Por presencia global entendemos la proyección efectiva real de los países fuera de sus fronteras en los distintos ámbitos que componen las relaciones internacionales. El Índice Elcano de Presencia Global ofrece una medición de dicha presencia a través de la agregación de 16 indicadores agrupados en tres dimensiones, económica, militar y blanda. Intenta de este modo ofrecer una medición de la ‘cantidad’ y naturaleza de la proyección exterior de un país, independientemente de su reputación, lo que, por último, estaría relacionado con su poder real en el panorama internacional.
Aunque suelen correlacionarse, estos conceptos (presencia global, poder, reputación) se refieren a cuestiones diferenciadas, y a menudo fácilmente confundibles. Así, un país puede tener mucha presencia global pero baja influencia o poder, dado que la relación entre ambas dependerá de otros múltiples factores, empezando por la voluntad de querer ejercerlo y por la capacidad de poder hacerlo. Del mismo modo, un país con baja presencia global puede tener peor reputación si dicha presencia se concentra, por ejemplo, en la dimensión militar, y, concretamente, si ésta se produce porque invade un país vecino (algo que quizás no se dé en la misma medida si dicha presencia es el resultado de un despliegue de tropas en misiones de paz internacionales).
Además, la presencia global puede tener una vertiente subjetiva, entrelazada tanto con la percepción de poder como con la reputación. Para comparar los datos objetivos, con los que construimos nuestro índice, con la opinión (necesariamente subjetiva) acerca de la proyección exterior de los países, el Real Instituto Elcano vuelve a preguntar en la 38ª oleada del BRIE (cuyos resultados serán publicados mañana) por la presencia global de los cinco países líderes en la última edición del índice: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, China y Rusia.
A diferencia de lo que ocurría con los resultados de la anterior oleada del BRIE, en esta ocasión los encuestados coinciden de manera casi perfecta con el ranking del índice, colocando a los Estados Unidos como el país con una mayor presencia global, seguido por China y Alemania, y con Rusia y Reino Unido cerrando la clasificación. La diferencia entre ambas estaría en las posiciones de Reino Unido y Rusia, que se intercambian el 4º y 5º puesto en la encuesta y el índice.
Precisamente son los resultados de Reino Unido los que más sorprenden. Pese a tener una presencia global muy similar a las de Alemania y China, la percepción que se desprende del BRIE es muy distinta, marcándose una importante brecha entre Reino Unido y los otros dos, y acercándose más al valor índice registrado por Rusia (gráfico 1). La explicación podría hallarse, por un lado, en un “efecto Brexit” interpretándose el resultado del referéndum como un repliegue británico y penalizándose en términos de presencia en el mundo (hay que tener en cuenta que la encuesta fue realizada en noviembre de 2016).
Pero, por otro lado, esos resultados sobre percepción de la presencia de un país, están también influenciados por la propia naturaleza de dicha presencia. En el caso de Reino Unido, su alta presencia económica se apoya en los indicadores de servicios e inversiones. Se trata de una presencia difícil de percibir para el público general, ya que el stock de Inversión Extranjera Directa (IED) británico o sus exportaciones de servicios financieros y seguros pasan más desapercibidas que, por ejemplo, las exportaciones de manufacturas chinas y alemanas o las de energía rusas. Dentro de la dimensión blanda, los altos registros de Reino Unido en información (donde se coloca en 2ª posición tras los Estados Unidos) responden en parte a un “anónimo” ancho de banda de Internet, además de las menciones en prensa de las principales agencias. Si atendemos únicamente a estas últimas, los resultados del Índice coinciden perfectamente con las respuestas de los entrevistados para el BRIE, y así el Reino Unido queda relegado de nuevo a la 5ª posición.
Del mismo modo, la percepción de una mayor presencia rusa, según el barómetro, que la que tiene el país según nuestro índice se explicaría por la preponderancia de elementos “duros” en su presencia exterior, como las ya comentadas exportaciones de energía (usadas habitualmente como instrumento geopolítico por el gobierno de Moscú) y la vuelta en los últimos años a un papel activo de sus fuerzas armadas fuera de sus fronteras, tanto en Ucrania como más recientemente en Siria.
