¿Pueden los acontecimientos en el Norte de África marcar la agenda internacional de desarrollo?
Sí, porque la agenda de desarrollo suele estar marcada, en parte, por acontecimientos históricos (historico-políticos, historico-económicos) y porque, además, a pocos años del plazo que había establecido la comunidad internacional para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el logro de avances sustanciales en materia social está en entredicho.
En un Q&A anterior (Implicaciones de los acontecimientos del Norte de África para la agenda internacional en materia de cooperación al desarrollo (I)), se señalaban las posibles implicaciones para la agenda en materia sectorial. Cabe ahora preguntarse si también puede haber implicaciones desde el punto de vista de la asignación geográfica de la ayuda.
¿Por qué tendrían estos cambios implicaciones para la asignación internacional de la ayuda al desarrollo?
Porque previsiblemente la ayuda a la región, sobre todo la europea, aumentará en el corto plazo. Y esto en un contexto de fuertes restricciones fiscales que han tenido importantes consecuencias para los presupuestos de ayuda al desarrollo de los principales donantes. En definitiva, el aumento proporcional –en relación a otras regiones como América Latina o África Subsahariana– de ayuda a la región puede ser importante.
¿Y qué implica para la agenda política?
Esta región está formada, sobre todo, de países de renta media (PRM).
La categorización de países por nivel de renta es una práctica ampliamente aceptada en la comunidad internacional de donantes. La elaborada por el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (CAD) define los PRM como los países que registraban en 2007 una renta per cápita superior a 936 e inferior a 11.455 dólares. Con un abanico así, forman parte del grupo casi un centenar de países con características económicas y niveles, procesos y modelos de desarrollo tan dispares como China, Camerún, Croacia o Libia.
Según la agenda actual, los esfuerzos de los donantes deberían concentrarse en los países menos adelantados (PMA) o en los países de renta baja (PRB), con el principal argumento de que los PRM pueden tener más un problema de distribución de la renta –lo que llevaría a una cuestión interna de voluntad política por parte del país receptor para un desarrollo inclusivo– que de crecimiento o nivel de renta –lo que justificaría en mayor medida el apoyo exterior–.
Si se produce un aumento relativo de la ayuda al desarrollo al Norte de África por parte de un amplio grupo de donantes, quizás esto termine afectando no sólo al hecho sino también al discurso político sobre la asignación geográfica de la ayuda.
En esto también influirá el debate entre los socios europeos sobre las políticas de vecindad.