La opinión pública española sobre la inmigración en contexto

Un buque de Salvamento Marítimo anclado en el puerto de Arguineguín, en el sur de Gran Canaria. Alejado a la derecha, se encuentra una unidad móvil de la Cruz Roja Española. Al fondo, un complejo de edificios turísticos con un malecón y detrás, unas colinas
Buque de Salvamento Marítimo en el puerto de Arguineguín, en el sur de Gran Canaria. Foto: Werner Bayer (Dominio público)

Los datos del Barómetro de septiembre del Centro de Investigaciones Sociológicas muestran que un 30% de los españoles menciona la inmigración entre los tres principales problemas del país, el primero más señalado.

Los Barómetros mensuales que publica el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) son un elemento muy relevante en la medición de la opinión pública española. En concreto, esa pregunta, que se mantiene de forma habitual en los Barómetros, es un termómetro que permite conocer en cada momento qué es lo que más preocupa a los españoles respecto a la situación del país. Se trata de una pregunta de respuesta espontánea (no sugerida) que recoge, por tanto, lo primero que viene a la mente de los entrevistados cuando piensan en problemas que afectan al país. El cuestionario permite recoger hasta tres respuestas, que se clasifican por orden de mención, y los datos publicados presentan las respuestas agrupadas por ese orden: primer problema mencionado, segundo, tercero, y total de veces en que ese problema es señalado por el conjunto de los entrevistados.

No es la primera vez que los datos muestran una posición preeminente de la inmigración en las respuestas a esta pregunta, aunque hace casi 20 años que este tema no resultaba ser el más mencionado. Si examinamos los datos de los Barómetros mensuales del CIS, en particular los referidos al mes de septiembre de cada año, vemos que la inmigración ha sido mencionada espontáneamente por al menos un 28% de los entrevistados como uno de los tres principales problemas del país en los años 2005 a 2010, con su mayor pico de frecuencias en 2006, cuando un 59% de los entrevistados la citó como uno de los principales problemas. Después de eso, durante toda la década y media siguiente, es decir, desde 2010 hasta ahora, la inmigración ha ocupado un lugar mucho menor, mencionada por menos del 10% o incluso del 5% en la mayoría de los Barómetros de septiembre de ese periodo, con la excepción de los años 2018 y 2019, cuando llegó al 16%.

En la Figura siguiente se muestra esa evolución. En él la inmigración aparece junto con los cinco problemas que han focalizado la preocupación de los españoles, tal y como son recogidos por el total de respuestas de los Barómetros del mes de septiembre de cada año (es decir, problemas citados como el primer, segundo o tercero más importante del país). Se recogen aquí los cuatro problemas que han sido más mencionados, los que ocupan los primeros puestos en función del porcentaje de menciones que reciben.

Para facilitar la legibilidad de la Figura se han excluido los datos referidos al problema del terrorismo y el de la vivienda, ambos muy citados en los Barómetros de septiembre entre el 2005 y el 2009, para luego caer. En el caso del terrorismo, sólo en 2017, después de los atentados de Barcelona y Cambrils de ese verano, la preocupación volvió a subir hasta llegar al 16%, para pasar después a ser mencionado de modo insignificante (menos del 1% de respuestas en los últimos años).

El contexto de la pregunta

En el Barómetro de septiembre de este año, a diferencia de los anteriores, la pregunta de respuesta espontánea sobre los principales problemas del país aparece después de una batería de preguntas sobre desigualdades en el mundo y, en concreto, ésta: “¿Cree Ud. que las desigualdades existentes entre los países pobres y los países ricos son una de las causas que explican el aumento de la población inmigrante en países como España?”. Es habitual que el CIS sitúe preguntas de tipo sociodemográfico (edad, sexo…) o sobre aspectos de la realidad social o política, antes de la pregunta de respuesta espontánea sobre los problemas del país. En este caso, la inclusión de una pregunta sobre inmigración puede haber tenido un efecto de arrastre o de contaminación sobre la pregunta posterior, que debería ser de respuesta espontánea, haciendo que este tema, la inmigración, esté ya presente en la mente del entrevistado cuando se le pregunta por los principales problemas del país. En consecuencia, la espontaneidad que busca esta pregunta queda disminuida por su colocación en el cuestionario después de esa otra pregunta sobre inmigración.

Por otra parte, hay que indicar que esta pregunta exige siempre al entrevistado decidir qué tres problemas señalar como los más importantes para el país, es decir, no le permite indicar todos los que cree que existen, le obliga a priorizar, por lo que el contexto temporal es básico para interpretar los resultados. La preocupación por la inmigración que detecta esta pregunta aumenta o disminuye en función del mes del año y de las circunstancias del contexto económico y político: si la situación económica mejora la preocupación por ella disminuye y eso permite a otros temas, como el de la inmigración, ganar puestos en el ranking de prioridades. En sentido contrario, una crisis sanitaria y económica tan grave como la provocada por el COVID-19 convierte en secundarios muchos otros elementos. Respecto a los meses, en el verano tienen lugar diferentes hechos que dan visibilidad a las migraciones. Durante el periodo estival se produce una mayor atención mediática a las migraciones, relacionada con la ausencia de noticias de otros ámbitos como el político, legislativo, judicial e incluso el deportivo. En todos esos ámbitos, el mes de agosto es un mes de vacaciones por antonomasia y la falta de actividad implica la falta de noticias sobre esos temas. Por otra parte, el verano es una época de buen tiempo en determinadas zonas marítimas que unen la Unión Europa (UE) con otras regiones y en esos meses y los primeros del otoño se concentra la llegada de embarcaciones que tratan de llegar a Europa por el Mediterráneo y también por el Atlántico desde África hacia las islas Canarias.

