¿Cómo ha evolucionado la población egipcia?
La población egipcia se ha multiplicado por 8 desde 1900, pasando de 10 millones a comienzos del siglo a 80 millones en la actualidad. Este enorme crecimiento se debe a la reducción de la mortalidad, especialmente en la infancia, junto a una natalidad muy alta a lo largo del siglo. El resultado ha sido un crecimiento de la población superior al aumento de la riqueza del país, con su consecuencia sobre el aumento de la pobreza y el subempleo. La quinta parte de los egipcios viven con menos de un dólar al día. Se trata de una población muy joven: el 30% tiene menos de 15 años y los que están entre 15 y 29 años (los principales protagonistas de las protestas) suponen otro 28%. En el extremo contrario, sólo el 6% de los egipcios tiene más de 65 años. Este crecimiento de la población egipcia es la principal amenaza a su bienestar.
¿Qué efecto tiene esta evolución sobre el mercado de trabajo?
La población en edad de trabajar, en continúo crecimiento, es ahora de unos 50 millones de personas y las proyecciones demográficas la sitúan en 59 millones en el 2020. De ellos son activos efectivamente (es decir, trabajan o buscan trabajo), el 75% de los hombres y el 25% de las mujeres. No existen datos fiables sobre desempleo porque la mayor parte del empleo es informal (alrededor del 60%) y buena parte de los empleados son en realidad subempleados con actividad y salario muy bajos. Cada año se incorporan por primera vez al mercado de trabajo unos 650.000 jóvenes, pero sólo se crean puestos de trabajo suficientes para cubrir dos terceras partes de esta demanda. Las nuevas generaciones que acceden al mercado de trabajo están mucho más formadas que las anteriores. En los años ochenta, el 40% de los jóvenes comenzaban a trabajar sin haber acabado la educación primaria; ahora el 70% tiene al menos la secundaria. Sin embargo, gran parte de los puestos de trabajo que se ofrecen en el país no requieren esos mayores niveles de formación y este desajuste provoca fuerte insatisfacción entre los jóvenes. Desde los años setenta la emigración ha sido una válvula de escape importante para los jóvenes, tanto para los más educados como para los menos cualificados. Alrededor de 6 millones de egipcios residen y trabajan fuera, la gran mayoría de ellos (5`5 millones) en otros países árabes, sobre todo en el Golfo Pérsico. Allí encuentran una creciente competencia laboral procedente de los inmigrantes asiáticos dispuestos a aceptar salarios menores.
¿Qué ocurrirá en los próximos años?
El Estado egipcio ha desarrollado planes para la reducción de la natalidad que han logrado un descenso de la tasa de fertilidad desde los 6 hijos por mujer a principios de los años ochenta hasta los 3 hijos por mujer del presente. Pero la estructura de población actual es tan joven que, pese a esa reducción de la natalidad, el tamaño total de la población seguirá aumentando de forma importante durante décadas. También el nivel educativo aumentará: si en la actualidad el 44% de los hombres y el 61% de las mujeres son analfabetos, la extensión del sistema educativo y la mayor formación de las nuevas generaciones irá convirtiendo en minoría a los analfabetos. El mayor nivel educativo es un factor favorable a la democratización pero si no va acompañado de la creación de puestos de trabajo en número y calidad suficiente puede convertirse en un elemento de tensión e inestabilidad.