Con las estadísticas de comercio exterior disponibles para el año 2014, es hora de analizar su evolución. Han sido publicados numerosos comentarios sobre la evolución de las exportaciones, importaciones, el saldo comercial, la contribución del sector exterior al crecimiento, etc.
Pero hay algunos datos muy interesantes que han recibido menos atención. La valiosa publicación estadística de ICEX “Perfil de la empresa exportadora española” ofrece, por ejemplo, información acerca de lo que puede considerarse una de las características “estructurales” más significativas de las empresas exportadoras españolas: su dualidad.
Por dualidad nos referimos a la coexistencia de una amplia masa de empresas que exportan muy poco y de forma irregular, junto a un grupo, mucho más reducido, de empresas que exportan de forma regular y que concentran el grueso de la exportación.
Un buen de dato que nos ha ofrecido 2014 es que se mantiene la tendencia que ya se apuntó en 2013, y es que aumenta el número de empresas exportadoras regulares, que se definen como empresas que han exportado en los últimos cuatro años consecutivos.
De las 147.731 empresas que exportaron en 2014, sólo 45.842 son exportadoras regulares. Ahora bien, suponen un notable aumento respecto a 2013 (41.168), que a su vez supusieron otro aumento respecto a 2012 (38.373). En los dos últimos años, por tanto, el número de exportadores regulares ha aumentado en cerca del 20%.
Se ha invertido así una tendencia, ya que en los años anteriores a 2012 no había aumentado el número de empresas exportadoras regulares; de hecho, entre 2009 y 2012 se había producido una pequeña disminución.
La evolución de estos dos últimos años puede ser muy considerada muy positiva cara al objetivo de ampliar la base exportadora de la economía española. Esperemos que esta tendencia al incremento del número de empresas exportadoras regulares se mantenga en 2015 y próximos años.
Para comprender la importancia –cuantitativa- de esa masa de empresas que exportan poco y de forma esporádica basta tener en cuenta que más de la mitad de las empresas exportadoras de 2014 (en concreto 77.786) exportaron menos de 5.000 euros, una cifra insignificante. Las empresas que exportaron entre 5.000 y 25.000 euros fueron a su vez 23.408.
Es decir, algo más de los dos tercios de las empresas exportadoras en 2014 no llegaron a exportar 25.000 euros, con una cifra total de exportación insignificante en relación con el total de la exportación española. Nominalmente son empresas exportadoras, pero su relevancia económica es casi nula. De ahí que la cifra, que se menciona con frecuencia en los medios, de casi 150.000 empresas exportadoras en 2014, pueda ser considerada un tanto engañosa.
La actividad exportadora de este tipo de empresas es además muy irregular. En 2014 hubo 76.520 empresas que interrumpieron su actividad exportadora (empresas que habían exportado en 2013 pero no lo han hecho en 2014).
El otro lado de la moneda lo tenemos en la fuerte concentración de la exportación en un número muy reducido de empresas. En 2014, el número de empresas cuyo volumen de exportación fue superior a los 250 millones de euros fue de 101. Este centenar de empresas es responsable del 40,9% del total de la exportación española.
Entre 50 y 250 millones de euros de exportación tenemos 488 empresas, que representaron el 20,3% del total de la exportación española. En suma, 589 empresas fueron responsables de un 61,2% de la exportación total española.
Respecto a la concentración, no ha habido una modificación sustancial en los últimos años. Así, las 500 primeras empresas exportadoras representaron un 59% del total de la exportación en 2011, un porcentaje que incluso ha aumentado ligeramente (hasta 59,2) en 2014.
Detrás de estos hechos se encuentra la relevancia que tiene el tamaño como condicionante de la actividad exportadora de las empresas y, previamente, como condicionante de su competitividad y disponibilidad de recursos para financiar una actividad internacional (sobre el tema puede verse mi reciente análisis en el Real Instituto Elcano “Ocho cuestiones clave para la internacionalización de la empresa”).
¿Qué conclusiones básicas cabe extraer de estos datos? Yo destacaría dos. Por un lado, la necesidad de valorar con prudencia los datos globales sobre exportación y empresas exportadoras. Las cifras globales son engañosas. Como hemos visto, cerca de los dos tercios de las empresas que figuran en las estadísticas como exportadoras realizan una actividad de exportación esporádica y marginal.
En segundo lugar, la tendencia de los dos últimos años de aumento de las empresas exportadoras regulares es un dato muy positivo. Marca el camino para la ampliación de la base exportadora de la economía española. En mi opinión esta tendencia se mantendrá en los próximos años, por un motivo sencillo: las empresas españolas, o buena parte de ellas, han comprendido y asumido que la exportación es una actividad vital para su desarrollo, y en muchos casos para su supervivencia. La crisis de los últimos años ha puesto claramente de relieve que han sido las empresas que estaban internacionalizadas las que han podido afrontar mejor las consecuencias de la caída del mercado interno.