Se ha señalado repetidamente el importante y positivo papel que el sector exterior, y en concreto las exportaciones de bienes y servicios, han desempeñado como motor del crecimiento económico en los últimos años. Sin embargo, desde hace una serie de meses se apuntan algunas tendencias preocupantes, que de consolidarse significarían que el sector exterior entra en una fase de desaceleración.
El pasado mes de mayo las exportaciones de mercancías cayeron, en relación con mayo de 2017, un 0,2%. El año pasado, en dicho mes de mayo las exportaciones habían crecido un 15,2% en relación con el año anterior.
En el periodo enero-mayo del presente año las exportaciones han crecido un 2,8% respecto al año pasado. En el mismo periodo de 2017 las exportaciones crecieron en relación con el 2016 a una tasa muy superior, el 10,9%.
Menor crecimiento de las exportaciones que en los países europeos
Ahora bien, más significativo que estas cifras, que muestran una clara desaceleración, es la comparación internacional. En estos cinco primeros meses de 2018, el crecimiento de las exportaciones de la Unión Europea fue superior al de España: un 3,5%. En el caso de la zona euro, en la que las exportaciones crecieron un 3,7%, la diferencia es aún mayor en relación con el 2,8 de España.
En los últimos años una característica destacada de la evolución del sector exterior español es que el crecimiento de las exportaciones era superior al de los países europeos. Ello permitió que España se mantuviera mejor que muchos de éstos en su cuota de participación en las exportaciones mundiales. Esta tendencia, al menos durante estos últimos meses, se ha roto, y marca un cambio muy significativo, que debe ser contemplado con una cierta preocupación.
Hay otros rasgos en la evolución reciente del comercio exterior español que reflejan también un cambio de tendencia preocupante:
- La diversificación geográfica de las exportaciones españolas se ha reducido. Las exportaciones a la Unión Europea aumentaron un 3,3% en los cinco primeros meses de 2018 (un 3,5% en el caso de la zona euro). Mientras tanto, las exportaciones a destinos extracomunitarios aumentaron un 2,3%. Es bien sabido que un objetivo de las políticas de internacionalización es aumentar la diversificación geográfica de las exportaciones, y en concreto el peso de los mercados emergentes (aunque sobre este tema existe una cierta polémica).Como consecuencia de esta desigual evolución, la Unión Europea ha aumentado su participación en las exportaciones españolas, hasta un 66,7% (66,5% en el mismo periodo de 2017). Un dato ciertamente negativo es que las exportaciones a Asia han caído un 2,2%. Es de destacar que las exportaciones a China bajan un 1%, rompiendo una positiva tendencia al crecimiento que se registraba desde hace muchos años.
- Los datos muestran un significativo aumento del número de exportadores, hasta 123.692, un 28,2% más que en 2017. Ahora bien, el informe de la Secretaría de Estado de Comercio previene de que esta variación debe ser “tomada con cautela porque se podría haber visto afectada por gran número de operaciones de comercio electrónico de bajo importe”. De hecho, el número de exportadores que han exportado más de 50.000 euros registra una ligera caída, de un 0,9%. Un contrapunto positivo lo tenemos en el hecho de que aumente el número de exportadores regulares (los que han exportado durante cuatro años consecutivos), que aumenta un 1,8% en los primeros cinco meses de 2018.
- Un último dato que tampoco es positivo es el crecimiento de la concentración empresarial de las exportaciones. Reducir esta concentración, que aumenten los exportadores de tamaño mediano o pequeño, es otro objetivo de las políticas de internacionalización. En los cinco primeros meses de 2018 las 1.000 primeras empresas exportadoras han contribuido un 68% del total de las exportaciones, frente al 67,5% del conjunto de 2017.
Un futuro con incertidumbres
El deterioro de las expectativas sobre el comercio exterior se ha reflejado asimismo en la revisión del Escenario Macroeconómico que ha llevado a cabo el gobierno el pasado 20 de julio. En el nuevo escenario se rebajan las tasas de crecimiento previstas de las exportaciones de bienes y servicios para los próximos años. Así, por ejemplo, la previsión de crecimiento de estas exportaciones en 2018 es de un 4,7%, frente al 4,8 que se recogía en el escenario macroeconómico del pasado mes de abril. De forma análoga, se ha rebajado para los próximos años la contribución del sector exterior al crecimiento del PIB.
La desaceleración de las exportaciones es también pronosticada por otros estudios. El estudio de Situación España de BBVA Research, que acaba de ser publicado, prevé también una desaceleración de las exportaciones de bienes y servicios en 2018 (aunque prevé asimismo una fuerte recuperación, tanto de exportaciones como de importaciones, en 2019, en contraste con las previsiones de otros servicios de estudios). BBVA Research atribuye la desaceleración en 2018 a la apreciación del tipo de cambio, la desaceleración en Europa, el encarecimiento del petróleo y las limitaciones en la oferta en sectores en los que la capacidad utilizada va llegando a niveles elevados.
Estas tendencias no son positivas, claramente, aunque deben ser consideradas con prudencia. Pero dada la importancia que ha tenido el sector exterior en la economía española durante el pasado reciente, deben ser seguidas y analizadas con atención. Es de especial importancia analizar cuáles son los factores que pueden estar detrás de la desaceleración de exportaciones. Máxime cuando las previsiones sobre la evolución futura de la economía mundial están empeorando, según algunos analistas (véase por ejemplo el reciente artículo de Nouriel Roubini). Estas previsiones son más negativas para las economías europeas, a las cuales, como hemos visto más arriba, se dirige la mayor parte de las exportaciones españolas.