La Agencia Internacional de la Energía y BP han publicado de forma casi simultánea sendos informes que analizan las inversiones mundiales en el sector de la energía en 2016. El mensaje principal de ambos informes es que hay indicios de que el sector energético mundial estaría empezando a dar los primeros pasos hacia la transición energética, es decir hacia la descarbonización. Dicha transición se debe al desarrollo de tecnologías renovables, principalmente la eólica y la fotovoltaica, para la generación de electricidad, al aumento de la eficiencia energética y a la sustitución del carbón por el gas en el mix eléctrico.
El informe de la AIE analiza las tendencias en las inversiones mundiales en los diferentes tipos de recursos energéticos. Los principales mensajes respecto a la tendencia actual de las inversiones en energías son:
- Por primera vez en la historia las inversiones en instalaciones e infraestructuras de electricidad (42% del total) han sido mayores que las equivalentes en gas y petróleo (38%).
- En los últimos tres años las inversiones en electricidad ha aumentado un 6% mientras que en petróleo y gas han disminuido un 38%.
- Las inversiones en energías renovables se llevaron la mayor parte de las inversiones del sector eléctrico. Más concretamente, las dos tecnologías renovables más competitivas, la eólica y la fotovoltaica, obtuvieron inversiones similares de algo más de 110.000 millones de dólares el año pasado cada una. Según el PNUMA el mercado mundial de tecnología eólica ha pasado de suponer 39.700 MM/USD en 2006 a 112.500 MM/USD en 2016.
- A pesar de que las inversiones han sido un 3% inferiores a las de hace cinco años, gracias a las mejoras en los costes de las tecnologías renovables, se ha conseguido que se instale un 50% más de potencia que en 2011, y además, la generación por cada nueva unidad de potencia instalada será un 35% mayor que entonces.
Mensajes parecidos se han dado en el anuario estadístico 2016 de BP. Según el estudio de BP el mercado mundial de la energía se estaría adaptando a las exigencias de la transición energética. La descarbonización de la energía estaría ocurriendo gracias a mejoras en la eficiencia energética y a un cambio en el mix hacia combustibles con menor contenido de carbono, donde las energías renovables, encabezadas por la energía eólica y la energía solar, siguen creciendo fuertemente, y en el que cae el uso del carbón, repercutiendo positivamente en las emisiones mundiales de CO2 que se habrían mantenido estables por tercer año consecutivo.
Analizando la serie estadística de BP, 2016 sería el segundo año consecutivo en el que las tecnologías de bajas emisiones de CO2 habrían aportado más energía adicional al consumo energético mundial que los combustibles fósiles.
Esta situación no es sorprendente, ya que en muchos países con amplio recurso renovable, el aumento de la generación de electricidad con tecnologías como la eólica o la fotovoltaica es más barato que con tecnologías fósiles convencionales convirtiéndolas en muchos casos en la primera opción tecnológica para gobiernos y empresas.
La aportación del sector eólico español a la transición energética mundial
El aumento de las inversiones en tecnología eólica durante la última década, y las proyecciones futuras (3,3 billones de dólares hasta 2040), indican que la energía eólica es una de las alternativas energéticas con más potencial de crecimiento hasta 2050. Un crecimiento que se enmarca en el proceso de transición energética mundial, derivado, entre otras razones, de la entrada en vigor del acuerdo de Paris sobre cambio climático.
Nuestro país tiene un importante activo industrial estratégico fruto de la temprana apuesta por esta tecnología. Los datos que corroboran la relevancia del sector eólico español a a nivel internacional son los siguientes:
- España es el tercer exportador neto del mundo de tecnología eólica. El sector exportó tecnología por valor de 2.925 millones de euros en 2015. En la década 2006-2015 el sector ha exportado por un valor total de 12.940 millones de euros.
- Las empresas eólicas de nuestro país son propietarias o gestionan el 10,5% de toda la potencia eólica instalada en el mundo, más de 40.000 MW. Y dan empleo a unas 90.000 personas en el planeta.
- A esto hay que añadir que hasta 2015, la industria eólica con fábricas en España ha fabricado el 12% de los aerogeneradores y componentes eólicos que hay instalados en el mundo. Con la tecnología eólica “made-in-Spain” instalada en más de 60 países se podría haber cubierto el consumo eléctrico de Austria y Hungría en 2015.
- Y, algo de gran trascendencia de cara a los esfuerzos globales para mitigar el cambio climático y el cumplimiento del Acuerdo de Paris: la eólica “made-in-Spain” en 2015 evitó la emisión a la atmósfera de 71,5 millones de toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones totales de un país como Portugal.
Para mantener la competitividad a nivel internacional, contar con el apoyo institucional y de la sociedad será fundamental para el futuro del sector. En este sentido, la eólica ya ha visto reconocida su labor en las palabras de S.M. Felipe VI ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (septiembre de 2014):
“Me permito destacar con orgullo que España se ha convertido en el primer país del mundo en el que la energía eólica se ha situado como la primera fuente de generación de electricidad a lo largo de un año completo”.