Los resultados del último Barómetro del Real Instituto Elcano muestran la importancia que otorga la opinión pública española al cambio climático y a la seguridad energética. El 51,6% de los entrevistados considera el calentamiento global una amenaza muy importante, sólo por detrás del terrorismo islamista, el denominado Estado Islámico y el narcotráfico. La seguridad del abastecimiento energético se sitúa inmediatamente después, siendo considerada una amenaza muy importante para el 40,2% de los entrevistados. Curiosamente, las tensiones con Rusia parecen preocupar menos, pues aunque España no importe gas de Rusia, según datos de Cores sí que importó de este país el 10% de su crudo en los últimos doce meses.
El porcentaje de los que contestan que el calentamiento global es una amenaza ‘muy o bastante importante’ sube levemente hasta el 85% en mayo de 2015, frente al 84% en mayo de 2014. En cambio, los entrevistados que consideran la amenaza a la seguridad energética como ‘muy o bastante importante’ caen en más de 5 puntos porcentuales, pese al leve deterioro de las expectativas sobre la crisis de Ucrania y la fuerte percepción de amenaza de fenómenos como el yihadismo con claro potencial de desestabilización de los suministros energéticos de regiones y países suministradoras clave para España, como el Norte de África, Oriente Medio o Nigeria.
La preocupación por el cambio climático se aprecia con mayor claridad en la importancia asignada a los principales objetivos de la política exterior española. La lucha contra el cambio climático es la segunda prioridad para los encuestados, con una puntuación de 8 sobre 10, sólo por detrás de lucha contra el terrorismo yihadista. El BRIE encuentra diferencias relevantes según la ideología de los entrevistados: la derecha puntúa más alto que la izquierda y que el centro todos los objetivos que se proponen, pero no la lucha contra el cambio climático (ni la cooperación al desarrollo). Para los entrevistados de izquierda, en cambio, la lucha contra el cambio climático resulta prioritaria.
Estos resultados son interesantes, pues apuntan a una opinión pública concienciada con la lucha contra el cambio climático pero también preocupada por su seguridad energética. Esta posición equilibrada entre los retos climáticos y geopolíticos implica una interpelación clara para que ambos sean incluidos en pie de igualdad con los demás objetivos de la agenda exterior española. Para terminar con una nota casi anecdótica, y sin que ello suponga derivar grandes conclusiones, el país mejor valorado por los entrevistados es Alemania (un 6,4 sobre 10), que ha hecho de su imagen ambientalista una cuestión de Estado. En claro contraste, los petro-regímenes se encuentran entre los países peor valorados en el BRIE: Rusia (4,1), Irán (3,7 en 2013), Arabia Saudí (3,5) y Venezuela (2,8).