Las empresas extranjeras con inversiones en España han mejorado ligeramente su valoración del clima de negocios en España, según el “Barómetro del clima de negocios en España. Desde la perspectiva del inversor extranjero”, elaborado por la escuela de negocios IESE, Invest in Spain y Multinacionales por Marca España (y que fue presentado en Madrid el 15 de noviembre).
Se trata de la 10ª edición de una publicación que se ha convertido en una fuente de referencia sobre cómo valoran las empresas extranjeras el clima de negocios en España.
Desde 2014 el Barómetro viene mostrando una mejora de esta valoración. Las perspectivas son además positivas. Un 95% de las empresas encuestadas tienen previsto mantener o aumentar sus inversiones en España en 2017, un 94% aumentar o mantener sus niveles de empleo, y un 91% aumentar o mantener su facturación.
El estudio elaborado por IESE recoge, por un lado, la importancia que las empresas otorgan a una serie de aspectos para el desarrollo de su actividad y, por otro, la valoración que realizan de la situación de estos aspectos en España (eso significa que en aquellos aspectos en los que la importancia sea alta y la valoración baja se encontrarían los obstáculos más relevantes y preocupantes para los inversores extranjeros).
El estudio ofrece datos muy interesantes sobre los principales aspectos del clima de negocios en España. Entre sus principales fortalezas los inversores extranjeros destacan las infraestructuras (el área con mejor valoración), el tamaño del mercado y la calidad de vida (en la que sobresale la buena valoración que se otorga a la seguridad).
En el tamaño del mercado se incluye también el acceso a mercados exteriores, que aumenta notablemente su importancia en esta última edición. Las empresas extranjeras utilizan España de forma creciente como una plataforma para llegar a otros mercados. Así, según el estudio, más de un 70% de las empresas encuestadas exportan, y la previsión para el futuro es de un aumento de la actividad exportadora.
En cuanto a debilidades (y sin ánimo de hacer un análisis exhaustivo del estudio), pueden mencionarse los altos costes de electricidad y de teléfono e Internet, el reducido gasto público en I+D+i, aspectos fiscales como las cuotas a la Seguridad Social y el impuesto de sociedades.
Un aspecto problemático, con una fuerte diferencia entre la importancia y la valoración que le otorgan los inversores, es el dominio de idiomas.
La burocracia es otro aspecto con mala valoración. Además, según indica el estudio, “la importancia que tiene para las empresas aumenta respecto al año pasado, lo que hace que deba ser incluido entre los principales ámbitos de actuación. Esto es consecuente con otros estudios de competitividad internacional, como el Global Competitiveness Report del Foro Económico Mundial, que vienen señalando en las últimas ediciones la burocracia como uno de los problemas para hacer negocios en España”. Otro aspecto negativo es la rapidez y eficacia de los juzgados mercantiles.
Hay aspectos de la burocracia en los que se detecta una mejora significativa, como es la tramitación de visados de trabajo y residencia.
Capital humano y costes laborales son desde luego factores relevantes. El estudio destaca “la diferencia en importancia que tiene para los inversores la disponibilidad de mano de obra cualificada y no cualificada, siendo la primera mucho más relevante para ellos”. Asímismo, para los inversores es mucho más importante el coste de la mano de obra cualificada que el coste de la mano de obra no cualificada. La formación profesional es también un aspecto que gana tanto en importancia como en valoración.
Se trata de una tendencia positiva, que muestra que para los inversores extranjeros España está siendo considerada cada vez más como un destino de localización para actividades de alto valor añadido que requieren mano de obra cualificada.
El estudio plantea sin embargo alguna cuestión metodológica. Una es hasta qué punto las empresas encuestadas son las mismas en cada edición, algo que condicionaría la evolución de los datos a lo largo de las sucesivas ediciones. En esta última edición se indica que se ha contado con la respuesta de 785 empresas. En la edición de 2016 fueron algo menos de 700. En el anexo del estudio se recogen datos sobre el perfil de las empresas encuestadas, y se aprecian diferencias entre 2016 y 2017.
Finalmente, puede resultar llamativo que el tema de Cataluña no existe. No hay ninguna mención en el estudio. La encuesta entre las empresas se realizó en los meses de mayo y junio de 2017, pero no parece lógico, en principio, que para los inversores extranjeros no tenga relevancia una de las crisis políticas más importantes que ha conocido España en las últimas décadas.