Desde su ruptura efectiva con la franquicia de al-Qaeda en Siria, Jabat Al Nusra (JN), en abril de 2013, el actualmente autodenominado Estado Islámico (EI) ha protagonizado una campaña que le ha llevado a, en algo más de un año, y gracias tanto a la instauración del Califato en territorio iraquí, como a una audaz estrategia de propaganda a través de redes sociales que ha atraído a miles de jóvenes occidentales a sus filas, devolver al terrorismo global a los ranking de principales amenazas externas percibidas por los ciudadanos de los países occidentales a su seguridad, tras unos años en que, tras la desaparición de Osama Bin Laden en 2011 y la eclosión de las llamadas Primaveras árabes, su relevancia había mermado.
Si en noviembre de 2003 el terrorismo global –entonces definido como aquel vinculado a al-Qaeda– era advertido en España como una amenaza «muy importante» por siete de cada diez (70% ) de los ciudadanos encuestados, según datos del Barómetro del Real Instituto Elcano (BRIE), a finales de 2011, pocos meses después de la muerte de su carismático líder, eran menos de tres de cada diez (27,6%) quienes todavía lo consideraban una amenaza de dicha magnitud.
Más recientemente, tras los fallidos procesos de cambio político en el norte de África y Oriente Medio (Egipto, Libia o Siria) y en paralelo a la emergencia de nuevos conflictos (como la guerra civil en este último), la tendencia volvió a invertirse, de forma que, en noviembre de 2012, siempre según el Barómetro del Real Instituto Elcano (BRIE), el 83,2% de los entrevistados lo interpretaba como una amenaza «extremadamente importante» para los intereses vitales de nuestro país. Y, de hecho, en la última oleada del mismo, publicada en Mayo de este mismo año, el porcentaje alcanzaba el 84%.
En este renovado panorama, marcado por la irrupción del EI como actor fundamental del terrorismo global, nos preguntamos ¿en qué medida consideran los españoles a esta nueva rama del entramado del terrorismo global una amenaza para nuestros intereses? En una encuesta realizada a través de Internet por el mismo Instituto Elcano durante los pasados 16 y 17 de septiembre en todo el territorio nacional, el 78,5% de los preguntados valoraron con una nota media de 6,9 –en una escala de 0 a 10– el grado de amenaza que EI representa hoy para España y sus intereses. Una percepción que coincide grosso modo con los datos de diversas encuestas llevadas a cabo en EEUU, donde, según datos de un sondeo encargado por NBC y The Wall Street Journal, realizado en las misma fechas que la encuesta flash del Real Instituto Elcano, el 61% de los norteamericanos está de acuerdo con que «la acción militar contra EI es de interés nacional».
Ahora, ¿significa esto que los españoles apoyan la participación de nuestro país en la coalición internacional surgida de la última Cumbre de la OTAN celebrada en Newport (Gales)? Pues bien, el 45% de los ciudadanos de nuestro país secunda la participación española en las operaciones militares de dicha coalición, frente al 55% que se opone a intervenir en ellas. En comparación, en los casos de Estados Unidos y Reino Unido, el porcentaje de apoyo popular a las operaciones militares contra EI es superior al español, situándose entre el 60 y el 70%, según distintas encuestas y el momento en que se realizaron, antes o después de las decapitaciones de ciudadanos de ambas nacionalidades.
Es cierto que, hasta el momento, España no ha sido objeto de ninguna agresión directa por parte del EI, si bien no debemos olvidar, por una parte, que entorno a unos 60 ciudadanos de nacionalidad española se habrían desplazado a Siria e Irak para unirse a su lucha, lo cual a medio plazo sí podría suponer una grave amenaza directa para nuestro país. Eso sin olvidar la creciente influencia del Estado Islámico en el Sahel, así como las recurrentes reivindicaciones por parte este y otros grupos yihadistas del histórico territorio de Al Andalus como parte del Califato. Y, por otra parte, que tal vez en la respuesta de los españoles pese el recuerdo de la intervención en la guerra de Irak de 2003.
El pasado viernes 10 de octubre el Gobierno desveló la forma en que nuestro país contribuirá finalmente a la mencionada coalición internacional: España enviará un contingente militar compuesto por unos 300 efectivos con el objetivo de formar al ejército iraquí para hacer frente a la amenaza yihadista, lo que en ningún caso incluirá participar en bombardeos o futuras acciones sobre el terreno. La subsiguiente pregunta debería ser, por tanto, ¿cómo valoran los ciudadanos españoles dicha aportación limitada?