Dos arzobispos católicos irlandeses, el primado Eamon Martin y Diarmuid Martin de Dublín, han considerado que el voto sobre la legalización del aborto refleja la pérdida de influencia de la Iglesia Católica en el país. Irlanda se normaliza respecto al conjunto de Europa Occidental. En 2003, en su última carta encíclica Ecclesia in Europa , el entonces Papa Juan Pablo II se refirió a “la descristianización de amplias zonas del continente europeo”. Sin embargo, en una entrevista en 2016, año en el que recibió el Premio Carlomagno, el Papa Francisco, argentino, habló de que las evocaciones de las raíces cristianas de Europa a menudo “toman connotaciones colonialistas”.
El peso de la religión puede ser, entre otras dimensiones, cuestión de creencias, identidad, práctica e instituciones. En general –pese a que no pocos países en la UE mantienen religiones cristianas oficiales, de Estado–, la religión ha perdido peso en Europa Occidental tanto en términos de creencias y de práctica religiosas como de instituciones. Menos en términos de identidad. Un nuevo informe del Centro Pew de EEUU sobre 15 países señala que la secularización ha avanzado en Europa Occidental, pero una mayoría de los ciudadanos se identifican como cristianos. Una mitad en diversos países se declara ni religiosa ni espiritual.
En Europa Occidental (Grecia, la más religiosa, no entra en esta categoría), Portugal (con el 83%), Italia e Irlanda (con el 80%) son los países con mayor identidad cristiana (el 66% en España). En el Reino Unido, donde una ceremonia religiosa como la reciente boda del príncipe Harry y Meghan Markle atrajo tanta atención y donde hay una religión oficial anglicana de la que la Reina Isabel II es “gobernadora suprema” (un título esencialmente simbólico), sólo un 18% de la población se declara practicante (es decir, van a una iglesia semanal o mensualmente), frente al 55% que no (en España hay un 21% de practicantes). Claras mayorías en toda la región, incluidos de cristianos, se declaran a favor del matrimonio homosexual y del aborto. Y, desde luego, de la separación entre religión y política.
Curiosamente, en esta región los cristianos no practicantes son más propensos que los adultos no afiliados a la religión a expresar opiniones positivas sobre las instituciones religiosas. Otro elemento de interés en esta encuesta: la identidad cristiana se asocia a mayores niveles de nacionalismo y sentimientos negativos hacia los inmigrantes, y las minorías religiosas, incluidos musulmanes –cuya presencia ha crecido– y judíos (actitudes correlacionadas entre sí).
Otro estudio anterior, sobre Europa del Este, demuestra que hay una clara división continental respecto a la religiosidad. En general (la gran excepción es la descreída República Checa) son más religiosos que los europeos occidentales. Incluso en Rusia, Vladimir Putin ha establecido una alianza con la Iglesia Ortodoxa. Según otro estudio del Centro Benedicto XVI, la proporción de los que se identifican como católicos entre los jóvenes de 16 a 29 años sólo es superior al 50% en Polonia, Lituania, Eslovenia, Irlanda y Portugal (estando la cifra en España en el 37%), aunque las estadísticas vaticanas apuntan a que el número de bautizados en Europa esté creciendo ligeramente.
Hay un excepcionalismo europeo occidental en materia religiosa. Un país que se diferenciaba de esta Europa en estos términos era EEUU. Sin embargo, las cosas han cambiado, aunque la derecha cristiana, evangélicos incluidos, tiene allí un indudable peso político. Frente a hace unos lustros, una cuarta parte de los estadounidenses (23%) se declaran hoy ateos, agnósticos o “nada en particular”, una cifra similar a la que se registra en Alemania y en el Reino Unido (el 30% en España).
En el mundo en general, sin embargo, la sociología de la religión refleja una realidad diferente. Otro estudio de 2017 de Pew refleja que el crecimiento del cristianismo se da esencialmente en el Sur Global, y especialmente en el África Subsahariana, que va a pasar de representar en la actualidad el 26% de los cristianos del mundo a un 42% en 2060, debido a la alta fertilidad en la región. En 2015 los cristianos formaban el grupo religioso más numeroso del mundo, con un 31% de la población global de 7.300 millones de personas, frente al 24% de musulmanes, el 16% de no creyentes, el 15% de hindúes y el 7% de budistas (si se puede calificar de religión al budismo).
El referéndum sobre el aborto en Irlanda –la “revolución tranquila” de la que habló el primer ministro Leo Varadkar– ha puesto de manifiesto otra cosa: la distancia con Irlanda del Norte. El Ulster, donde la religión pesa –aunque sea enfrentando a católicos y protestantes–, persiste como uno de los pocos territorios en Europa donde el aborto está prohibido, y marca una distancia entre estas dos Irlandas. Quizá lo ocurrido en la República sirva para cambiar las cosas en el Norte. O para demostrar que la separación es aún más compleja de lo que suele parecer.