar de inyectarle, en varias ocasiones, valía al discurso a través de diversas herramientas y estrategias de comunicación. Todo para reivindicar el poder del bully pulpit y, al mismo tiempo y en esta última oportunidad, rechazar el estatus de lame duck del actual presidente.
Reivindicando su importancia, Obama quiso precisamente acabar con el dilema político al que se enfrentan los Demócratas. Es decir, que después de los tangibles logros económicos que el presidente citó, muchos norteamericanos continúan sin percibir esta recuperación; y, por lo tanto, se mantienen escépticos a la hora de evaluar esos optimistas resultados de su presidencia. Incluso a la base demócrata, que sigue siendo fuerte, sólo le separa un pequeñísimo margen de aquellos que mantienen una visión negativa sobre cómo ha dirigido el país.
Ver también: texto del discurso en español.
Pero no sólo de éxitos económicos bebió Obama en su púlpito. Cómo no enfatizar ciertos éxitos internacionales como la muerte de Bin Laden y el repliegue de gran parte de las tropas en Irak y Afganistán. Pero de nuevo, los norteamericanos también le critican su manera de lidiar con los asuntos de fuera, principalmente la amenaza del autodenominado Estado Islámico. Citó su “vuelta” a América Latina con el restablecimiento de la relaciones con Cuba y, por supuesto, el éxito del acuerdo con Irán, precisamente el día en el que tal controvertido paso no ayudó a evitar un bochornoso incidente que ocurría pocas horas antes en el Golfo Pérsico. Allí, los iraníes capturaron a 10 marineros norteamericanos que al parecer entraron en sus aguas territoriales. Aunque también hay que decir que fueron liberados al día siguiente, según voces oficiales, por la mejora de las relaciones entre los dos países.
Pero volviendo al “We the people….”, esta debía ser la parte del discurso más estimulante e importante. Así que el presidente norteamericano se embarcó en la tarea de visualizar un futuro donde no falten las oportunidades ni la seguridad para las familias norteamericanas, una sólida mejora de la calidad de vida, y todo en un planeta sostenible y en paz. ¿Cómo lograrlo? Trabajando juntos. “It will only happen if we fix our politics”, dijo Obama. Y para arreglar dicho sistema político propuso embarcarse en proyectos que lleven, por ejemplo, a facilitar el voto, a cambiar el trazado de los distritos federales, a cambiar la financiación de los partidos políticos y a elevar el debate en Washington. Cambios imposibles si no se acaba con creciente recelo y desconfianza entre Demócratas y Republicanos, del que Obama reconoció que no ha sabido reconducir. Buenas palabras para ese necesario entendimiento entre ambos grupos que no frenaron, sin embargo, a Obama a la hora de llenar su discurso con pullas dirigidas directamente a los Republicanos, en especial a la emergente figura de Donald Trump.
En fin, el SOTU 2016 fue un discurso lleno de esperanzas y cambios, promesas que bien recuerdan a ese candidato afroamericano que hacía campaña allá por el 2008, y que prometió transformar Washington y la política en sí misma. ¿Lo consiguió?