Los temas relativos al talento han adquirido una creciente importancia y atención en los últimos tiempos. Disponer de profesionales con una formación adecuada a las necesidades del sistema económico es un requisito para impulsar el crecimiento y la competitividad. Por ello es un condicionante del éxito en los mercados internacionales de una economía, de su capacidad para atraer inversiones extranjeras. Por otro lado, el talento en el exterior, es decir, los profesionales de un país que residen en otros países del mundo pueden ser un activo de gran valor para la internacionalización de una economía.
El tema del talento y su impacto en la internacionalización de la economía española fue objeto de un debate organizado el pasado 14 de enero por el Club de Exportadores e Inversores Españoles e Iberglobal. En él participaron Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores; Antonio García Rebollar, responsable de formación en ICEX; Miguel Otero, director del proyecto Conexión España, cuyo objetivo es la creación de una red global de directivos españoles en el exterior; Ramón Rodrigáñez, de Nova Talent; y el autor de estas líneas (actué como moderador de la discusión). Puede verse una grabación del debate en el canal de YouTube del Club de Exportadores.
Se trataron muchos temas en el debate, pero según mi valoración cabe destacar algunas conclusiones:
- Uno de los principales obstáculos para el desarrollo del talento en España es la escasa conexión que existe entre las universidades y las empresas. Esta es una diferencia clave entre España y los países europeos más avanzados. El limitado alcance de las prácticas en empresas durante el periodo de formación en la universidad, los obstáculos administrativos para que se pueda compaginar una carrera profesional en una empresa con la enseñanza en la universidad, son algunos factores que están detrás del alejamiento de las enseñanzas universitarias respecto a las necesidades del sistema productivo. La gran excepción en este tema lo constituyen las excelentes escuelas de negocio con las que cuenta España.
Superar la disociación que existe entre la universidad española y las necesidades del tejido empresarial es uno de los grandes retos del sistema educativo, que quizás no recibe la atención que merece.
- El valor de la experiencia internacional. Las empresas valoran positivamente a aquellos profesionales que tienen una experiencia internacional, adquirida mediante el trabajo en otros países, bien sea en empresas españolas o, incluso mejor, en empresas internacionales. Esta experiencia es muy positiva: permite conocer otras culturas de trabajo, desarrollar capacidades de comunicación intercultural, en suma, potencia las capacidades para el trabajo internacional.
En relación con este tema, en el debate se criticó esa idea, tan extendida en numerosos medios, de la “pérdida de talento” que supone la marcha de profesionales al exterior, una marcha que se intensificó de forma notable con la crisis económica a partir de 2008. Esta filosofía ha llevado incluso a la adopción, por parte de diferentes Administraciones, de programas para incentivar el retorno del talento.
Hablar de “pérdida de talento” carece de sentido, en primer lugar porque para la gran mayoría de los profesionales que se han ido al extranjero la alternativa no era trabajar en España, con buenos salarios y condiciones. Las alternativas, si se quedaban en España, eran tres: el desempleo, el subempleo, o un empleo precario, con bajos sueldos, contratos temporales, etcétera.
- Más que los conocimientos, hoy en día las empresas valoran las habilidades. Sobre un determinado tema, éste se puede estudiar en un momento dado en el que se plantee la necesidad. Es más relevante tener la “habilidad” para saber cómo hay que estudiarlo, qué metodología seguir, cómo buscar información, cómo se puede aprender.
Igualmente, hay que saber adaptarse a entornos diversos, tener la capacidad para comprender y comunicarse en otras culturas: ésta es otra habilidad esencial para el trabajo internacional.
- Como he dicho antes, no tiene sentido considerar una “pérdida de talento” el hecho de que los profesionales se vayan a trabajar en el exterior. Por otra parte, es muy importante considerar el activo que estos profesionales pueden suponer para la internacionalización de la economía.
Estos profesionales pueden contribuir de múltiples formas a la internacionalización de las empresas españolas: como fuentes de información, como colaboradores o socios de empresas españolas, facilitando a éstas contactos con empresas e instituciones de sus países de residencias, ayudando a canalizar inversiones extranjeras hacia España… Es precisamente con esta finalidad de movilizar y aprovechar el capital que supone la diáspora profesional española con la que se ha puesto en marcha la iniciativa de Conexión España.