Las inversiones internacionales acusan las turbulencias de la economía mundial

Inversiones. Billetes de 100 euros y de 100 dólares colocados horizontalmente entre una variedad de billetes

Las perspectivas de las inversiones extranjeras directas (IED) en la economía internacional se han ensombrecido de manera notable cara a 2022, debido a las turbulencias que agitan la economía mundial.

2021 fue un año en principio bueno, con un crecimiento de los flujos de inversiones de un 64% respecto al año anterior, según el World Investment Report de la UNCTAD, el informe de referencia sobre las IED en el mundo, publicado hace algunas semanas. Hay que tener en cuenta que el punto de partida, 2020, marcado por la pandemia, era muy bajo.

La mayor parte del crecimiento se debió a beneficios reinvertidos por las filiales extranjeras de las empresas multinacionales, que alcanzaron cifras récord de beneficios gracias al aumento de la demanda, los bajos costes de financiación y las medidas de apoyo establecidas por numerosos gobiernos.

Según la UNCTAD, 2022 se presenta con grandes incertidumbres, que tienen su origen en la guerra en Ucrania, el endurecimiento de las políticas monetarias y las menores facilidades de financiación, la pérdida de confianza, la inflación (energía, alimentos), las disrupciones en las cadenas globales de valor causadas por la política de COVID cero en China y la desaceleración general del crecimiento económico.

Para la UNCTAD, los signos de debilidad ya se están manifestando con fuerza en 2022. Los datos preliminares del primer trimestre muestran que los anuncios de proyectos greenfield han disminuido un 21% a nivel mundial, la actividad de fusiones y adquisiciones transfronterizas un 13% y los acuerdos de financiación de project finance un 4%.

Las cifras de 2021 muestran otra característica destacada: fuertes desigualdades entre unas regiones y otras. Casi las tres cuartas partes del crecimiento de los flujos de inversión en 2021 corresponden a las economías desarrolladas, en las que los flujos de IED se dispararon un 134%, hasta los 746.000 millones de dólares.

Los flujos hacia las economías en desarrollo aumentaron un 30%, hasta los 837.000 millones, en gran parte debido al fuerte crecimiento en Asia, una recuperación parcial en América Latina y el Caribe, y un repunte en África.

Asia mantiene el protagonismo

Las 10 principales economías por entradas de IED en 2021 fueron EEUU, China, Hong Kong, Singapur, Canadá, Brasil, India, Sudáfrica, Rusia y México.

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Los 20 primeros receptores de inversiones extranjeras (miles de millones de dólares). Fuente: World Investment Report 2022, UNCTAD

Desde el punto de vista geográfico, el protagonismo de Asia es un rasgo destacado. Los países en desarrollo de Asia, que reciben el 40% de la IED mundial, experimentaron un aumento de los flujos en 2021 por tercer año consecutivo hasta un máximo histórico de 619.000 millones de dólares.

A pesar de sus conflictos comerciales, las restricciones por el COVID-19 y las quejas sobre su marco de negocios para las empresas extranjeras, la inversión extranjera en China creció un 21%. En el sudeste asiático el crecimiento fue de un 44%. En el sur de Asia los flujos se redujeron un 26%, debido en gran medida a la caída de los flujos hacia la India.

A su vez, existen también fuertes desigualdades en Asia. En esta zona los flujos de entrada de IED están altamente concentrados, con seis economías que representan más del 80% de las inversiones que recibe la región: China, Hong Kong, Singapur, India, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia.

Crecimiento en América Latina

Se ha señalado en los últimos tiempos que las consecuencias de la guerra en Ucrania favorecían a varias economías latinoamericanas productoras de alimentos y materias primas. Cabe destacar que ya en 2021 la IED en América Latina aumentó un 56%, con un crecimiento del 74% en América del Sur gracias a una mayor demanda de materias primas y minerales.

Los principales países receptores de inversiones, como Brasil, Chile y Colombia, registraron un aumento de las entradas de inversiones, dirigido en buena medida hacia a los sectores de la minería y la energía.

La economía más grande de América del Sur, Brasil, experimentó un crecimiento total de la IED de un 78%, hasta los 50.000 millones de dólares. Los sectores más dinámicos fueron la agroindustria, la fabricación de automóviles, la electrónica, la tecnología de la información y los servicios financieros. En resumen, tras la recuperación de 2021 las inversiones internacionales afrontan en 2022 un panorama difícil y lleno de incertidumbres, marcado por el fuerte deterioro de las perspectivas económicas debido a múltiples factores. Será difícil que en 2022 no se registre un retroceso en los flujos de inversiones internacionales.


Imagen: Billetes de 100 euros y de 100 dólares colocados entre una variedad de billetes. Foto: Ibrahim Boran (@ibrahimboran).