El 18º Congreso del Partido Comunista Chino (PCC) se celebrará a partir del 8 de noviembre, una fecha tardía respecto de la que se esperaba hasta hace pocas semanas (la segunda quincena de octubre). Las razones parecen haber sido dos. Primero, la voluntad de empezar el Congreso una vez encarrilado el caso Bo Xilai, el dirigente “izquierdista”, conservador y “maoísta”, que, como es sabido, fue expulsado en abril del Buró Político, en septiembre del PCC y en octubre de la Asamblea Popular Nacional. A finales de octubre los fiscales estaban trabajando ya en las acusaciones de, entre otras cosas, abuso de poder, aceptación de sobornos y complicidad en un asesinato, lo que desembocará en un juicio, seguramente sonado, después del Congreso. Segundo, las rencillas internas del Partido entre las diferentes facciones, de las que destacan el grupo procedente de la Liga de la Juventud Comunista (Hu Jintao, Wen Jiabao, Li Keqiang, Ling Jihua, etc.) y la tendencia de los red princelings (los “pequeños príncipes”, hijos de dirigentes históricos del Partido: Jiang Zemin, Xi Jinping, Yu Zhengshen, Zhang Dejian, el propio Bo Xilai, etc.). Aunque la opacidad de la cúpula del PCC es enorme, todo parece indicar que, esta vez, las rencillas internas han sido mayores y más importantes que en Congresos anteriores (como el 16º en 2002 e incluso el 17º en 2007) y que la facción de Jiang Zemin podría haber fortalecido sus posiciones (especialmente tras el caso Wen Jiabao), con el fin de obtener un peso sustancial en los próximos órganos dirigentes.
Por el momento, cabe pronosticar varios cambios principales durante y después del Congreso.
En primer lugar, el cambio del máximo liderazgo. Salvo sorpresa, Xi Jinping sustituirá a Hu Jintao como secretario general, lo que le llevará a ser presidente de la República en marzo próximo, cuando se reúna la Asamblea Popular Nacional, y Li Keqiang pasará a ser el número dos del PCC, lo que le conducirá al puesto de primer ministro en marzo. Es de destacar que Xi Jinping desapareció sorprendentemente durante 10 días a principios de septiembre, por razones que no se han hecho públicas (¿enfermedad, operación quirúrgica?).
En segundo término, el Congreso y las semanas siguientes, aunque no acabarán con ellas, volverán a ocultar las rencillas internas en el PCC, que esta vez han sido mucho más intensas que en ocasiones anteriores. El caso Bo Xilai ha afectado nada menos que a un miembro del Buró Político. Además, a finales de agosto, uno de los principales aliados de Hu Jintao, el jefe de la Oficina General del Comité Central (encargada, entre otras cosas, de la seguridad de los altos dirigientes), Ling Jihua, que parecía un candidato firme al Buró Político, fue trasladado al Departamento del Frente Único, un puesto de mucha menor categoría. La razón, al parecer, fue el accidente que tuvo un hijo suyo, a los mandos de un Ferrari, en marzo pasado en Beijing. Por añadidura, a finales de octubre el New York Times desveló que la familia de Wen Jiabao, todavía primer ministro, tenía una fortuna estimada en 2.700 millones de dólares, destacando en particular las actividades de la madre y la esposa de Wen. Esos tres casos –escándalos importantes de altos dirigentes– han demostrado que también hay corrupción –y de gran calibre– en las altas esferas del poder, que había mantenido hasta ahora que la corrupción se limitaba a algunos cuadros intermedios del Partido.
En tercer lugar, todo parece indicar que el Comité Permanente del Buró Político pasará de nueve a siete miembros con el fin de hacerlo más eficaz y de colocar a los dirigentes encargados de la propaganda y del mantenimiento de la ley y el orden fuera de ese Comité, aunque naturalmente en el Buró Político. Tal cosa supone una vuelta a la tradición del PCC, pues el aumento de siete a nueve miembros se produjo en el Congreso de 2002. Aunque es altamente difícil hacer un pronóstico (especialmente después del caso Wen Jiabao), los “siete magníficos”, según las quinielas mejor informadas, podrían ser los siguientes:
- Xi Jinping, actual vicepresidente, será secretario general y quizá también presidente de la Comisión Militar Central del Partido, puesto que también desea Hu Jintao.
- Li Keqiang, actual viceprimer ministro, pasará a ser el número dos del Partido.
- Yu Zhengshen, actual secretario del PCC en Shanghai.
- Zhang Dejian, actual viceprimer ministro encargado de energía, transporte y comunicaciones y experto en Corea del Norte.
- Li Yuanchao, jefe del departamento de Organización del PCC desde 2007.
- Wang Qishian, viceprimer ministro desde 2004, especialista en cuestiones económicas.
- Wang Yang, secretario del PCC en Guangdong.
En cuarto lugar, otro cambio que se anticipa es ideológico. La prensa del régimen ha señalado que se cambiará la Constitución del PCC para eliminar nada menos que el “pensamiento Mao Zedong”, probablemente para socavar a los partidarios de Bo Xilai y potenciar los fundamentos reformistas del Partido.