El pasado martes 17 de diciembre, la consultora Boston Consulting Group (BCG) presento el estudio “Fortalecimiento y desarrollo del sector industrial en España” en el grupo de trabajo de Economía Internacional del Real Instituto Elcano.
El objetivo del estudio es identificar las líneas de actuación específicas que contribuyan al fortalecimiento y desarrollo de la industria en España, partiendo de la base de que en España la industria tiene un peso insuficiente.
El sector industrial, apoyado por la política exterior, juega un papel clave en la recuperación de la economía española. Los países que poseen un industria sólida y competitiva son más resistentes ante los ciclos económicos, su volumen de exportaciones es mayor, pierden menos empleo en épocas de crisis y generan empleos de mayor calidad y más estables.
El crecimiento y fortalecimiento de la industria no solo beneficia a las empresas del sector sino que tendría un efecto multiplicador creando así crecimiento en el conjunto de la economía. Según BCG, la demanda interna de bienes industriales podría aumentar en 13500 millones de euros anuales. Por ello, España debería de situar el sector industrial en el centro de agenda política.
Las líneas de actuación para el desarrollo de la industria deben de tener un carácter transversal localizando nuevos mercados en el entorno internacional. Actualmente cerca de 65% de las exportaciones españolas son a países de la Unión Europa, llevando consigo un riesgo al aumentar la exposición a un mercado de bajo crecimiento. Otros mercados como los BRICS o los Beyond Brics (México, Arabia Saudí y Filipinas, entre otros) son segmentos muy interesantes bien por sus perspectivas de crecimiento o su capacidad importadora, lo que proporcionaría una mayor diversificación y presencia en mercados potenciales.
Además debe apoyarse más la multilocalizacion de las empresas puesto que venden y exportan más, creando así valor y empleo en las matrices españolas. Aumentar la productividad es clave para lograr la competitividad de la industria española; mejorando las fuentes de financiación más allá del crédito bancario, proyectando una educación finalista enfocada al éxito de los estudiantes en el mundo laboral, estimulando la inversión privada y reduciendo el diferencial de gasto por patente con la media de la Unión Europea .
La productividad exige un mayor tamaño a nuestras empresas. Más del 60% de los empleados del sector trabajan en empresas con menos de 50 trabajadores, lo que produce limitaciones de escala para su actividad competitiva llevando consigo una reducción de la productividad y de capacidad exportadora. En países como España e Italia, las empresas de más de 250 trabajadores concentran menos de una cuarta parte del empleo total, mientras que en Alemania y Francia alcanzan el 40% y en Estados Unidos superan el 50%.
Por todo ello, España y Europa deberían situar al sector industrial en el centro de su agenda política y económica concediendo al sector una seguridad jurídica mayor, incentivando la eficiencia y la orientación comercial del I+D+i, a la vez que se asegura la monitorización de su uso sin olvidar el apoyo al crecimiento y profesionalización de las Pymes.