El viernes 8 de febrero de 2013 agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron en Valencia a un varón marroquí de 22 años, residente en España, sospechoso de actividades relacionadas con el terrorismo yihadista. Tres días después, el juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso decidió, mientras se practican nuevas diligencias de investigación, su prisión provisional. Aun cuando, de acuerdo con el artículo 571 del Código Penal, se le imputa un delito de pertenencia a organización terrorista, no han aparecido indicios de su integración en una estructura estable con jerarquía interna. Al contrario, podría tratarse de un individuo radicalizado, es probable que principalmente a través de Internet, en las creencias propias del salafismo yihadista y dispuesto a operar de modo aislado e independiente, al estilo de los actores solitarios.
Esta hipótesis invita a reflexionar sobre dicha expresión del terrorismo yihadista, especialmente en el ámbito de las sociedades occidentales. A menudo se afirma que ese terrorismo ha evolucionado hacia un fenómeno en el que predominan esos actores solitarios, inspirados por la ideología de al-Qaeda pero no encuadrados ni en esta ni en ninguna otra entidad del yihadismo global. Sin embargo, la inmensa mayoría de los atentados y ataques yihadistas que actualmente ocurren en el mundo –especialmente en el Sur de Asia, Oriente Medio y en el Norte y Este de África– son ejecutados por miembros de organizaciones yihadistas con liderazgo y estrategia. Entre ellas, la propia al-Qaeda como estructura terrorista global, incluyendo sus extensiones territoriales, el variable elenco de sus entidades formalmente asociadas y otras de orientación afín.
Fuera de aquellos escenarios de conflicto, es en los países occidentales donde la figura del actor solitario ha adquirido especial notoriedad como protagonista de dicha violencia terrorista. Ahora bien, sostener que se trata de la principal y más inquietante manifestación de la amenaza del terrorismo yihadista en nuestro entorno europeo sería una simplificación. Baste recordar que apenas seis meses antes de la detención de Valencia, la policía española llevó a cabo, a inicios de agosto de 2012, en Ciudad Real y Cádiz, la de otros tres individuos, actualmente también en prisión provisional, dos de los cuales son considerados por distintos servicios de inteligencia como muy peligrosos operativos de al-Qaeda y uno facilitador de dicha estructura terrorista basada en las zonas tribales de Pakistán.
La yihad de los actores solitarios obedece a un replanteamiento de la estrategia del terrorismo global tras el 11-S cuyo desarrollo más elaborado es de Mustafa Setmarian, conocido como Abu Musab al Suri, ciudadano español de origen sirio que en los 90 contribuyó a fundar una célula de al-Qaeda en nuestro país, fue detenido en Pakistán en 2005 y excarcelado en Siria a finales de 2011. En 2004 publicó en foros yihadistas de Internet su voluminoso Llamada a la Resistencia Islámica Global, argumentando que la yihad de organizaciones jerárquicas secretas había fracasado y era preciso reconducirla. Por una parte, combatiendo a los enemigos en Frentes Abiertos, con bases permanentes y mediante una guerra de guerrillas. Por otra, donde ese combate no sea posible, apela a la actuación de actores solitarios.
Una y otra formas de yihad se complementan en un único sistema de acción (nizam al-‘amal). La yihad de Frentes Abiertos es presentada como “fundamental para hacerse con un territorio, a fin de liberarlo y establecer la ley islámica” y la yihad terrorista individual (jihad al-irhab al-fardi) como “fundamental para agotar al enemigo y hacer que colapse y se retire”. De acuerdo con su interpretación, basada en una azora del Corán –“para amedrentar al enemigo de Alá y vuestro” (al-Anfal: 60)– se trata de utilizar el miedo para disuadir al oponente en “arenas” propicias fuera de los Frentes Abiertos y favorecer a los yihadistas que combaten en ellos. La yihad terrorista individual “ayuda y apoya” a la de los Frentes Abiertos. Pero el objetivo estratégico del proyecto es la victoria sobre el enemigo en estos Frentes Abiertos.
Europa es una de las arenas propicias para esa yihad terrorista individual que “confunde al enemigo” y debe “infligirle tantas pérdidas humanas y materiales como sea posible”. Ello es debido, según Setmarian, a que los países europeos son aliados de EEUU, tienen muchos intereses en común, además de proximidad, con el mundo árabe e islámico y en ellos hay amplias comunidades de musulmanes que “son como los musulmanes en cualquier otro lugar, el deber religioso de la yihad recae sobre sus hombros exactamente igual”. En este contexto, el método de la yihad terrorista individual ofrece “al musulmán que quiera participar y resistir”, la oportunidad de “operar donde está o donde es capaz de estar presente de modo natural”, pero “sin la fatiga de viajar, migrar y moverse hacia donde es posible la yihad directa”.
Al igual que en otras naciones occidentales, Abu Musab Al Suri señala como blanco principal de la yihad terrorista individual a las autoridades políticas, incluyendo los responsables de la Seguridad y la Defensa, de poblaciones que califica como incrédulas: “la más importante de las acciones yihadistas es la liquidación de sus líderes”, dice textualmente. Indica asimismo intereses económicos, infraestructuras de transporte, instalaciones militares y medios de comunicación, entre otros blancos. Habla también, no solo con fines de disuasión sino igualmente de represalia, de atentados altamente letales contra civiles: “esto es muy fácil, pues hay numerosos blancos, como recintos deportivos multitudinarios, eventos sociales conmemorativos, grandes exposiciones internacionales, mercados abarrotados, rascacielos o edificios concurridos”.
La yihad terrorista individual propugnada por Abu Musab Al Suri no ha proliferado en ninguno de los ámbitos previstos. Pese a lo cual, o precisamente por eso mismo, el método ha sido objeto de una renovada divulgación, desde 2010, por al-Qaeda en la Península Arábiga, tanto en idioma árabe como a través de la revista en lengua inglesa Inspire. Tras el abatimiento de Osama bin Laden en mayo de 2011, el propio núcleo central de al-Qaeda, mediante su plataforma de propaganda, al-Sahab, parece haber hecho suya la doctrina del Llamamiento a la Resistencia Islámica Global. Su actual emir, Ayman Al Zawahiri, al igual que otros líderes y destacados miembros como Abu Yahya Al Libi, Attiyatallah Al Libi y Adam Gadahn, han instigado la realización de actos de terrorismo por parte de yihadistas solitarios establecidos en sociedades occidentales.
En los países occidentales en general y europeos en particular, los casos de yihadistas tenidos por actores solitarios son hasta la fecha pocos. Entre ellos parece además apuntarse una significativa mayor incidencia de psicopatías que para el conjunto de los implicados en actividades de terrorismo yihadista. Detenciones como la del 8 de febrero mostrarían que su vulnerabilidad a la detección es mayor de lo que se supone. Salvo excepciones, los actores solitarios tratan de cometer atentados de magnitud y complejidad mucho menor que los planificados por operativos de al-Qaeda u otras entidades asociadas. Aun cuando los obstáculos que estas encuentran para prepararlos explican su instigación de la yihad terrorista individual en nuestras sociedades, conviene no olvidar que la amenaza procedente de dichas organizaciones terroristas persiste.