¿Por qué tiene tanta importancia la sucesión en Corea del Norte?
Porque se trata de un país que constituye una amenaza nuclear. No tanto por su capacidad militar directa (se cree que Corea del Norte no es técnicamente capaz de colocar una cabeza nuclear en un misil) sino por el hecho de que puede generar proliferación tanto pasiva (otros países de la región, como Corea del Sur o Japón, pueden optar por dotarse de armamento nuclear) como activa (la transferencia de armas, conocimientos o materiales nucleares a otros Estados o a grupos terroristas). También porque es una amenaza militar convencional, como se vio en marzo de 2010 con el hundimiento de la fragata surcoreana Cheonan (46 marineros muertos) y en noviembre de 2010 con el bombardeo de la isla de Yeongpyeong (4 civiles muertos).
¿Qué hace de esta transición que sea peculiar?
Aunque continúa la dinastía iniciada con Kim Il-sung, a la muerte de éste en 1994 su sucesor, Kim Jong-il, tenía 53 años y llevaba 14 preparándose para tomar las riendas del país. En este caso el tercer hijo varón del “querido líder”, el “gran sucesor”, Kim Jong-un, tiene 29 años y fue nombrado sucesor en septiembre de 2010, es decir, carece de experiencia militar o política. Por tanto su poder real en el Ejército y en Partido de los Trabajadores puede ser bastante menor del que parece, pese a las manifestaciones públicas de adhesión inquebrantable que se han producido en los últimos días.
¿Qué escenarios están abiertos?
Cabe pensar en tres escenarios posibles. En primer término, el mantenimiento del statu quo de los últimos años (exceptuado 2010, que fue un año particularmente agresivo): retórica amenazante, negativa a volver a las conversaciones a seis bandas, pruebas de misiles, quizá alguna prueba nuclear, etc. En ese escenario Kim Jong-un se podría apoyar, hasta que se consolide su poder, en su tía paterna, Kim Kyong-hui, actualmente ministra de la industria ligera, y en su marido, Jang Song-taek, vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa. En segundo lugar, algún tipo de demostración de fuerza, contra Corea del Sur (como en 2010) o Japón, para poner de manifiesto la valentía del nuevo líder y ganar puntos en el Ejército y el Partido. Ese escenario elevaría la tensión en la zona y sería extremadamente peligroso. El tercer escenario sería el inicio de una reforma y apertura económicas al estilo chino, acompañadas quizá de una distensión con Corea del Sur y EEUU. Tal proceso se daría en el caso de que China pueda influir más y mejor en el sucesor que en Kim Jong-il o en el supuesto de que Kim Jong-un se haya dado cuenta que es necesario efectuar un cambio radical de rumbo.
¿Cuáles son las posibilidades de cada escenario?
Es difícil saberlo, pero, por el momento, todo parece indicar que el primer escenario (mantenimiento del statu quo) es el más probable, salvo sorpresa. El segundo escenario (una demostración de fuerza contra Corea del Sur o Japón) no es descartable y sería muy grave, especialmente tras lo ocurrido en marzo y noviembre de 2010. El tercer escenario es el más deseable para la comunidad internacional (incluida China), pero, lamentablemente, parece, hoy por hoy, poco probable.