Se ha escrito con cierta frecuencia en los últimos tiempos acerca del papel del sector exterior como motor de la recuperación de la economía española. Se han publicado también algunos trabajos académicos de gran interés, que están permitiendo conocer con más detalle la nueva configuración de la exportación española –con las implicaciones que ello tiene sobre las estrategias tanto del sector público como de las empresas.
En este post vamos a comentar dos de estos trabajos, publicados en los últimos meses por el Boletín Económico de ICE, una excelente publicación, de larga tradición. El primero es de Juan José Otamendi, “La transformación del sector exportador español en la última década”. El segundo ha sido elaborado por la Subdirección General de Estudios y Evaluación de Instrumentos de Política Comercial (de la Secretaría de Estado de Comercio), y lleva el título de “La evolución del comercio exterior por características de la empresa (2015)”. (Algunos datos que mencionamos han sido actualizados con estadísticas publicadas recientemente).
Ambos trabajos, publicados a fines de 2017 y principios de 2018, ofrecen una gran riqueza de información y análisis sobre cómo se está transformando el mapa de la exportación española. Vamos a comentar y complementar a continuación algunos de sus aspectos más significativos.
Progreso en la cuota mundial de exportaciones
La buena marcha de la actividad exportadora se refleja en un aumento desde 2012 de la cuota de España en las exportaciones mundiales, hasta llegar al 1,81% en 2017, una cuota que está por encima de nuestro peso en el PIB mundial (1,64%).
Hay que destacar a este respecto que España ha aumentado su cuota mientras que muchos de nuestros socios europeos (como Alemania y Francia) han visto cómo disminye la suya. La pérdida de cuota de muchos países industrializados se ha debido al fuerte aumento de algunos países emergentes, sobre todo China, que ha pasado de un 8,7% en 2007 a un 13,79% en 2015.
Aumento del margen extensivo e intensivo de la exportación
Por margen extensivo se entiende el número de empresas que exportan. Según los datos que recoge Otamendi, el número de empresas que exportan más de 50.000 euros (que son responsables del 99,8% de la exportación), ha crecido un 8% entre 2007 y 2016.
Por margen intensivo se entiende al valor de lo que exportan las empresas. El valor medio exportado ha pasado de 5,19 millones de euros en 2007 a 6,62 millones de euros en 2016.
Es decir, la progresión de la internacionalización de la empresa española se traduce en que ha aumentado tanto el número de empresas que exportan como el valor medio de lo que exporta cada una de ellas.
Creciente papel de las cadenas globales de valor
Se trata éste de un tema relativamente “nuevo”, que está recibiendo una creciente atención. Las empresas españolas, como las de otros países, están crecientemente integradas en las cadenas globales de valor; es decir, en las redes de producción por las que los componentes de un determinado producto son fabricados en diferentes países. Las exportaciones españolas llevaban incorporadas un 26,8% de valor agregado extranjero.
Los sectores con mayor contenido de valor agregado extranjero fueron en 2011 el de productos energéticos (76,8%), automóviles (46,1%) y maquinaria eléctrica (35,9%).
El ascenso de las cadenas globales de valor tiene importantes implicaciones para la economía mundial. Una muy importante, y de gran actualidad, es que las medidas proteccionistas pueden tener efectos muy contrarios a los buscados. El aumento de aranceles a las importaciones en un país significa un encarecimiento de componentes que son utilizados en la producción de bienes en ese país, que perderán por ello competitividad, lo que puede llevar a un descenso de sus exportaciones. Aumentar los aranceles puede tener por esa vía un efecto contraproducente sobre la balanza de pagos.
El auge de las exportaciones de servicios
Es uno de los rasgos más destacados del nuevo mapa exportador (que ya hemos comentado anteriormente).
Las exportaciones de servicios españoles representan un 10,5% del PIB (2017), porcentaje solo superado por el Reino Unido entre las cinco grandes economías de la UE. Si hay 4,6 millones de empleos ligados al sector exterior en España, tres millones pertenecen al sector servicios.
España tuvo una cuota en las exportaciones mundiales de servicios del 2,63% en 2016 (bastante superior a su cuota en exportaciones de bienes o en PIB mundial), superior además a la del año anterior (2,46%).
Hay dos datos importantes adicionales. Por un lado, en esta cifras no se recogen los servicios que están incorporados en la exportación de bienes (por ejemplo, la exportación de una máquina se contabiliza como un bien, pero su valor incorpora servicios de diseño, marketing, formación, etc.). Si incluyéramos estos servicios integrados en bienes, la participación de los servicios en exportación sería muy superior.
Por otro, muchos pensarán que el auge de las exportaciones de servicios se debe sobre todo al turismo. Pues bien, desde 2007 las exportaciones de servicios no turísticos son superiores a las de servicios turísticos. En 2017 se vendieron 62.520 millones de euros de exportaciones de otros servicios frente a 60.161 millones de servicios turísticos.
Además, el saldo del comercio de servicios es superavitario. En 2017 el comercio exterior de otros servicios representó para España un saldo positivo de 14.980 millones de euros, lo que equivale a un 79,6% del déficit de la balanza de bienes.
La conclusión es que el mapa de la exportación española está cambiando. En este post hemos recogido, en base a algunas publicaciones recientes, algunas tendencias importantes: las exportaciones aumentan su cuota en las exportaciones mundiales (frente al descenso de la cuota de otros países europeos); aumenta tanto el número de empresas exportadoras como el valor de lo que exportan de media; España está crecientemente integrada en las cadenas globales de valor, lo que implica una interacción entre exportaciones e importaciones; y la exportación de servicios está evolucionando con un gran dinamismo, y ha adquirido un peso notable, tanto en términos relativos como absolutos.