En nuestro último post en este blog comentamos algunas tendencias clave de la exportación española, en base a un par de trabajos publicados recientemente por el Boletín Económico de ICE (un artículo de Juan José Otamendi, “La transformación del sector exportador español en la última década”, y otro de la Subdirección General de Estudios y Evaluación de Instrumentos de Política Comercial (de la Secretaría de Estado de Comercio), “La evolución del comercio exterior por características de la empresa (2015)”).
En este segundo post sobre el tema vamos a completar este repaso de las tendencias clave de la exportación española, basándonos de nuevo en las publicaciones citadas anteriormente.
Concentración y dualidad de la empresa exportadora
Se trata de una característica tradicional de la exportación española: la coexistencia de una amplia masa de empresas que exportan muy poco y de forma irregular, junto a un grupo, mucho más reducido, de empresas que exportan de forma regular y en las que se concentra el grueso de la exportación.
En 2015, casi dos tercios (un 64,7%) de las empresas que exportaron eran microempresas, de menos de diez trabajadores. El valor de lo que exportaron, sin embargo, representó solamente el 11,1% del total de la exportación.
Si consideramos las Pymes (entendiendo por tales empresas con menos de 250 trabajadores), éstas representaron el 97,7% de las empresas exportadoras, pero exportaron el 49,2% de las exportaciones.
Por el contrario, un grupo reducido de empresas (2.186, el 2,3% del total), realizaron el 50,8% de las exportaciones.
Un dato interesante es que, si las grandes empresas (con más de 250 trabajadores) representan el 2,3% de las empresas exportadoras, representan un porcentaje superior (4,0%) de las empresas exportadoras regulares (aquellas que llevan exportando al menos cuatro años seguidos). Es decir, las empresas exportadoras que realizan una labor exportadora más permanente tienden a tener un mayor tamaño que el conjunto de las empresas exportadoras.
La exportación regular está asociada pues a mayor tamaño empresarial, algo que reconfirma la relación positiva que existe entre tamaño empresarial e internacionalización. De ahí que se haya señalado en diversos estudios publicados en los últimos años la conveniencia de fomentar el aumento del tamaño de las empresas (eliminado en primer lugar los desincentivos que existen para aumentar dicho tamaño) como una vía para aumentar su competitividad y su grado de internacionalización.
La concentración en perspectiva europea
¿Cómo se compara la situación de España en la concentración empresarial de exportaciones con otros países de la UE? Existen importantes diferencias entre países, pero puede decirse en líneas generales que la existencia de un alto grado de concentración es algo relativamente generalizado.
Si cogemos los 10 primeros países exportadores de la UE, el país en el que las grandes empresas exportadoras representan un mayor porcentaje de la exportación es Bélgica: los 1.000 principales exportadores suponen el 81,6% del total de la exportación. A Bélgica le sigue Austria con un 78% de la exportación realizado por las 1.000 mayores empresas exportadoras, y Reino Unido (72,6%). Destaca el alto grado de concentración que existe en Francia (un 68,9% de la exportación correspondiente a los 1.000 mayores exportadores).
Por el otro lado se encuentran Italia, en el que los 1.000 primeros exportadores representan un 48,1% del total exportado, Países Bajos (48,3%) y la República Checa (49,6%).
España se sitúa en una posición intermedia, con un 60,6% de la exportación correspondiendo a los 1.000 mayores exportadores, un porcentaje muy similar al del país que es el primer exportador, Alemania (59,3%).
La inversión extranjera como motor de la exportación
Un último rasgo que hay que destacar es el peso determinante que tienen las empresas con capital extranjero en la exportación. Entre las empresas exportadoras, sólo un 4,3% están controladas por propietarios extranjeros. Sin embargo, estas empresas son responsables de un 40% del total de la exportación.
Las inversiones extranjeras contribuyen por tanto a la economía española no sólo por la capacidad productiva y el empleo que generan, entre otros, sino también porque desempeñan un papel muy relevante en la generación de exportaciones.
Siete conclusiones
En resumen, en estos dos posts hemos repasado algunos rasgos clave del mapa de la exportación española en los últimos años:
1- El aumento de la cuota de las exportaciones españolas en las exportaciones mundiales.
2- El aumento tanto del número de empresas exportadores como del valor de lo que exportan de media (lo que se llama margen extensivo y margen intensivo, respectivamente, de la exportación).
3- La creciente integración de España en las cadenas globales de valor.
4- El gran dinamismo de la exportación de servicios, turísticos y (de forma destacada) los servicios no turísticos.
5- La dualidad de las empresas exportadoras, con la coexistencia de un elevado número de empresas que exportan poco y de forma regular con un número reducido de empresas que concentran el grueso de la exportación.
6- La existencia de una correlación entre exportación regular y tamaño de la empresa.
7- El gran papel que tienen en la exportación las empresas controladas por capital extranjero.