Hace apenas unos días, se publicaban en estas líneas “cinco elementos que podrían facilitar el Brexit”. Hoy, en plena negociación de las propuestas del Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ante las peticiones del Primer Ministro británico, David Cameron, y como reverso de la moneda, trataremos cinco elementos que podrían ayudar a que la salida del Reino Unido de la Unión Europea no se llegue a producir finalmente.
Acuerdo rápido con las instituciones europeas
David Cameron presentó sus propuestas a Donald Tusk en noviembre pasado. Las articuló en torno a 4 bloques: gobernanza económica, competitividad, soberanía e inmigración. El 2 de febrero, el propio Tusk presentó un borrador de documento en respuesta a las peticiones británicas, que fue bien recibido por un Cameron que lo consideraba una buena base para un acuerdo. Asimismo, la recepción del documento por parte de los Estados miembros ha sido, en términos generales, positiva, por lo que se prevé un rápido acuerdo, ya sea en el Consejo Europeo de la próxima semana o en el de marzo. Si dicho acuerdo se materializa tan rápidamente, el referéndum en el Reino Unido tendrá lugar antes del verano, probablemente el 23 de junio. En ese caso, Cameron utilizaría su todavía gran capital político para hacer campaña por el “sí”, como prometió en caso de lograr un acuerdo con las instituciones comunitarias. En tal escenario, es de prever una relativamente cómoda victoria de los partidarios por la permanencia del Reino Unido en la UE.
Factor Escocia
Con más de un 55% de los votos y una participación cercana al 85% del electorado, los ciudadanos escoceses decidían el 18 de septiembre de 2014 seguir formando parte del Reino Unido. Este referéndum que ponía fin, por al menos una generación, a las ansias de independencia, podría no obstante volver a celebrarse en caso de que se produjese el Brexit. Todas las encuestas señalan que la voluntad de los escoceses es seguir siendo parte de la Unión Europea y, por tanto, muy probablemente el resultado en Escocia del referéndum por el mantenimiento del Reino Unido en la UE sea abrumadoramente favorable al “sí”. El miedo a que una salida de la Unión Europea pudiese provocar, en última instancia, la descomposición del Reino Unido, podría movilizar a los electores británicos en su conjunto en contra del Brexit.
Dudas sobre la relación del Reino Unido con la UE tras el Brexit
Ni los británicos ni nadie sabe muy bien cómo se articularía la relación del Reino Unido con la Unión Europea si se produce el Brexit. En este sentido, el prestigioso jurista comunitario, Jean-Claude Piris, apuntaba en un estudio reciente la existencia de hasta 7 alternativas. Esta incertidumbre política, que podría venir acompañada de una incertidumbre económica nada deseada ni por parte de pequeñas o medianas empresas británicas, ni de los poderes económicos de la City (abiertamente en contra del Brexit), podría ser un elemento definitorio para la decisión final de los británicos.
Ausencia de un líder fuerte en la campaña por el Brexit
Si bien la campaña por la salida del Reino Unido de la UE tiene la fortaleza del “factor esperanza” ante lo que está por venir, mientras la que está a favor de la permanencia juega más con el “factor miedo” del qué pasará después, no cabe duda de que un factor esencial serán las cabezas visibles del “sí” y del “no”. Las filas del “sí” contarán con el respaldo de Cameron y la maquinaria de Downing Street en caso de llegar al acuerdo con las instituciones; por su parte, en las filas del “no” todavía no conocemos a la persona que va a liderar la campaña, más allá de Nigel Farage, el conocido político del UKIP. La cuestión aquí reside en si quienes están actualmente on the fence, según información reciente del diario The Telegraph, es decir, quienes tienen dudas de si apoyar o no la campaña por el Brexit, van a decidir postularse abiertamente en contra de la permanencia en la UE. Los casos de Theresa May y Boris Johnson, por ser dos de los posibles sucesores de David Cameron, son los más notables. Si ninguno da un paso al frente, el Brexit será mucho más difícil.
Respuesta consistente de la UE a las crisis
El resultado del referéndum, por paradójico que pueda parecer, no se verá tan afectado por una reflexión en profundidad de si compensa o no pertenecer a la UE. Más bien, tendrá que ver con la coyuntura del momento. En este sentido, una nueva crisis de refugiados sería especialmente grave. Sin embargo, si la Unión Europea es capaz, en los meses que restan de aquí a la celebración del referéndum británico, de dar una respuesta conjunta y solidaria a los grandes retos a los que se enfrenta, la ciudadanía británica verá que probablemente merece más la pena pertenecer a un espacio que les supone una oportunidad para tener un mayor impacto en el mundo.
Al margen de la crisis de refugiados, la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea será, con toda probabilidad, el tema más importante que afronte la UE en los próximos meses. El horizonte de acuerdo entre el Reino Unido y el resto de socios comunitarios en base a la propuesta de Donald Tusk parece bastante cercano. A partir del momento en que el acuerdo se concrete (si es el caso), se lanzará una intensa campaña en la que habrá muchos elementos que podrían facilitar que la balanza se decante a un lado u otro. El Brexit, por vez primera, tendrá una verdadera oportunidad de ser real. No obstante, existen muchos elementos que podrían facilitar que la ciudadanía británica optase por seguir en el proyecto comunitario.