Los estudios y encuestas que se realizan entre empresas y profesionales extranjeros sobre el clima de negocios en España suelen coincidir en señalar como un obstáculo la limitada competencia en el manejo del inglés por parte de los españoles.
Por poner un ejemplo relativamente reciente, este obstáculo era señalado en la interesante encuesta Barcelona Global International Talent Monitor, que realiza la asociación Barcelona Global, realizada entre 678 extranjeros que viven y trabajan en Barcelona. Según la encuesta los barceloneses “suspenden” en dominio del inglés (con una puntuación de 3,1 sobre 7). La competencia de inglés de los funcionarios recibe aún una peor valoración (un 2,3 sobre 7). (Por cierto, un porcentaje apreciable de los encuestados señala que la lengua catalana representa un reto importante en su adaptación, con cerca de un 20% indicando que el catalán hace que su experiencia sea insatisfactoria o que incluso estén considerando marcharse de la ciudad a causa de ello.)
El conocimiento del inglés es un requisito para progresar en la internacionalización, en sus dos grandes vertientes de exportación e inversión extranjera. Las empresas exportadoras necesitan contar con directivos que hablen inglés para moverse por los mercados internacionales. El conocimiento de inglés refuerza el valor de la mano de obra, del talento de un país, y eso es un factor positivo para atraer inversiones extranjeras.
Diversos estudios han puesto de relieve la estrecha correlación que existe entre el nivel de inglés de un país y su nivel de prosperidad económica. Uno de los estudios que ha analizado más a fondo la relación entre inglés y una serie de variables que reflejan la competitividad de una economía es el “EF English Proficiency Index”.
Es de este estudio del que hemos extraído los dos gráficos adjuntos que muestran la alta correlación existente entre el índice de competencias en inglés (en ambos gráficos en el eje horizontal) y la facilidad para los negocios, en primer lugar, y las exportaciones de alta tecnología (como % del PIB), en segundo lugar, de las economías del mundo.
El estudio citado muestra igualmente una alta correlación entre nivel de inglés y otras variables “virtuosas” de la economía, como el número de investigadores por millón de habitantes, el gasto en I+D en porcentaje del PIB o el grado de penetración de Internet.
La insuficiencia de conocimientos de idiomas, en particular del inglés, sigue lastrando la internacionalización de la economía española, a pesar del fuerte avance que ésta ha experimentado en los últimos 20 años.
Para corregir este problema habría que tomar medidas radicales, que las clases políticas probablemente no querrán afrontar.
Cualquiera que viaje por otros países o que tenga contacto con ciudadanos extranjeros que vienen a España, estará acostumbrado a oír el comentario, o la queja, de lo difícil que es hacerse entender en inglés en España. No es sólo que camareros o taxistas –que por su profesión tienen contacto con los millones de turistas que vienen al país– no hablen inglés. En la Administración, en las empresas, la falta de conocimiento del inglés sigue siendo un serio obstáculo para la internacionalización de la economía española.
Ya nos hemos acostumbrado a esa imagen desalentadora -y poco estimulante por su carácter de «normalidad»- de ver regularmente a los dirigentes políticos españoles en reuniones internacionales…siempre con un intérprete al lado.
En otros países con menor nivel económico, como por ejemplo Portugal o Chile, el nivel de conocimientos del inglés por parte de la población en general, y desde luego de sus sectores empresariales y funcionariales, es muy superior al de España.
¿Qué se puede hacer para remediar este problema? No es fácil, desde luego, pues no hay soluciones sencillas. Pero hay una medida que daría un enorme impulso al conocimiento de idiomas, y del inglés en particular, entre la población: que las películas se proyectaran, en el cine y en la televisión, en versión original, con subtítulos en español.
Probablemente éste es un factor clave que explica por qué en otros países existe un alto grado de conocimiento del inglés: porque ya desde niños, que es cuando mejor se asimilan los idiomas, la gente ve normalmente las películas y programas de televisión en versión original, de forma que el oído se va acostumbrando y entrenando en el inglés.
Legislar de forma que películas y series de televisión se proyectaran mayoritariamente en cines y televisiones en inglés sería una de las medidas más claras y decisivas que podrían tomarse para que España superara esta carencia de conocimiento de inglés. Pero, ¿qué gobierno se atrevería a tomar una medida de este tipo, a enfrentarse con los intereses económicos y profesionales vinculados con el doblaje y con el mundo del cine, con los nacionalismos de miras estrechas que imponen el doblaje a sus lenguas nacionales?