El talento es un factor cada vez más importante para las empresas, y en particular para sus decisiones de localización de inversiones. España tiene ante sí retos de envergadura para mejorar su marco para el desarrollo, la atracción y la retención del talento.
Hace unas semanas señalábamos en un post en este Blog cómo, según el estudio realizado por el IESE para Invest in Spain sobre las inversiones extranjeras en España, el área que éstas consideran más importante es la disponibilidad de talento, por delante del tamaño del mercado, las infraestructuras o el mercado laboral.
Se ha publicado recientemente el Global Talent Competitiveness Index 2020 (GTCI), que es probablemente el estudio más completo que se realiza sobre el talento en el mundo, y que en esta última edición presta una especial atención a la inteligencia artificial. Publicado por la escuela de negocios INSEAD, Google y Addeco, el estudio analiza a fondo el talento en 132 países. Para ello considera 70 variable agrupadas en varios grandes pilares.
Suiza encabeza el ranking mundial de competitividad del talento, seguida de Estados Unidos y Singapur. Los países avanzados dominan el ranking. Entre los 10 primeros, hay siete países europeos. Además, según esta última edición, las desigualdades están aumentando: Asia, Europa y América del Norte mejoran su posición, mientras que Latinoamérica y Africa retroceden.
España figura en un discreto puesto 32 del ranking global, por detrás de buena parte de los países europeos. Entre los grandes países europeos sólo Italia (puesto 36) está por detrás de España. La posición de España no se puede considerar como satisfactoria.
Limitaciones del marco para el talento
Los datos del GTCI ponen de relieve una serie de aspectos del marco para el talento en España que merecen ser objeto de atención. Las rigideces del marco laboral, la inadecuación del sistema educativo y la escasa capacidad para atraer y retener talento son algunos de los principales elementos negativos.
El estudio del GTCI refleja las ineficiencias del marco laboral, otorgando bajas valoraciones a las políticas activas de empleo, la colaboración entre empresas y empleados, y la relación entre productividad y remuneración de los trabajadores (aspecto en el que España se coloca en el puesto 99).
De los datos del estudio se deduce también la inadecuación del sistema educativo en relación con las necesidades de la economía. España tiene muy buena valoración en número de estudiantes en educación superior (puesto 6 del ranking), así como en la calidad de las escuelas de negocios (puesto 10). Sin embargo, obtiene muy mala valoración en lo que se refiere a desempleo de población con educación superior (puesto 92).
En los sectores empresariales se menciona con frecuencia la necesidad de talento en ciertos sectores, particularmente los tecnológicos; mientras tanto, un elevado número de titulados superiores tiene grandes dificultades para encontrar empleo. Relacionado con esto se encuentra también la mala valoración que obtiene la disponibilidad de mano de obra con educación secundaria.
La inadecuación del sistema educativo se refleja de forma directa en una de las variables consideradas, la relevancia del sistema educativo para la economía, que mide hasta qué punto el sistema educativo responde a las necesidades de una economía competitiva: España se sitúa aquí el puesto 78 (entre los 132 países considerados).
Otro aspecto negativo es la capacidad para atraer y retener talento. En brain gain, que recoge la capacidad de un país para atraer talento del extranjero, España está en el puesto 83. Y en el aspecto de retención del talento, en el puesto 74.
España obtiene muy mala valoración (puesto 118) en oportunidades de liderazgo para las mujeres, que mide hasta qué punto las empresas dan a las mujeres las mismas oportunidades que a los hombres para acceder a posiciones de liderazgo.
Por último, en este rápido repaso, cabe mencionar que España obtiene buenas valoraciones en calidad de vida (seguridad personal, sanidad) y en la utilización de redes sociales profesionales (que mide usuarios de Linkedin).
Las ciudades: el caso de Bilbao
El Global Talent Competitiveness Index (GTCI) dedica una especial atención al análisis de las ciudades, reflejando la creciente importancia que éstas han adquirido como actores de la internacionalización, analizando 155 ciudades. Como los países, las que tienen una mejor valoración pertenecen a países avanzados. Nueva York, Londres y Singapur son las tres ciudades que encabezan el ranking de ciudades. Madrid se sitúa en el puesto 24, y Barcelona en el 28.
Hay que destacar que el estudio dedica un capítulo a analizar el caso de Bilbao y su empleo de la inteligencia artificial: la capital vasca ha desarrollado servicios digitales innovadores, tiene un potente hub empresarial, y una amplia comunidad de trabajadores del conocimiento.
En resumen, la valoración de España, en el puesto 32, no se corresponde con las ambiciones del país, no está en línea con su posición en la economía mundial y no constituye una buena base para una economía que aspire a una posición avanzada en tecnología y conocimientos. Como hemos indicado al principio, el talento va a ser, ya es, un motor clave del crecimiento y del progreso. España tiene importantes tareas que afrontar para mejorar su marco para el talento.