En “La venganza de la geografía” Robert Kaplan advierte que la geografía no cambia. Lo que cambia es la manera en la que la concebimos. Y yo añadiría que las maneras de concebir la geografía nunca son neutras.
Hay motivos geográficos para defender el concepto de Indo-Pacífico. De alguna manera el Índico y el Pacífico son océanos complementarios. El tráfico marítimo que transita por el Estrecho de Malaca debe pasar primero por el Índico. El componente marítimo del proyecto OBOR de China requiere del Índico para su realización. En cuanto a biodiversidad marina el Índico y el Pacífico forman una unidad. Pero la introducción de nuevas concepciones geográficas no depende tanto del marco geográfico subyacente como de los intereses geopolíticos. Y hoy en día esos intereses geopolíticos existen en el contexto de la rivalidad entre EEUU y China.
Desde un punto geopolítico, hay ganadores y perdedores con la introducción del concepto.
El más obvio ganador es India. El concepto de Indo-pacífico le otorga una posición central frente a la marginación geográfica en que le deja la concepción habitual de Asia-Pacífico. El concepto de Indo-pacífico es un acicate para desarrollar su Armada y convertirse en una potencia naval. Precisamente la Estrategia de Seguridad Marítima que la Armada india elaboró en 2015 ya menciona el Indo-pacífico e incluye áreas del Pacífico Occidental como zonas de interés marítimo secundario para el país. Entre las zonas de interés marítimo primario incluye los cuellos de botella entre los dos océanos: los estrechos de Malaca, Sunda y Lombok.
El concepto de Indo-pacífico asimismo otorga una nueva importancia a Australia e Indonesia, dos potencias que están a caballo entre los dos océanos y que vienen a convertirse en sus nexos de unión. El Libro Blanco de la Defensa australiano de 2016 hace del Indo-pacífico el eje de su reflexión estratégica y señala que de su estabilidad dependen la seguridad y prosperidad nacionales. El Libro Blanco destaca a EEUU como a uno de los socios con quienes debe colaborar para asegurar la estabilidad del Indo-pacífico.
El Libro Blanco de la Defensa indonesio de 2015, en cambio, se atiene al concepto tradicional de Asia-Pacífico. El deseo de hacer valer su condición de potencia marítima que está a caballo entre dos océanos, que ya aparece en dicho Libro Blanco, y su protagonismo en la Asociación de la Cuenca del Océano Índico (IORA, según sus siglas en inglés) hacen previsible que en futuras ediciones Indonesia acabe abrazando el concepto de Indo-pacífico.
La perdedora es evidentemente China. El Índico tiene una importancia geoestratégica clave para China. Es por él que transita una parte importante del petróleo y gas que consume. También es la vía de comunicación más rápida hacia los mercados del África Subsahariana, cada vez más importantes para China.
La importancia que tiene el Índico para China puede apreciarse al analizar sus actividades en este océano, clave para la Iniciativa de la Franja y de la Ruta, en los últimos años. En relación con la Iniciativa señalada, aunque no exclusivamente, conectará Xinjiang con el puerto de Gwadar; la Zona Económica Especial del puerto Kyaukpyu en Myanmar, más el gasoducto que irá de esta Zona a China; la conexión viaria entre Kunming y el puerto bangladeshí de Chittagong, que atravesará Myanmar; el puerto de Hambantota en Sri Lanka. A los proyectos de conectividad, hay que sumar que en el Índico, por primera vez China ha proyectado su poder naval fuera de su vecindario más inmediato: participación de la marina china en operaciones de anti-piratería en el Golfo de Adén y la construcción de una base de apoyo naval en Yibuti.
Si hasta ahora China había podido operar en el Índico sin casi oposición, la situación cambiará probablemente en breve. El pasado noviembre, en los márgenes de la Cumbre de Asia Oriental, EEUU, Australia, India y Japón retomaron el Diálogo de Seguridad Cuatripartito (Quadrilateral Security Dialogue), que incluyó temas tales como la libertad de navegación, la seguridad marítima y el respeto al Derecho Internacional. La primera impresión es que en su aproximación al Indo-pacífico los aspectos de la seguridad y la libertad de navegación son los que van a primar.
Tal vez, para ver lo que hay detrás del concepto y lo que se persigue con él, convenga hacer referencia a la sesión informativa que el subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos de Asia del Este y el Pacífico, Alex N. Wong, dio el pasado 2 de abril en Washington para explicar la estrategia de la Administración Trump para una región Indo-Pacífica libre y abierta.
Wong dijo que por “libre” quiere decir que los países de la región se vean libres de coerción y que puedan seguir las vías que soberanamente decidan. “Libre” también significa sociedades más libres en términos de anticorrupción, derechos fundamentales, transparencia y buen gobierno. “Abierta” alude a líneas de comunicación marítima y abierta, a logística e infraestructuras, que favorezcan realmente la integración regional y el crecimiento económico y que se desarrollen en un ambiente favorable a la inversión.
Las potencias del Diálogo de Seguridad Cuatripartito acaso sientan que las batallas de la vigencia de la Convención de NNUU sobre Derecho del Mar y de la libre navegación están perdidas en el mar del Sur de China y deseen que este escenario no se repita en el Océano Indico.
Finalmente, en lo que se refiere a la UE, la impresión es que la reflexión sobre el Indo-Pacífico y sus implicaciones geoestratégicas apenas ha comenzado. En la Estrategia Global de la UE, publicada en junio de 2016, el término “Indo-pacífico” sólo aparece una vez y de una manera muy marginal en la frase: “En todas las regiones del Indo-Pacífico y del este asiático, la UE promoverá los derechos humanos y apoyará las transiciones democráticas, como la de Myanmar/Birmania”. Irónicamente, en las líneas precedentes la Estrategia menciona varios objetivos en Asia, que habrían sido perfectamente aplicables al Indo-Pacífico: defensa de la libertad de navegación, defensa del respeto al Derecho Internacional, incluido el Derecho del Mar, apoyo a la formación de capacidades marítimas de ASEAN… Tal vez estos últimos años la UE haya estado tan preocupada por insertarse en la arquitectura de seguridad en Asia-Pacífico y por la situación en el mar del Sur de China que haya pasado por alto que el Pacífico entretanto había crecido y se había convertido en el Indo-Pacífico.