El engañoso fracaso escolar

El engañoso fracaso escolar

Se ha convertido ya en lugar común la mención al fracaso escolar de los alumnos españoles como indicio de que algo grave falla en las escuelas o en las familias del país. El llamado fracaso escolar, de nombre dramático, se mide en España como el porcentaje de alumnos que abandonan a los 16 años la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) sin haber conseguido el título por no haber aprobado sus asignaturas. En todos los países europeos existe un cierto porcentaje de fracaso escolar, pero España se encuentra entre los tres primeros, sólo superada por Turquía y Malta. Según recogen los datos de Eurostat, la oficina estadística de la UE, con datos del 2011, el fracaso en Turquía era del 42%, del 33% en Malta y del 26% en España.

Sin embargo, como vienen señalando hace tiempo varios expertos (Julio Carabaña y José S. Martínez) con argumentos muy convincentes pero lamentablemente con escaso eco en los medios de comunicación, el mayor fracaso escolar de los alumnos españoles no es el resultado de alguna deficiencia en su nivel de conocimientos. Es, al contrario, la consecuencia de una vara de medir puesta en España más alta que en otros países. La prueba proviene de la comparación entre los resultados de la prueba PISA que la OCDE realiza con iguales preguntas entre los alumnos de 15 años de todos los países del grupo, y las tasas de fracaso escolar que recogen los gobiernos respectivos y que publica conjuntamente Eurostat. En la Tabla 1 se incluyen los resultados más recientes de PISA, del año 2009, y se señalan los alumnos que se encontraban en los niveles más bajos en sus resultados, de entre los siete niveles en que PISA distribuye a los alumnos según sus conocimientos y capacidades. Los alumnos que están en los niveles más bajos, el 0 y el 1, deberían corresponderse grosso modo con los porcentajes de fracaso escolar, si todos los sistemas educativos nacionales aplicasen similares normas sobre qué es suficiente y qué no para obtener el título de secundaria obligatoria. Sin embargo, como se aprecia en la Tabla 1, no existe tal correspondencia. Francia, con resultados en PISA muy semejantes a los de España, registra sin embargo menos de la mitad del “fracaso” escolar que España. Es decir, los centros educativos franceses aprueban a alumnos que en España suspenderían. Incluso Italia, con más alumnos que España entre los grupos de peores resultados, tiene un “fracaso” ocho puntos por debajo del de España.

LecturaMatemáticasCienciaFracaso escolar
España19,523,718,226,5
Francia19,722,619,312,0
Italia21,025,020,618,2
Bélgica17,719,018,112,3
Tabla 1. Porcentaje de alumnos en los dos niveles bajos (PISA ) y fracaso escolar. Fuente: PISA 2009 y Eurostat 2011 (elaboración propia).

España es además internamente inconsistente y en algunas Comunidades resulta mucho más difícil que en otras obtener el título de la ESO. Los resultados de PISA muestran que los alumnos de varias Comunidades Autónomas españolas obtienen resultados iguales a los del país que se encuentra en cabeza, Finlandia. Se trata de Castilla-León y de la Rioja. Sin embargo, también a ellos les suspenden. Estas dos Comunidades sólo tienen un 5% de alumnos que en PISA se encuentran en los dos grupos de peores resultados, el 0 y el 1, y sin embargo sus porcentajes de fracaso escolar son altos (21% en Castilla-León y 28% en La Rioja). De hecho, como muestra la Tabla 2, no existe ninguna relación entre los resultados de las Comunidades Autónomas españolas en la prueba PISA y su tasa de fracaso escolar. Resulta claramente más fácil obtener el título de la ESO en el País Vasco y en Asturias que en Galicia y La Rioja. La Tabla sólo recoge las Comunidades Autónomas con muestra suficiente en la prueba PISA.

Niveles de Pisa O y 1Tasa de fracaso escolar administrativo
Andalucía17,734,7
Aragón6,925,7
Asturias8,214,9
Cantabria7,422,9
Castilla-León5,220,9
Cataluña11,327,8
Galicia9,024,0
La Rioja5,328,4
Navarra7,018,5
País Vasco9,116,5
Resto de España14,813,4
Tabla 2. El bajo nivel en PISA y el fracaso escolar. Fuente: OCDE-PISA 2006 y Ministerio de Educación (tomado de José S. Martínez, 2009).

Este desequilibrio, que implica una patente injusticia, tiene además consecuencias importantes para la vida laboral de los alumnos porque la carencia del título de Graduado de la ESO impide el paso a la Formación Profesional reglada de grado medio o superior, haciendo así que el “fracaso” se convierta además en “abandono escolar”. De modo que el sistema educativo primero hace “fracasar” a un número demasiado elevado de alumnos y luego les impide seguir estudiando. La propuesta incluida en el anteproyecto de la LOMCE de una nueva Formación Profesional Básica a la que se podría acceder sin el título de Graduado de la ESO y que, a su vez, daría paso a la Formación Profesional Media, con controles intermedios aún sin definir, aligera al menos el peso del “fracaso” en la vida de los individuos. Pero es necesario un proceso de asimilación de las reglas de calificación a los alumnos en las Comunidades Autónomas y del conjunto de España con los demás países europeos para que el injusto sambenito del “fracaso” deje de colgar de nuestros alumnos y se evite además este daño a la imagen de España.


Referencias

Julio Carabaña Morales (2012), “Debilidades de PISA y errores en la atribución del fracaso escolar académico”, en Manuel de Puelles Benítez (coord.), El fracaso escolar en el estado de las autonomías, Wolters Kluwer, Madrid, pp. 155-181.

José S. Martínez García (2009), “Fracaso escolar, PISA y la difícil ESO”, Revista de la Asociación de Sociología de la Educación, vol., nº 1, pp 56-85.