La actual movilización terrorista que Estado Islámico (EI) promueve desde Siria e Irak ha proporcionado una evidencia más sobre los atentados del 11-M en Madrid. Esta vez se trata de un revelador dato que aparece en una de las 22.000 fichas filtradas en marzo de 2016 por un desertor de la organización yihadista. En concreto, la ficha con la cual se registró la incorporación a sus filas, a la edad de 23 o 24 años, de un marroquí residente en España.
Su nombre es Ismail Afalah. Una semana antes de llegar a Siria el 30 de mayo de 2014, se despidió de la empresa madrileña donde trabajaba para trasladarse a Tetuán y después tomó un vuelo de Casablanca a Estambul. Viajó junto al responsable de la red de radicalización y envío de combatientes terroristas extranjeros a Siria e Irak que lo había captado. Constituida en Madrid en 2011, sus integrantes, al menos quince, se referían a ella como Brigada Al Andalus.
Esta red reclutaba inicialmente individuos residentes en España para incorporarlos al denominado Frente al Nusra, pero tras la ruptura en febrero de 2013 entre al-Qaeda y el denominado Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) se alineó con la segunda de ambas entidades, que en junio de 2014 proclamó un califato en los territorios de Siria e Irak que controlaba y redujo sus siglas a las de EI. Ismail Afalah se incorporó a esta organización yihadista.
Al unirse a ella, un encargado de la supuesta Administración General de Fronteras de EI le abrió una ficha (en la imagen) en la que figuran datos personales, se indica que Ismail Afalah entregó su pasaporte y que optó por ser combatiente pero no candidato para atentados suicidas. En el apartado de observaciones, quien cumplimentó la ficha escribió: “Su hermano es un ejecutor de las operaciones del metro [sic] en Madrid. Según las noticias, murió mártir en Irak”.
En efecto, un hermano de Ismail Afalah, Mohamed Afalah, formó parte del componente que el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) introdujo en la red del 11-M. Mohamed, nacido el 25 de enero de 1976 en la localidad marroquí de Igmiren, contaba con 28 años. A lo largo de 2002 se encontraba ya en contacto con Mustafa Maymouni, Driss Chebli, Serhane ben Abdelmajid Fakhet, el Tunecino, Said Berraj o Allekema Lamari, entre otros integrantes de la trama.
Mohamed Afalah se fugó de Madrid sobre las 22:00 o 22:30 horas del 3 de abril de 2004, tan pronto tuvo noticia de lo que muy poco antes había ocurrido en Leganés y pudo hacerse con un vehículo. Huyó por Barcelona hasta Bélgica, desde donde meses más tarde viajó a Turquía. Fue detenido en Estambul y permaneció en un centro de internamiento para indocumentados, del cual salió gracias a la ayuda que recibió desde España para sobornar a uno de los vigilantes.
Mohamed Afalah cruzó finalmente a Siria y de allí, en abril de 2005, entró en Irak. El 6 de junio de 2005, la Embajada del Reino Unido en Madrid confirmó por escrito a las autoridades españolas que había sido localizado por las fuerzas británicas, unos dos meses antes, cerca de la ciudad iraquí de Tikrit y que había fallecido perpetrando uno de los diez atentados suicidas que se llevaron a cabo entre el 13 y el 19 de mayo de ese año en los alrededores de Bagdad y cuya autoría asumió públicamente la rama iraquí de al-Qaeda.
Poco más de diez años después del 11-M, Ismail Afalah, identificado en la madrileña mezquita de la M-30 por un agente de radicalización como joven vulnerable de segunda generación, con el antecedente de su hermano, iba a adherirse formalmente a EI, la organización que deriva de aquella como militante de la cual Mohamed Afalah murió matando. Al hacerlo, probablemente pensando que nunca se sabría, dejó una evidencia más sobre el 11-M.