Los ucranianos en España, mientras dura la guerra

Balcón con barandilla verde y varias macetas, donde cuelga una bandera de Ucrania en Málaga (España). La ventana tiene un marco blanco con azulejos decorativos alrededor. A la izquierda, un aire acondicionado está instalado en la pared.
Bandera de Ucrania en un balcón en Málaga (España). Foto: Daniel Capilla (Wikimedia Commons / CC BY-SA 4.0)

Los años posteriores a la desintegración de la Unión Soviética y la consiguiente creación del Estado ucraniano, la presencia de nacionales de este país en España era prácticamente testimonial, tal y como reflejan los 1.646 empadronados en el año 2000.[1] Sin embargo, al calor de la expansión económica española, durante la primera década del siglo XXI se incrementaron rápidamente hasta superar los 80.000, momento al partir del cual esta comunidad ralentizó su crecimiento. Pero la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022 quebraría abruptamente esta tendencia con la llegada repentina de decenas de miles de desplazados, llegando casi a duplicarse, en apenas dos años, la población ucraniana residente en España.

Conviene señalar que esta acogida masiva de ucranianos por parte no sólo de España, sino también del resto de miembros de la Unión Europea (UE), fue posible gracias a la activación de la Directiva de Protección Temporal. Esta Directiva, aprobada en 2001 pero aplicada ahora por primera vez, permite acoger por un periodo de un año (prorrogable) a personas desplazadas por conflictos bélicos, otorgándoles durante ese tiempo los beneficios inherentes al estatus de refugiado como son los permisos de residencia y trabajo, el derecho a prestaciones sociales y el acceso a los sistemas sanitario y educativo. Todo ello, redistribuyendo los esfuerzos económicos y sociales que implica la gestión de estos grandes flujos de personas para que no recaigan desproporcionadamente en los países limítrofes al conflicto. Propósito cuyo éxito se refleja en que, a pesar de la lejanía geográfica, España sea actualmente el cuarto país en concesiones de protección temporal a desplazados ucranianos, sólo por detrás de Alemania, Polonia y la República Checa.

“La invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022 quebraría abruptamente esta tendencia con la llegada repentina de decenas de miles de desplazados, llegando casi a duplicarse, en apenas dos años, la población ucraniana residente en España”.

Ante un aumento tan intenso de la llegada de ucranianos bajo unas circunstancias sin duda excepcionales, cabe preguntarse cómo de profundos están siendo algunos de los cambios sociodemográficos experimentados por esta comunidad en España.  

En primer lugar, destaca la feminización del colectivo a comienzos de 2024, lo cual encaja con que la ley marcial ucraniana impida la salida del país a todos aquellos varones aptos de entre 18 y 60 años. Pero no es menos cierto que antes del conflicto las mujeres ya superaban claramente a los hombres, resultando ser bastante modesto el aumento de su cuota: del 57,6% al 60,4%. El motivo de tal circunstancia se encuentra precisamente en la propia ley marcial, pues si bien la proporción de hombres ucranianos mayores de 60 años apenas se ha alterado, la de los menores de 20 años se ha elevado más de cuatro puntos porcentuales, compensando parcialmente la limitada presencia de varones en edad de combatir entre los desplazados.       

Al igual que su elevada feminización, la distribución territorial de la comunidad ucraniana en España tampoco ha experimentado cambios relevantes, lo cual confirma que la mayoría de los llegados tras la invasión se asentaron allí donde ya disponían de redes familiares y sociales capaces de suministrarles la ayuda necesaria. Así, mientras que en los prolegómenos de la guerra casi cuatro de cada cinco (78,2%) se concentraban en la Comunidad de Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y la provincia de Málaga, a inicios de 2024 la presencia ucraniana en estos territorios apenas se había resentido (75,2%). No obstante, mención especial merece el aumento registrado en Alicante, que superando a Madrid y Barcelona se ha convertido en la provincia con más residentes de esta nacionalidad (14,6%), sumando hasta cinco municipios entre los 20 donde su presencia es mayor: Torrevieja (4º, sólo por detrás de Madrid, Barcelona y Valencia), Alicante (6º), Orihuela (13º), Benidorm (15º) y Calpe (20º).[2] A la luz de estos datos, y dado que entre los llegados predominan las familias con menores, no debe sorprender que en lo relativo a escolarizaciones de desplazados ucranianos en enseñanzas no universitarias, la cuota alicantina sobre el total nacional durante el curso 23/24 fuera incluso mayor (19,6%).[3]  

Por el contrario, el ámbito donde sí se observa un importante impacto en la comunidad ucraniana residente en España es el laboral. Así, mientras en enero de 2022 mostraban una tasa de actividad superior a la del conjunto de la población foránea (59% frente al 55,9%)[4] y una tasa de paro idéntica (en ambos casos del 14,9%), en enero de 2024 la primera se había desplomado al 48,6% y en diciembre la segunda se alzaba al 17,3%. Este último porcentaje se sitúa 6,3 puntos porcentuales por encima de la media extranjera, pero a su vez 3,4 puntos por debajo del máximo alcanzado en febrero de 2023, lo que señala una lenta pero progresiva integración de los desplazados en un mercado de trabajo que igualmente ha experimentado una mejoría general.

A este respecto, resulta evidente la dificultad de inserción laboral que presenta uno de los principales grupos de desplazados, el de mujeres a cargo de menores que se ven obligadas a priorizar el cuidado de éstos, a lo que se suma su nula preparación de la estancia en España dado el contexto de imprevisibilidad y emergencia en el que se produjo la salida de su país. De hecho, a pesar del menor flujo de hombres en edad de trabajar, su mayor facilidad para buscar y encontrar empleo se refleja en que la tradicional principal ocupación de los ucranianos en España, las tareas domésticas abrumadoramente realizadas por mujeres, ha sido relegada por la construcción, sector donde la presencia masculina es prácticamente unánime.[5]

El Consejo de la UE ya aprobó el pasado año la prórroga de la protección temporal a los desplazados ucranianos hasta marzo de 2026, lo que supondrá que sigan integrándose en los países de destino, incluyendo España. Sin duda, ésta es una buena noticia, pero la pregunta que cabe empezar a plantearse, cuando acaban de cumplirse tres años desde la invasión, es cuántos de estos desplazados querrán volver a su país cuando finalice la guerra para ser partícipes de su reconstrucción y cuántos preferirán quedarse para continuar aquí con su nueva vida.  


[1] Estadística del Padrón Continuo (INE).

[2] Censo Anual de Población (INE).

[3] Ministerio de Educación y Formación Profesional.

[4] Elaboración propia con datos de la Tesorería General de la Seguridad Social, el Servicio Público de Empleo Estatal y la Estadística Continua de Población (INE).

[5] Catálogo de Datos del Observatorio Permanente de la Inmigración; Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.