Con el objetivo de responder a esta más que sugerente cuestión, el Real Instituto Elcano organizó los pasados 29 y 30 de enero un seminario en el Palacio de la Magdalena de Santander en colaboración con la Academia Europea de Berlín. De esta forma cumplíamos otro de los retos que nos hemos marcado para el nuevo año: realizar actividades fuera de Madrid, donde, por motivos lógicos de índole logística, llevamos a cabo prácticamente la totalidad de nuestros actos.
Al seminario acudieron, además de investigadores del Real Instituto Elcano, autoridades locales y alemanas (alcaldía de Santander, gobierno cántabro y embajada alemana), junto a representantes alemanes de las instituciones más importantes de su país (Ministerio de Asuntos Exteriores, Bundestag o Tribunal Constitucional alemán), y académicos, políticos y periodistas españoles.
El papel de Alemania bajo la Comisión Juncker, el del Bundestag en los procesos de decisión de la UE, el del Tribunal Constitucional Alemán en la integración europea, el federalismo alemán como posible método para aplicar en España, las visiones mutuas España-Alemania y las medidas económicas de Alemania internamente y en relación al euro fueron los temas tratados en dos intensos días de debate, en los que buscamos entendernos mejor los unos a los otros.
En los últimos años y tal y como señala el V Índice Elcano de oportunidades y riesgos estratégicos para la economía española, Alemania se ha convertido en el principal socio comercial para España. Pero no sólo por eso es importante la relación entre ambos países. España, por sus buenos resultados en comparación al resto de socios comunitarios, se ha convertido sin duda alguna en el alumno aventajado de las medidas económicas promovidas por Alemania. Ante un panorama europeo de aún débil crecimiento, destacan las previsiones de crecimiento de España para 2015, ya por encima del 2%.
Este hecho, y más tras la victoria electoral de Syriza en Grecia, que cuestiona la continuidad de las políticas de austeridad en su país, fue especialmente destacado por los representantes alemanes, que subrayaron que España sí había hecho sus deberes y que esta era la razón por la que se producía el crecimiento ya mencionado en nuestro país (en cualquier caso, no deberíamos olvidar que el consumo interno es el que vuelve a tirar de la economía y que la mejora de las previsiones tiene mucho que ver con cuestiones ajenas a la política interna española, tales como la bajada del precio del petróleo, la de la cotización del euro o la de la expansión cuantitativa del Banco Central Europeo).
Para su sorpresa, los representantes alemanes no se encontraron en Santander con un foro que cayera en la autocomplacencia. Los investigadores del Real Instituto Elcano y, asimismo, los periodistas españoles que acudieron al seminario, mostraron su preocupación sobre la forma en que se está llevando a cabo la salida de la crisis en Europa y las consecuencias que eso puede tener de cara a la opinión pública de los países miembros, especialmente de los acreedores.
Pero digno es de reconocer que si hay un país que se cree la democracia en Europa, sin duda éste es Alemania. A lo largo de las dos jornadas en que se dividió el seminario, los distintos representantes alemanes mostraron un respeto escrupuloso por las reglas del juego en su país y por el sistema de check and balances que tan bien funciona. Esto, que sin duda es un asset con un valor muy grande, provocaría paradójicamente una serie de disfuncionalidades muy importantes en el proyecto comunitario si es que los 28 países de la UE funcionaran de la misma manera. Por poner un ejemplo que ilustre esta cuestión: ¿acaso sucede como con Alemania que la UE ha de esperar a las decisiones de los Tribunales Constitucionales de los demás países miembros para que se apruebe la constitucionalidad de cuestiones como la creación del MEDE? Si tal fuera el caso, ¿no se produciría una paralización enorme de la integración en el ámbito comunitario? Afortunadamente, el proyecto nacional de Alemania sigue siendo la Unión Europea (aspecto que también comparte con España) y ello causa que su entendimiento de lo que es la soberanía nacional no provoque retrocesos en la integración. O al menos, ha sido así hasta la fecha.
Para concluir, algunas de las frases más destacables del seminario: “Alemania se ve como una economía pequeña y abierta, pero es grande y lidera la Unión Monetaria”. “Alemania es el país más importante de la UE y tiene por ello una mayor responsabilidad”. “Los únicos europeos que sienten que no han perdido poder son los alemanes, según el eurobarómetro”. “Hay más voces euroescépticas en la UE que antes, pero son minoritarias. Hace falta contranarrativa”. “La creación del euro no era solo sobre estabilidad, sino sobre prosperidad”. “La inmigración en Alemania es económicamente rentable. Sin ella, no se lograría pagar la jubilación”.