Las empresas extranjeras con inversiones españolas han mejorado su valoración del clima de negocios en España: ésta es la principal conclusión que se desprende de la última edición del “Barómetro del clima de negocios en España. Desde la perspectiva del inversor extranjero”. Publicado por ICEX-Invest in Spain, Multinacionales por marca España y el International Center for Competitiveness de la escuela de negocios IESE, se trata de la octava edición de un interesante y útil estudio que se basa en las opiniones de más de 500 empresas extranjeras con inversiones en España, y que quizás no recibe la atención que merece. Del estudio cabe deducir una valoración negativa de aspectos relacionados con el marco institucional y el sistema educativo.
Esa mejor valoración del clima de negocios se traduce en hechos positivos para la economía española. Según se destaca al comienzo del Barómetro, en 2014 la inversión extranjera productiva recibida por España creció un 8,45%, hasta superar los 18.000 millones de euros. España se situaba así como el noveno mayor receptor de inversiones extranjeras en el mundo en términos de stock, con un stock de inversión superior a los 720.000 millones de dólares.
Las empresas extranjeras contribuyen casi el 40% de las exportaciones de España, con especial significación en los sectores de automoción, química, farmacia y bienes de equipo y maquinaria. Suponen además un 14% de la población laboral del sector privado. Además, las empresas extranjeras miran hacia el futuro con optimismo. Un 94% de las empresas encuestadas tienen previsto aumentar o mantener sus inversiones en 2015, y un 91% tienen previsto aumentar o mantener sus plantillas. En ambos casos, hay una mejora en relación con la anterior edición del estudio.
El Barómetro recoge las principales fortalezas y debilidades que las empresas extranjeras aprecian en el marco de negocios español. Entre las primeras pueden mencionarse las infraestructuras (aeropuertos, tren de alta velocidad, carreteras), la disponibilidad de mano de obra cualificada y la seguridad. En cuanto a las debilidades, la primera es el coste de electricidad.
Es reseñable el peso que tienen en las debilidades una serie de aspectos vinculados con lo que podríamos denominar el “marco institucional” de la economía. Además, es algo que concuerda con los resultados de otros estudios de comparativa internacional de competitividad (como el Global Competitiveness Report del World Economic Forum), en los que también se refleja una débil valoración del marco institucional de la economía española. Según el Barómetro,
“la carga burocrática en el funcionamiento de la empresa sigue siendo el aspecto más crítico, seguido por la rapidez y eficacia de los juzgados mercantiles, aunque este mejora sensiblemente en opinión de los inversores extranjeros en España”.
Como podemos ver en el siguiente gráfico (en el que se valoran diferentes aspectos de 0 a 5), junto a coste de la electricidad, entre las principales debilidades que mencionan los inversores extranjeros se encuentran el volumen total de gasto público para I+D+i, la carga burocrática en el funcionamiento de la empresa, las cuotas a la Seguridad Social sobre el trabajador, y la facilidad en la gestión de visados para la atracción de mano de obra. Este último aspecto ha sido criticado también de forma general, y desde hace años, tanto por las empresas extranjeras implantadas en España como por las empresas de capital nacional. No obstante, el estudio recoge, en lo que se refiere a entorno regulatorio, una mejora en las valoraciones de la rapidez y eficacia en los juzgados mercantiles y en la protección de los derechos de propiedad intelectual.
El Barómetro también señala la valoración negativa de los “costes de adaptación a las diferentes normativas autonómicas y locales”, señalando que “en cuanto a los beneficios que supondría la homogeneización de los requisitos exigidos por los distintos niveles de las Administraciones Públicas, las empresas extranjeras consideran en su gran mayoría que sería altamente beneficioso”. (Sobre este tema, los problemas que suponen para la internacionalización de la economía española las crecientes barreras en el mercado doméstico, puede verse mi anterior entrada Internacionalización y unidad del mercado nacional).
El estudio igualmente refleja los problemas relacionados con un aspecto que ha sido resaltado en otros estudios publicados recientemente: la debilidad del sistema educativo. El Barómetro recoge lo que denomina “principales ámbitos de actuación”: aquellos en los que se presenta una mayor diferencia entre la importancia que tienen para las empresas extranjeras en su desenvolvimiento, por un lado, y la valoración que éstas efectivamente les otorgan. El dominio de idiomas es el aspecto en el que podríamos decir es mayor la deficiencia del marco de negocios. En segundo lugar se encuentra la capacidad de aprendizaje y, a continuación, la aceptación de responsabilidades y objetivos. Es decir, los tres aspectos en los que las necesidades de mejora serían mayores están vinculados con el sistema educativo, que se ha convertido en uno de los mayores problemas de la sociedad y la economía española –y como tal debería ser reconocido y abordado.