Entre 2009 y 2013 las adjudicaciones a empresas españolas en contratos de los cuatro grandes bancos multilaterales de desarrollo se han multiplicado por ocho. Dentro del gran avance que ha experimentado la internacionalización de la empresa española en los últimos años, hay una vertiente que ha pasado bastante desapercibida: el mercado multilateral, es decir, el mercado generado por los suministros, obras, servicios, que financian los organismos internacionales. En los últimos años, la participación de la empresa española en el mercado multilateral ha registrado un crecimiento espectacular.
Hasta hace poco tiempo era frecuente escuchar lamentos sobre la escasa “tasa de retorno” de España en el mercado multilateral. La tasa de retorno mide el importe de los contratos que obtienen empresas españolas en relación con las contribuciones que España realiza a los organismos multilaterales. Efectivamente, las estimaciones de hace algunos años mostraban que la participación obtenida por las empresas españolas era sensiblemente inferior a la cifra que nuestro país gastaba en contribuciones a dichos organismos.
El panorama ha cambiado de forma radical en apenas unos años, como muestra el interesante artículo de Santiago Fernández Díez-Picazo publicado recientemente en el Boletín Económico de ICE. Fernández Díez-Picazo ha realizado un cálculo de las adjudicaciones a empresas españolas entre 2009 y 2013 en cuatro grandes bancos multilaterales de desarrollo: Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial, Banco Asiático de Desarrollo y Banco Africano de Desarrollo. Como puede verse en el cuadro básico (que muestra la evolución de estas adjudicaciones), en sólo cuatro años, entre 2009 y 2013, el importe de las adjudicaciones a empresas españolas se multiplica por varias veces en todos los casos. En el caso del Banco Africano de Desarrollo, de hecho, pasan de 0 en 2009 a 111 millones en 2013. En el caso del Banco Mundial, las adjudicaciones se multiplican por 12, pasando de 62 a 799 millones de dólares. En el caso del Banco Asiático de Desarrollo, que siempre fue considerado un banco “difícil” para las empresas españolas (por la lejanía geográfica), las adjudicaciones se multiplican por 11 entre 2009 y 2012 (de 45 a 517 millones de dólares) –aunque luego registran un descenso en 2013.
En la segunda parte del cuadro podemos ver las cifras que reflejarían la tasa de retorno, al recoger el porcentaje que suponen las adjudicaciones a empresas españolas en relación con las adjudicaciones totales de los bancos, y compararlas con el porcentaje de participación de España en el capital de éstos. Vemos que efectivamente, en 2009, el porcentaje que representaban las adjudicaciones a empresas españolas sobre el total de adjudicaciones de los bancos eran sensiblemente inferiores al porcentaje de participación que España tenía en su capital.
El cuadro muestra cómo ha cambiado la situación en sólo cuatro años. El BID es el banco multilateral en el que las empresas españolas obtienen un mayor porcentaje de sus adjudicaciones: el 11,77% en 2013, frente a una participación en el capital del 1,97%. El banco en el que la tasa de retorno es mayor es precisamente el Banco Asiático de Desarrollo: el porcentaje de adjudicaciones obtenido (4,79%) es nada menos que 14 veces superior al porcentaje de capital del banco que tiene España (el 0,34%).
El mercado multilateral ofrece grandes atractivos para las empresas. En primer lugar, los proyectos multilaterales tienen un alto grado de seguridad de ser ejecutados. Una de las “pesadillas” de las empresas de ingeniería, construcción, consultoría, es seguir proyectos –con un considerable gasto, ya que los grandes proyectos tienen largos periodos de maduración, consumen elevados recursos en la preparación de ofertas y en los procesos de negociación, etc.– que luego no se llegan a ejecutar. Múltiples motivos pueden dar lugar a la cancelación de un proyecto: un cambio de gobierno (con el nuevo gobierno anulando planes de inversión del anterior), la falta de financiación, la no obtención de las autorizaciones precisas, etc.
En las obras, servicios, suministros financiados por los organismos multilaterales, cuando éstos salen a concurso, ya han sido estudiados y evaluados por el banco. Puede suceder que aún así el proyecto se cancele posteriormente, pero es poco frecuente. Además, estos proyectos tienen la financiación asegurada –que procede del organismo internacional– y no existe en principio un riesgo de impago.
El mercado multilateral es también una fuente de prestigio. Es un mercado muy competitivo, y las empresas que tienen éxito en él están demostrando su capacidad y competitividad. Ganar contratos multilaterales es obtener referencias muy valiosas.
El mercado multilateral también tiene sus inconvenientes. El más importante es probablemente que, debido a su alto grado de competencia, los márgenes con los que se obtienen los contratos son ajustados, y obligan a las empresas a realizar un gran esfuerzo para optimizar la ejecución del contrato. En ocasiones, los procedimientos de adjudicación también pueden ser un tanto burocráticos y lentos, pero los organismos internacionales están realizando en los últimos años un gran esfuerzo para agilizar su funcionamiento.
En todo caso, el gran avance de la empresa española en el mercado multilateral, que se ha debido a su esfuerzo y su competitividad, es una excelente noticia para la internacionalización de la economía española.