Hace años que Marruecos demanda una tercera interconexión eléctrica con España sin conseguir despertar el entusiasmo del gobierno español. En la actualidad, ambos países están interconectados por dos líneas eléctricas, una de 600 MW y otra de 900MW, y Marruecos ha pedido un aumento de 900 MW. Debe destacarse que en 2015, el 14% de la demanda eléctrica de Marruecos fue satisfecha por España, más que la generación conjunta eólica e hidráulica marroquí (7% y 6%, respectivamente) y casi tanto como la electricidad generada con gas (17%). Los estudios realizados por Medgrid apuntan que una tercera interconexión tendría beneficios sociales importantes al facilitar el despliegue de las energías renovables en Marruecos. En el medio plazo España aumentaría la exportación de electricidad a su vecino meridional, lo que podría encarecer ligeramente los precios en el mercado ibérico pero los abarataría sustancialmente en Marruecos.
Marruecos es además uno de los países de la vecindad sur europea más avanzado en las reformas energéticas, si bien aún dista mucho de poder homologarse al contexto europeo. De hecho, fue uno de los candidatos a incorporarse a una versión mediterránea del Energy Community Treaty (ECT) propuesta en 2011 por la UE (y rápidamente olvidada) como nuevo incentivo en respuesta a las revueltas árabes en el documento “Partnership for democracy and prosperity with the Southern Mediterranean”. Dada la dificultad de una plena convergencia hacia el acervo comunitario energético como la demandada por el ECT, se optó por una convergencia diferenciada en el seno de tres plataformas para renovables, electricidad y gas. La mayor cercanía de Marruecos en el ámbito de la energía se plasma en la existencia de redes consolidadas de funcionarios (policy networks), lo que genera un ecosistema más proclive a la cooperación y la presión doméstica hacia la modernización normativa.
Desde una perspectiva estratégica de largo plazo, la transición hacia modelos energéticos electrificados de elevada penetración renovable entraña una transferencia de poder desde el detentor del recurso al actor con mayor capacidad de control de la red. Tiende a generar lo que se ha denominado “grid communities” o comunidades de red, que basan su cohesión en la interdependencia, la existencia de preferencias convergentes y la reputación entre los pares. Una “comunidad de red” pan-euromediterránea supondría un mayor peso estratégico de aquellos países capaces de aprovechar sus ventajas geográficas para controlar la red, asumiendo capacidades de gestión, transporte, balanceo, almacenamiento y/o capacidad ociosa de generación. Pese a la competencia de Italia, España es el más claro candidato a jugar ese papel en el Mediterráneo Occidental.
En el Informe Elcano España mirando al Sur se concluía que la complejidad de los riesgos y las oportunidades de un Norte de África ampliado obliga a un enfoque integral de todos los instrumentos, públicos y privados, de la acción exterior española. También se destacaba la ausencia de mecanismos integrados que permitan desarrollar estrategias de intervención a largo plazo. De especial aplicación a una eventual tercera interconexión eléctrica, se recomendaba incentivar la colaboración entre el sector público y privado, así como aprovechar fondos disponibles de la UE e influir en positivo en proyectos que satisfagan los intereses españoles.
Con el objetivo de conocer la percepción de los consumidores marroquíes sobre su sector eléctrico y el papel que España podría jugar, el Observatorio Imagen de España del Real Instituto Elcano realizó dos preguntas en Marruecos: “¿Qué tal cree usted que funciona el sistema eléctrico marroquí?” y “¿Cree usted que el sistema eléctrico marroquí podría mejorar recibiendo energía de algún otro país y en su caso de cuál?”. Los resultados se recogen en los siguientes gráficos:
Como puede apreciarse, aproximadamente la mitad de los encuestados consideran que el sistema eléctrico marroquí funciona bien o muy bien, mientras que la otra mitad cree que funciona regular, mal o muy mal, lo que supone un grado de satisfacción francamente modesto. Respecto a la segunda pregunta, el 28% de los encuestados consideran que España podría ayudar a Marruecos exportándole electricidad, muy por delante del 6,7% de encuestados que proponen a Argelia. Estos resultados tienen interés, pues parecen mostrar que los marroquíes valoran positivamente la interconexión eléctrica con España, ofreciendo un vector de cooperación estructural alineado con las preferencias europeas, marroquíes y españolas.