El pasado diciembre, la ciudad china de Wuzhen acogió la Conferencia Mundial de Internet (WIC, por sus siglas en inglés), un evento organizado desde 2014 por la Administración del Ciberespacio de China (CAC) que congregó a cerca de dos mil representantes procedentes de un centenar de países. Entre los asistentes se hallaban ilustres invitados como el primer ministro ruso Dmitri Medvédev, el presidente de Pakistán Mamnoon Hussain o los vicepresidentes de Apple, IBM o Microsoft. Paradójicamente, no participó ningún representante oficial de la alianza Five Eyes, compuesta por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
El discurso inaugural de la WIC corrió a cargo del presidente chino Xi Jinping, quien subrayó la importancia estratégica que tiene la seguridad del ciberespacio para el desarrollo socio-económico chino. Además, compartió con los asistentes la visión que tiene su gobierno sobre el futuro del ciberespacio, centrando su discurso en tres áreas fundamentales: gobernanza del ciberespacio, ciberseguridad y ciber-soberanía.
En relación a la primera, el presidente chino abogó por un ciberespacio regulado. No obstante, advirtió que sus reglas de gobernanza deberían ser consensuadas por la comunidad internacional y no impuestas por un solo actor, en clara alusión a Washington. Esta misma idea fue defendida por Lu Wei, “ciberzar” chino y director del CAC, durante el discurso de clausura del WIC.
En materia de ciberseguridad, el presidente chino expuso la necesidad de evitar la militarización del ciberespacio, e instó a la comunidad internacional a mantener un “comportamiento civilizado” en este dominio. Asimismo, realizó un llamamiento a la comunidad internacional para implementar los mecanismos necesarios para luchar de manera efectiva contra el cibercrimen. En este sentido, puso como ejemplo los recientes acuerdos alcanzados en materia de ciberseguridad con Estados Unidos.
Finalmente, en materia de ciber-soberanía, Xi subrayó que:
“el principio de la igualdad soberana consagrado en la Carta de las Naciones Unidas es una de las normas básicas en las Relaciones Internacionales contemporáneas. Cubre todos los aspectos de las relaciones entre estados, incluyendo también el ciberespacio”.
Además, concluyó su discurso sentenciando que “se debe respetar el derecho de cada país a elegir de forma independiente el modo en el que quiere desarrollar su ciberespacio específico, su modelo de regulación cibernética y garantizar una participación igualitaria en la gobernanza ciberespacio internacional”.
Con el objetivo de garantizar la continuidad de WIC, el gobierno chino ha constituido un comité asesor de alto nivel copresidido por Fadi Chehade, director ejecutivo de la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN, por sus siglas en inglés), y Jack Ma, fundador del gigante chino de Internet Alibaba, al que en las próximas fechas se unirán una treintena de reconocidos expertos mundiales en el ámbito de Internet.
En definitiva, la WIC es una muestra más de que el ciberespacio se ha convertido, desde hace varios años, en un factor estratégico prioritario para las principales potencias mundiales. Sin embargo, todavía quedan gobiernos que obvian el valor que posee esta dimensión para ejercer poder, y condenan a sus Estados a la insignificancia cibernética, y con ello a la irrelevancia política y socioeconómica.