En definitiva, los datos que produce esta pregunta del CIS no pueden interpretarse sin tener en cuenta el contexto, tanto de la colocación de la pregunta en el cuestionario, como de la actualidad política y económica de cada momento.

El significado de la preocupación

El dato de que la inmigración sea una preocupación muy importante para un 30% de los españoles no nos dice mucho sobre cuál es la naturaleza de esa preocupación. ¿Puede interpretarse este dato como un síntoma de rechazo a la inmigración? Difícilmente puede sostenerse esa interpretación, puesto que desde el 2007 la inmigración no se sitúa en los primeros puestos de la preocupación de los españoles, tal y como se detecta en los sucesivos Barómetros del CIS y ello a pesar de que en este periodo España ha recibido cuatro millones de migrantes y éstos suponen ya el 18% de la población española. Por tanto, no es la inmigración en sí la que causa estos picos de inquietud, sino algo diferente.

Los datos históricos del CIS muestran que la inmigración sólo ha pasado a figurar entre los tres primeros lugares en el ranking de preocupaciones de los españoles cuando se han producido cifras excepcionalmente altas de llegadas de inmigrantes irregulares por vía marítima o terrestre y/o cuando este tema ha pasado a ser central en la competencia partidista.

La llegadas de grandes cifras de inmigrantes en pateras, cayucos, a nado o saltando las vallas de Ceuta o Melilla provocan “alarma social” por diferentes razones: son ampliamente cubiertas por los medios de comunicación, que transmiten abundantes imágenes de su llegada o acogida (y que informan también de los numerosos casos de naufragios y muertes en la travesía); causan la impresión de vulnerabilidad de las fronteras estatales, que se muestran abiertas a las llegadas de los que desean entrar; provocan sentimientos encontrados en los que se mezcla la preocupación por la suerte de esas personas migrantes, especialmente de los más débiles, con el temor a que su número sea excesivo… El resultado es que las menciones espontáneas a la inmigración, como uno de los tres principales problemas del país, tienden a subir en los meses de verano y otoño, en los que se producen más llegadas de ese tipo, y suele ser el Barómetro del CIS de septiembre u octubre el que detecta ese pico.

Por tanto, la preocupación por la inmigración que recoge esa pregunta del CIS no parece estar motivada de modo directo por la inmigración que ya habita en el país, y que en más de un 90% ha llegado de modo regular, aunque a menudo su estancia se haya convertido después en irregular, sino por la gran visibilidad de las entradas de cayucos. Por señalar los datos más recientes, en el año 2023 el número de inmigrantes que habitan en España creció en 664.000 personas según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero el total de inmigrantes que entraron de modo irregular por vía marítima o terrestre fue de 56.000; es decir, representaron sólo un 8% del total de entradas.

Desde 2020, el número de inmigrantes llegados de modo irregular a Canarias ha sido importante cada año (23.000 en 2020, 22.000 en 2021, 16.000 en 2022 y 40.000 en 2023) y el porcentaje de respuestas que mencionan la inmigración como uno de los principales problemas del país ha ido aumentando en este periodo. Así, en el Barómetro del CIS nº 3.427 de noviembre de 2023, cuando ya habían llegado a Canarias en los meses previos 31.000 inmigrantes irregulares, la inmigración pasó a ocupar el 5º puesto y se mencionaba por un 14% de los entrevistados.

El salto desde ese 14 al 30% actual está relacionado con el aumento sustancial de esas llegadas irregulares (hasta el 31 de agosto de este año ya habían llegado a Canarias 25.000 inmigrantes, más del doble que en el mismo periodo del año anterior) y también con la extraordinaria politización que ha adquirido el tema migratorio en España recientemente y de modo especial en lo relativo a la atención a los Menores Extranjeros No Acompañados (MENAS). La acogida de los menores no acompañados se ha convertido en campo de conflicto entre los dos principales partidos de la derecha –hasta el punto de haber roto su alianza al frente de varias Comunidades Autónomas– y uno muy notorio en la competencia entre la oposición y el gobierno. Esta presencia continua de la migración en el discurso político le da mucha mayor visibilidad y produce un efecto extra de alarma en la opinión pública.  

El efecto de la politización sobre la opinión pública se refleja en la diferente intensidad de la alarma en función de la afinidad partidista de los individuos. Como muestran los datos más recientes del CIS, entre los votantes de Vox el 58% señala la inmigración como uno de los tres principales problemas del país, frente al 13% de los votantes de Sumar. Como suele ocurrir históricamente y en todos los países occidentales, también en España la consideración de la inmigración como un motivo de preocupación es significativamente mayor entre los votantes de derechas (Junts, PNV, PP, Vox) que entre los de izquierda. Pero hay que señalar que incluso entre los votantes del PSOE la inmigración aparece como el problema más mencionado, señalado por un 24%.

En cualquier caso, el dato más reciente, ese 30% de ciudadanos que mencionan espontáneamente la inmigración como uno de los tres principales problemas que tiene el país, está lejos de los niveles que se alcanzaron a principios de siglo y especialmente tras las crisis de 2006, en un año en que llegaron 32.000 inmigrantes a Canarias, y cuando, como se ha dicho, un 59% de los entrevistados mencionaba la inmigración como uno de los tres principales problemas del país. Por tanto, en términos históricos, la alarma que causa la inmigración irregular ha disminuido, aunque esta evolución no puede interpretarse sin tener en cuenta cuales son los otros problemas que se sitúan en cada momento a la cabeza de los motivos de preocupación para los españoles.