La transición energética en Alemania, también conocida como Energiewende, está generando cambios fundamentales en su sistema energético mediante objetivos de corto, mediano y largo plazo. No están del todo claros los motivos de dicha transformación, a pesar de la existencia de numerosos estudios que apuntan a una gran variedad de razones como la asequibilidad, la dependencia energética, la preocupación medioambiental y la ética. Aún cuando todas estas razones tienen un papel importante, para entender este fenómeno en su totalidad es útil analizar dicha transición desde la perspectiva de los intereses industriales de Alemania.
Los acontecimientos actuales demuestran que el Energiewende se centra principalmente en la expansión a gran escala de las energías renovables, mientras que la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) y el consumo de energía parecen estar en un segundo plano (al menos, por ahora). A pesar que las emisiones de GEI se han reducido un 23,8% en 2013, comparado con 1990 (año base), alrededor de un 70% de esta reducción se llevó a cabo entre 1990 y 2000. Esto puede atribuirse a la reunificación alemana y al cierre de las antiguas centrales termoeléctricas de carbón, siendo llamativo que en 2012 y 2013 se experimentó un aumento en las emisiones de GEI. Para lograr el objetivo de la reducción de emisiones de GEI al 40% en 2020, Alemania necesitará más del doble de su tasa media anual de disminución del 1,18% (1990-2013) a 3,34% (2013-2020). Por su parte, el consumo de energía tiene un patrón similar, ya que sólo ha dismuido de forma marginal al compararlo con 2008 (año base), a pesar de la crisis financiera y de un crecimiento económico más lento en los años posteriores.
Esta fuerte concentración en la expansión de las energías renovables ha producido oportunidades y retos para la industria alemana, pero también vencedores y vencidos. Uno de los retos más importantes es el gasto que supone la transición energética. Para estimular la introducción de las energías renovables, en el año 2000 se comenzó a aplicar un cargo adicional a través de la Ley sobre Energías Renovables (Erneuerbare Energien Gesetz, EEG) que ha ido aumentando de forma muy significativa en los últimos años, y que actualmente constituye casi un 20% del precio minorista de la electricidad para una familia de tres personas. Las empresas intensivas en energía pueden recibir exenciones de pagos por este recargo, lo que las protege de un eventual aumento de sus costes de producción, mientras que los otros consumidores de electricidad deben pagar una cantidad mayor porque los costes totales deben ser cubiertos de alguna manera. Esto ha creado una tensión entre los consumidores domésticos y los industriales, entre los diferentes segmentos del sector industrial, y también fuera de sus fronteras porque Alemania ha sido acusada de competencia desleal.
A pesar de los retos, el Energiewende ha beneficiado a la industria alemana de muchas maneras. Gracias al merit order effect, los precios mayoristas de electricidad han disminuido constantemente durante los últimos años. Aunque esto ha supuesto pérdidas significantes para las empresas de servicio público como RWE y E.ON, las empresas intensivas en energía (que se benefician de las exenciones de la EEG) obtienen mayores ganancias, lo que repercute en el resto de la economía alemana a través las cadenas de suministro altamente integradas del país. Además, el incremento de la demanda de renovables producida por el Energiewende ha contribuido a la creación de una “industria verde”, que hoy en día es una de las más avanzadas del mundo, gracias a las políticas nacionales que han estimulado inversiones tanto en “nuevas tecnologías verdes”, como en la robusta industria manufacturera del país.
El gobierno alemán da preferencia a ciertos segmentos del sector industrial del país, mientras que protege (parcial o totalmente) a otros de las consecuencias desfavorables de la transición energética. La existencia de una fuerte conexión entre la política industrial y la política energética no es ninguna novedad en Alemania. Históricamente el gobierno ha promovido activamente el uso de carbón y la energía nuclear en el mix eléctrico, debido a su disponibilidad nacional y a la fuerte posición de la industria alemana en el sector nuclear. Estas experiencias sugieren que los actuales acontecimientos forman parte de una tradición de abordar la politica energética y la industrial al unísono. Por lo tanto, al hacer un análisis sobre los desarrollos pasados, presentes o futuros del Energiewende se deben tener en cuenta los diferentes intereses de la industria de Alemania.
Para mayor información: The Energiewende and Germany’s Industrial Policy, CIEP, November 2014.