“La vida sin cultura es mera supervivencia”, dice la Declaración de Cáceres firmada por los ministros europeos de cultura en septiembre de 2023, en línea con la Declaración de la Mondiacult 2022 que reconocía la cultura como un Bien Público Global y pedía al Secretario de Naciones Unidas que la integrara “como objetivo específico en sí mismo en la agenda para el desarrollo más allá de 2030”, lo que comenzará a discutirse en septiembre de 2024, en la Cumbre del Futuro convocada por el SG de Naciones Unidas en su informe “Nuestra agenda común”.
España ha presentado a UNESCO su candidatura para organizar en 2025 la próxima edición de esta conferencia mundial de cultura. Y quizá por ello, parte de la agenda cultural inmediata de España pasa por el impulso a una Ley de Derechos Culturales –con la que cuentan ya la Comunidad Foral Navarra o Canarias– que extienda el derecho a la cultura a todos los territorios y personas, particularmente en las zonas rurales y más pobres; junto a esa ley marco, la recién conformada administración española tiene que gestionar varias medidas pendientes del abrupto final de la pasada legislatura, como el Estatuto del Artista (que la Presidencia española del Consejo ha dejado sobre la mesa para elevarlo también al plano europeo), de Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual, la recurrente revisión del marco del mecenazgo o la reforma del INAEM.
El paso de España por la Presidencia del Consejo ha dejado también avanzada la negociación del Reglamento de la Ley Europea de Libertad de los Medios de Comunicación (LELMC o EMFA) con la que la Unión Europea pretende consolidar este sector estratégico y contribuir a la lucha contra la desinformación en el marco del Plan de Acción para la Democracia Europea, precisamente el año en que se celebrará el primer siglo de vida de la radio en España, con el comienzo de las emisiones de Radio Barcelona.
Aprovechando el 125 aniversario de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) –que desarrollará por ello una intensa agenda de eventos– el Instituto Cervantes llevará a los autores más relevantes de la dramaturgia contemporánea española a sus centros de todo el mundo, a los que en 2024 se unirán los de Seúl (República de Corea) y Toronto (Canadá, en proceso) y las nuevas extensiones en Birmingham (Reino Unido), Melbourne (Australia), Ankara (Turquía) y Charlottesville (Virginia, Estados Unidos).
El español, en este caso en la ciencia, tendrá su presencia en la 29ª Cumbre Iberoamericana que se celebra en noviembre en Ecuador, en especial después de que la Cumbre de Santo Domingo reafirmara los compromisos con la “ciencia abierta, diplomacia científica y promoción del español y del portugués como lenguas de comunicación científica”.
En el ámbito internacional, España tiene que cerrar su participación en la Exposición Internacional “Diseñando la Sociedad del Futuro para Nuestras Vidas” que se celebrará en Osaka (Japón) entre abril y octubre de 2025, y cuyo pabellón español está a cargo de los estudios de arquitectura y diseño Néstor Montenegro, Smart and Green Design y Enorme Studio (que ya tuvo a cargo el exitoso pabellón de España en Frankfurt). Unos meses antes, en la primera semana de diciembre de 2024, España podrá revivir la proyección literaria y editorial de la pasada feria de Frankfurt de 2022 en la 38ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde será el país invitado este año –veinticuatro años después de su última participación como invitado– con el nicaragüense Sergio Ramírez al cargo de la programación literaria.
El tema más delicado del año para España será, previsiblemente, la gestión de la solicitud por Colombia de la devolución de las 122 piezas del tesoro de los quimbayas regaladas en 1893 por el entonces Presidente colombiano Carlos Holguín a la Corona española y que se exponen en el Museo de América de Madrid, tras la decisión en 2017 de la Corte Constitucional colombiana de reclamar su restitución y en un contexto bilateral en el que se mantiene la disputa de los dos países por el galeón San José tras su descubrimiento en 2015. Hace cien años, cuando nacían Fernando Zóbel (1924-1984) o Eduardo Chillida (1924-2002), París celebraba sus primeros Juegos Olímpicos de verano. Por ello, el principal evento del extenso campo del poder suave en el mundo será la celebración, un siglo después, de unos Juegos Olímpicos de verano en París. A pesar de las diversas crisis de credibilidad que ha enfrentado el movimiento olímpico –aunque no con la misma intensidad que otras organizaciones deportivas internacionales– y la disminución del apoyo de los franceses a los juegos, más de diez mil atletas de 206 países convertirán a París en el epicentro del deporte mundial entre el 26 de julio y el 11 de agosto de este año.
Este texto forma parte del policy paper “España en el mundo en 2024: perspectivas y desafíos”, publicado por el Real Instituto Elcano en enero de este año.
Tribunas Elcano
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